El tiempo pasa volando

Ya pasó un mes desde que inicie mis prácticas en la constructora, y la verdad estoy super feliz, todos me enseñan y me incluyen en los proyectos, solo un arquitecto, el sr. Batracio o perdón Batrón, nos trata a todos como si fuera la persona mas importante del planeta.

Pero como yo no me dejo intimidar por nadie, ni por nada. Yo igual me meto en su equipo para ver sus proyectos.

Todo este mes no he podido programar ninguna salida para hacer deportes con los chicos, en verdad se me ha juntado varias cosas.

Pero ya quede con ellos que este fin de semana nos vamos de excursión, quiero ir a  Lunahuana a hacer canotaje y canopi.

Trabaje un martes que no tenía clases, para que ahora pueda descansar sábado y domingo. Así que no tengo problemas de salir desde el viernes por la noche, así nos dedicamos a varios tipos de deporte de aventura los dos días.

En todo este mes, no me he cruzado con mi némesis, según me comento Marco, Alejandro se había ido de viaje a México para una convención de diseño de interiores, que iba a traer novedades para el mercado de acá. Yo ya sabia de eso, porque mi papá me había hablado desde hace meses, pero no pensé que el también iría.

Por un lado, mucho mejor, porque así no estoy nerviosa si el se aparece en cualquier momento, y de nuevo empiecen los comentarios que aparecieron la primera semana que estuve acá.

- Marco buenos días – saludo a mi jefe apenas llego a la oficina.

- hola Alexia, dime de todas maneras este sábado no vas a venir verdad? – me pregunta nuevamente.

- exacto, y te lo dije el día lunes cuando firmaste mi cambio de horario – aclaré.

- ya ok, solo quería corroborarlo. Por favor puedes mandar a impresión los planos del proyecto Cielo II – me dijo para cambiar de tema.

Me dirigí a la zona de impresión, y prendí todos los equipos, ya que todavía no llegaban, así podrían tener todo prendido y en línea.

Fui por un café y un sándwich para mi jefe, ya que este siempre se olvidaba de tomar desayuno, llego a su oficina, le dejo todo encima junto con los planos que ya están impresos.

- Gracias, no debiste molestarte – me dice, sonrojándose – mas bien debes ir a la oficina de Alejandro, para dejar esos planos en su tablero, de ahí vuelves acá que quiero que me ayuden con el análisis de suelos de este mismo proyecto -  lo escucho y luego agarro los planos y subo al ascensor.

Al llegar al piso 12, converso con Clara, la secretaria de Alejandro, que bueno poder decirle por su nombre mientras no este, ni local lo llamaría por su nombre de pila, de forma frontal.

- Buenos días Clara, Mario envió estos planos para el sr. D’Angelo, que los deje en su tablero, para que los vea mañana que llega de viaje – le digo enseñándole los planos.

- Ok, pasa a su oficina, esta la puerta abierta – me dice.

Llego a su tablero, y por un momento me quedo observando todo, me encanta su oficina, es tan espaciosa y además con todo lo necesario para hacer un buen trabajo. Algún día quiero una oficina parecida – me puse a pensar, sin darme cuenta que alguien entro y se quedo en silencio.

Al voltearme para salir de la oficina, me doy con la sorpresa que no estoy sola. Alejandro esta parado en la puerta y se quedo quieto sin decir nada, como sorprendido.

- Sr. D’Angelo buenos días, pensé que estaría de viaje hasta mañana. Mario me envió a dejar unos planos que necesita su revisión para antes del lunes, permiso – digo de forma rápida, dirigiéndome a la puerta.

Sin dejarme llegar a la puerta, Alejandro me agarra del brazo y me atrae hacia su cuerpo y me abraza. Lo que sentí en ese momento, nunca lo había sentido. Sentí seguridad, un escalofrío desde la punta de cuello y que recorrió toda mi columna, y encima su aroma que lleno todas mis fosas nasales, haciendo que me dé un mareo, superdelicioso.

Me separé como pude de él, y Salí de su oficina corriendo. Clara me vio y salió detrás de mi ya que estaba pálida.

- ¿Alexia estas bien? – me pregunto preocupada.

- Si, solo necesito tomar aire, nos vemos a la hora del almuerzo – no dejo que me diga algo mas y salgo corriendo apenas abre el ascensor.

Llego al techo, un lugar que descubrí hace poco y que nadie suele subir acá, ya que la mayoría le tiene miedo a las alturas. Yo, sin embargo, me encantaría hacer parapente desde acá. Algo que siempre me lo imagino y logra despejar mi mente, aunque en este momento no pasa eso.

Mi corazón está hecho un loco, no para de palpitar super rápido, no se que paso exactamente, nunca en todo este tiempo se ha acercado más de lo debido, y la verdad desde el día que chocamos no lo he podido sacar de mi cabeza, antes porque su actitud era horrible y ahora no se.

Se que tengo claro mis objetivos, y que no tengo pensado en estos momentos una relación, pero este papacito me descontrola, que voy a hacer.

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