ANGUSTIA

Ducado de la rosa

Minutos antes del accidente

Despacho de la duquesa

En ese momento la duquesa se encontraba trabajando en compañía del Mayordomo

Duquesa (Miranda): - su vista se centra en los papeles - Sebastián, cree que hice lo correcto

Lo que le atormentaba a la duquesa, eran sus hijas, son muy pequeñas, para iniciar sus clases. Pero era sabido por todos los sirvientes que esas niñas, se diferenciaba de las demás niñas de su edad, ya que eran inteligentes para su corta edad.

El mayordomo, él, se encarga de gestionar la mansión junto con la duquesa. No falta decir que la duquesa, también se encargaba de otras cosas, el mayordomo solo la ayuda con la mansión.

Sebastián (Mayordomo): -aparta su vista de los archivos y la dirige hacia su señora- si me lo permite, usted sabe, de que son capaces las jóvenes señoritas.

Lo dice por experiencia, dado que ellas, lo han puesto en situaciones complicadas, en diferentes ocasiones, y ya siendo hora de que tengan algo de responsabilidades, y dejar de ser travesuras, no solo a él, sino también a los pobres sirvientes, porque si siguen así se quedarán sin sirvientes y nadéis va a querer trabajar en la mansión con esos demonios sueltos.

Duquesa (Miranda): -sus manos se encuentran entrelazadas, apoyando los codos sobre la mesa -son inteligentes, pero -preocupada- solo tienen cinco años.

Sebastián (Mayordomo): es verdad, normalmente lo toman a partir de los doce años, pero ellas han demostrado que pueden superar esta prueba -señora, no lo piense mucho, usted hace lo correcto-.

Miranda (Duquesa): tienes razón, estoy que me preocupo de más - se levanta, dirigiéndose a la puerta - aun, voy a ver como les va.

Sebastián (Mayordomo): -siempre se preocupa de más, pero ellas son... Suspira- está bien déjame que la acompaña

Los dos salieron del lugar.

Mientras que el cuarto, donde se suponía que se encontraban las pequeñas.

Lena (sirvienta): -toca la puerta- señoritas, el maestro está aquí -no hay respuestas, mira al maestro que se encontró al costado de ella para luego volver a tocar, pero sigue sin haber respuesta- disculpen, pero voy a entrar -al entrar no hay rastro de ellas- jóvenes señoritas, por favor salgan -comienza a buscarlas por todos lados de la habitación- no es momento de jugar señorita Alissea, señorita Alidea, salgan por favor -al ver la desesperación de la sirvienta, el profesor también ayuda a buscarlas, pero nada, no pueden encontrarlas-

Maestro: -se queda quieto después de no poder encontrar nada, con la mirada se percata que las ventanas que da hacia el jardín está abierta, se acerca- creo que ellas han saltado por aquí -mirando hacían bajo-

Lena (sirvienta): -se ha cerca hacia él-

Maestro: no está tan alto, ellas han podido saltar de aquí

En ese preciso momento alguien abre la puerta, donde alerta a los dos que se encontraban cerca de la ventana.

Miranda (Duquesa): -entra- Lena, que haces aquí, y mis hijas

La pobre sirvienta siente que el mundo se le viene abajo, sus señoritas no están en la habitación y era su responsabilidad cuidarlas, y ahora no sabe donde están.

Lena (sirvienta): -cae de rodillas- yo lo siento, mi señora, las jóvenes damas han escapado.

Sebastián (Mayordomo): -se mostró tranquilo, pero preocupado por dentro- puedes explicar, lo que pasó más detalladamente.

Pues al ser uno de los ducados más poderosos, había una posibilidad de que ellas pueden ser secuestradas.

Lena (sirvienta): -estaba tan alterada que no pudo pronunciar ni una sola palabra-

Maestro: -hace una pequeña reverencia- yo le puedo decir que paso duquesa, cuando nosotros entramos a la habitación no encontramos a nadie, hemos estado buscando por toda la habitación.

Lena (sirvienta): - aún nerviosa - sí… sí... así es, ya que a ellas le gusta esconder sé.

Sebastián (Mayordomo): y pensaron que estaba aquí, y dónde están

Maestro: ellas han salido por la ventana

Miranda (Duquesa): - preocupada al escuchar eso - que!!!!! - corre hacia ahí -

Maestro: - tranquilo - no se preocupen ellas lograron salir hi lesas como puede ver no es una altura considerada

Miranda (Duquesa): - alterada - COMO ESTÁ TAN SEGURO DE ESO!!!!!, Sebastián, que revisé toda la mansión, quiero que encuentre a mis hijas.

Sebastián (Mayordomo): -se retira para ordenar a todos los sirvientes a buscarlas-

Maestro: entonces yo me retiro su excelencia dado que mis estudiantes no se encuentran -hace una reverencia y se retira.

Miranda (Duquesa): -no le tomo importancia- Lena vamos a buscarlas

Todos buscaron, por todas partes, pero no encontraron nada. La desesperación de la duquesa crecía a cada instante, el temor de que algo pudo haber ocurrido, ella pensaba lo peor, ¿quizás fueron secuestradas?, ¿si les sucede algo?..." La preocupación aumenta cada segundo, al no saber dónde están sus niñas. No estar sentada sin hacer nada, ella empieza a buscarlas también, después de unos minutos, todos se reúnen para informar, pero soportan las noticias, no son nada cómodas.

Ella traía de recordar, en que parte podría estar, no podía, la angustia no la dejaba. Hasta que su memoria pudo dar donde ellos podrían estar.

La duquesa se dirige al lugar donde sus hijas posiblemente estén.

Dos días después

Dormitorio de las gemelas

Miranda (Duquesa): -demacrada, sentada cerca de las camas- no han despertado por dos días

Lena (sirvienta): -preocupada; espero que el duque llegue pronto- mi señora descanse por favor, no dormido por días.

Todos, no solo Lena, se encontraba preocupada, desde el accidente de las pequeñas, su señora, no ha descansado por días, manteniéndose cerca de sus hijas en cada momento.

Miranda (Duquesa): cómo quieres que duerma si mis hijas no han despertado todavía

Los sirvientes no pueden ser nada, sus súplicas no son escuchadas. Mientras que en la entrada llegaba la persona que tal vez logre convencerla.

Sebastián (Mayordomo): bienvenido señor, bienvenido joven amo

Leandro (Duque): -se mostraba tranquilo, pero en realidad estaba alterado por la noticia que había recibido- mi esposa.

Sebastián (Mayordomo): -preocupado- la señora no se ha separado de las jóvenes damas

Apresuraron sus pasos, mientras hablaban como es la situación

Alexander: el doctor que dijo cuando despertaran

Sebastián (Mayordomo): no está seguro, dice que las heridas en la cabeza son muy difíciles de tratar

Leandro (Duque): la magia curativa

Sebastián (Mayordomo): un mago de alto nivel

Llegan a la habitación, los dos entran, al estar ahí ven a una esposa ya una madre angustiada por sus hijas.

Leandro (Duque): -camina hacia ella, al llegar coloca su mano sobre su hombro- cariño

Miranda (Duquesa): -voltea con lágrimas en los ojos- Leandro -se levanta y abraza a su esposo; llorando- no soy...sff… buena madre… Sff… no supe cuidarlas sff, si no fuera por mi descuido.

Leandro (Duque): -trata de calmarla- tranquila, todo va a estar bien, ellas despertaran, son mis hijas, estoy seguro de que regresaran a nosotros.

Alexander: -se acerca a las camas- madre no te preocupes, ellas lo van a despertar -con una sonrisa-

Al calmarse, el duque ordena que se retiran, para poder hablar con más calma.

Leandro (Duque): sé que, no es necesario preguntar, pero...

Miranda (Duquesa): -limpiando sus lágrimas- si ya lo intente, pero no hay respuesta, -baja la mirada- tal vez no soy lo suficientemente poderosa.

Leandro (Duque): no, si tú no puedes, nadie más podrá hacerlo

Es sabido que la duquesa, es la maga más poderosa de magia curativa, se le puede comparar con el poder que posee los sacerdotes, pero la de ella era diferente, ya que ella poseía magia sagrada, que es considerada la más fuerte de la magia sanadora.

Alexander: -solo escuchaba, pues él sabía que su madre es la persona más poderosa de magia sanadora-

Miranda (Duquesa): -se limpia sus lágrimas que caían por sus mejillas- ahora lo recuerdo -se levanta- recuerdas que te dije que algunas personas que despertaron sus poderes caen en un estado inconsciente por días.

Leandro (Duque): como olvidar lo si te sucedió lo mismo, pero las niñas han sufrido un accidente que tiene que ver todo esto.

Miranda (Duquesa): pues, puede que lo estén despertando ahora mismo, he estado curándolas por dos días, eso debería ser suficiente para reparar todos los daños.

Leandro (Duque): entonces solo hay que esperar

Alexander: yo las cuidaré, no te preocupes, estaré bien, además no has estado dormido bien, ve descansa mamá.

Leandro (Duque): - la carca estilo princesa - tiene razón vamos

No pudo protestar, ya que estaba en los brazos de su esposo.

Miranda (Duquesa): -tengo a la mejor familia- está bien -descansa su cabeza en el pecho de su esposo, quedando profundamente dormida-

Alexander: ustedes son fuertes, hermanitas despierten -deposita un beso en la frente a cada una-

***Este trabajo esta bajo contratado con NovelToon y la piratería, como la reimpresión sin permiso, están estrictamente prohibidas.***

***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***