FUEGO

A la mañana siguiente, el retorno de vuelta a casa comenzó desde muy temprano, ya que el duque tiene que preparar su.

El viaje fue tan largo que la duquesa se quedó profundamente dormida, que no se había percatado de que había llegado al ducado.

Leandro (Duque): -entra al ducado cargando a su esposa estilo princesa-

Alissea y Alidea: -corren- mamá, papá hermano al fin están de vuelta

Leandro (Duque): voy a dejar a su madre en la recámara, esperen en la sala iré en un segundo con ustedes

Los tres obedeciendo a su padre los tres fueron a la sala

Alidea: -se sienta- hermano los trajiste

Alexander: -sentado en medio de sus dos hermanas. Se hace el tonto- que cosa

Alidea: -coge uno de sus manos y lo empieza a mover- Alex apura dámelo

Alexander: está bien -ordena que lo traigan-

Sirvienta: -entra con una bandeja tapada, poniéndolo en la mesita-

Alidea: -salta-

Alissea: -curiosa salta para ver que era- pastel de chocolate!!!!

Leandro (Duque): -al entrar ve a sus dos hijas embarradas de chocolate. Se le dibuja una pequeña sonrisa al verlas así. Mis hijas son tan tiernas. Agarra una servilleta para limpiar la cara de una de sus hijas-

Alexander: -hace lo mismo, pero limpia a su otra hermana- listo

Alidea y Alissea: -sonríen- gracias

Leandro (Duque): -se sienta al frente de sus hijos- me tendré que ir mañana

Alidea: -triste- papi se va de nuevo

Leandro (Duque): -se levanta, poniendo sé dé rodillas ante sus hijos- lo siento, pero tengo que ir para protegerlos

Alissea: -triste- cuan...cuando regresas

Leandro (Duque): -no sabe qué responder, hubo un pequeño silencio- los vendré a ver cuando tenga tiempo, Alexander quiero que cuides a tu madre a tus hermanas

Alexander: -triste- no te preocupes padre yo las cuidaré

Leandro (Duque): -les da un abrazo a los tres-

La tristeza en esa habitación se sentía en el aire, pues hay un padre que quizás nunca volverá a ver a sus seres queridos, unos hijos que puede ser la última vez que puedan abrazar a su padre, ya que el duque dirige todo un ejército, en sus manos está la vida de miles de soldados, aunque no era la primera vez que lo lidera, puesto que lleva haciéndolo por más de tres de años, y aun así le resulta difícil alejarse de ellos, sus seres más preciados.

Alissea: -abrazando a su padre- padre antes de que se retire puedo pedirle que contrate un maestro de magia

Leandro (Duque): -los suelta- Lis aún no, -sostiene sus manos- tu magia es demasiado poderosa, recuerda, lo que deje tienes, primero que controlarlo

Alissea: pero ya lo puedo controlar

Leandro (Duque): -sorprendido-

Alissea: puedo demostrárselo -separa sus manos las de su padre, en la palma de su mano aparece fuego y en la otra el agua- ves te lo dije

Leandro (Duque): -más sorprendido- realmente asombrado

Alexander: -sorprendido y a la vez feliz- mi hermana es un genio

Leandro (Duque): -suspira- está bien, pero tienes que prometerme que iras despacio

Alissea: -feliz, asiente con la cabeza- si

El día se pasó rápido, todos estando en familia, no se dieron cuenta de que un nuevo día había llegado, donde el duque viaja rumbo a las fronteras, la familia se despidió de, el triste esperando su pronto regreso.

Dos años después

Esos años se hicieron infinitos para la duquesa, no soportaba estar alejada de su amado, a pesar de las cartas, enviadas por él, ella sentía que no era lo mismo, aunque parte de estas eran su consuelo, haciéndole saber que estaba bien.

Miranda, era una excelente espadachín, era conocida por los caballeros y aquellas personas que la hayan visto empuñando una espada. Lo que le impedía estar cerca del ser que ama, era que ahora tiene a tres lindos hijos al cual también necesitan su protección.

Miranda (Duquesa): -estaba tomando té con sus hijas- el pastel que has preparado está delicioso, como has conseguido esta receta

Alidea: -feliz- me alegro de que a madre le guste, la receta yo la cree -sonríe. Aunque sea mentira- madre sabe que me gusta la leche así que jugué con ella

Miranda (Duquesa): -dudosa- Alidea sabes que no me gustan las mentiras

Alissea: -en que te metiste ahora - ya dile a madre como lo hiciste

Alidea: -puchero- está bien, solo estaba bromeando; pero puedo decir que la receta es mía -recordando- he estado leyendo libros de repostería, y bueno lo llevé a práctica en la cocina además quería un pastel de leche pero que tenga bastante leche, surgió la tarta de tres leches -sonríe orgullosa-

Miranda (Duquesa): -sorprendida- mis hijas son unos genios

Alissea: -emocionada, salta de su asiento- madre yo también tengo algo que mostrarte -jala a su madre-

Miranda (Duquesa): -siendo arrastrada por su hija- jaja despacio Lis

Alissea: -la lleva al campo de entrenamiento-

Alexander: -las ve llegar desde lejos, se aproxima a ellas- madre que sucede

Miranda (Duquesa): Lis quiere mostrarme algo aunque -observa a su hija- todavía no sé por qué estamos en el campo de entrenamiento

Alissea: -se aleja de ellos-

Alidea: -dando pasos atrás- es mejor alejarnos de ella

Todos obedecen, ya que ella sabía de lo que su hermana era capas, a lo lejos se puede ver ha Alissea dar órdenes a los guardias, eso hiba ha tomar algo de tiempo hasi que las sirvientas les trajeron donde sentarse, el tiempo de espera termino Lis estaba lista para demostrar lo que ha aprendido estos dos años con su maestro.

Alissea: -orgullosa- solo traten de no sorprenderse

Alexander: jajajaja solo hazlo ya

Alissea: si engreída

Alissea: ya verán -en todo el campo hay blancos flotando, incluso algunos en movimiento y muñecos de pajas, ella invocó a la vez tres elementos a la vez, agua, viento y tierra; el agua corta aquellos que se encontraban quietos, viento y tierra a los de movimiento-

Todos quedaron maravillados por lo que sus ajos veían, el control de tres elementos a la vez era impactante. Nunca avían visto algo así, pues lo máximo que se sabía era que solo los que tenían años de entrenamiento podían dominar dos a la vez pero tres y ala edad de tan solo siete años es mucho más estupefacto.

Alissea: -mira a todos, para después dirigir su mirada a los muñequeos de paja, invoca el hielo y el fuego, haciendo que se congelaban y otros quemara- ya vieron yo los puedo controlar -no hay respuesta- que sucede hice algo mal -aun sin respuestas- yo...

Las personas que vieron todo habían quedado pasmados, el poder que puede controlar esa niña era asombroso, no podían creerlo, no sabían lo que tenían que decir, en todo el campo habitaba el silencio que fue interrumpido por una doncella y una niña que pasaban por ahí, captando la mirada de todos.

Sirvienta: -gritaba- maldita huérfana pero que crees que estás haciendo

Alissea y Alidea: -observan-

Niña: -llorando- yo... lo siento no lo volveré hacer

sirvienta: hay, hay solo eres una niña sin padres, no sabes hacer nada bien, y ahora me toca ami arreglarlo

Niña: -llorando- lo siento, realmente lo siento

Alissea y Alidea: -Recuerdos-

Xx: malditas huérfanas solo manchan mis ojos estando aquí -las empujan-

sirvienta: -le pega- eres una desgracia por eso tus padres te votaron

Niña: -cubriéndose de los golpes- no es cierto

Xx: -las patean-

Darya: -cubre a su hermana- cállense no es cierto

Alissea: -susurra- cállense, cállense -sus puños se encontraban en llamas la furia hacía que crecieran más-

Miranda (Duquesa): -se da cuenta, grita- Alissea para!!! -no la escucha -

Alexander y Alidea: -se percatan de la situación-

Alidea: Lis!!! -corre hacia ella-

Alexander: -la detiene- no, si vas podrías salir lastimada

Alidea: -alterada- pero hermano, ella también podría hacerse daño

Miranda (Duquesa): -corre hacia su hija, la abraza- Lis cariño -su ropa se quema al igual que su piel- hija, bebe tranquila

Alidea: -preocupada, vuelve su mirada a la sirvienta que ya se dio cuenta de lo sucedido- hermano hay que detener a la sirvienta, Lis volverá si lo asemos

Alexander: -la suelta- está bien, guardias detengan a esa mujer -al instante se llevaron a la sirvienta dejando a la niña allí-

Miranda (Duquesa): -las llamas se exparcen por su cuerpo- Lis mírame soy mamá -aguantando el dolor que las quemaduras le causan- todo va a estar bien

Alissea: -vuelve en sí lentamente- mamá

Miranda (Duquesa): -sonríe- me alegro -cae al suelo-

Alissea: -preocupada- mamá, mami, mami

Alidea: -corre- mami -le toma el pulso- llamen a un médico rápido

Lena (sirvienta): de inmediato -sale corriendo-

Alidea: Alexander hay que llevarla a su dormitorio

Alexander: -que se había quedado inmóvil-

Alidea: ALEXANDER

Alexander: -reacciona y ordenó los guardias que cargaran a la duquesa y la trasladaran a su dormitorio-

Al estar ya en los aposentos de la duquesa Alidea comenzó a ordenar a todos.

Alidea: Sebastian tráeme agua y toallas, María alcansame unas tijeras, los demás por favor retírese

Alexander: -dudoso-

Alissea: hermano Lia quiere espacio -hermana, por favor salva a mama. Aguantando sus ganas de llorar-

Alexander: -se va con ella-

Sebastián (Mayordomo): si señorita -salió a toda prisa-

María (sirvienta): si -saca de un cajón unas tijeras-

Alidea se encarga de cuidar a su madre mientras el doctor llegaba; en unos instantes el doctor llegó a la mansión, todos esperaban ansiosos afuera, y ver la condición de su madre no sea tan mala, pero los resultados fueron otros.

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