Más sola que nunca.
Dylan Córner.
La vida puede tener muchos cambios otros buenos y otros malos, pero son
cambios que tienen un fin talvez no lo entendemos en el principio, pero luego
todo empieza a encajar.
—¿No quieres ir a comprar más ropa para ti? — me pregunto
Ares al ver la poca ropa que tenía.
Lo vi por unos momentos no era fan de las compras.
—No es necesario estoy bien como estoy— le dije mientas me atiborraba de
comida. Diablos tenía una hambre.
—Te conseguiré más ropa.— a seguro yo rodé los ojos con él
siempre era así si algo me faltaba o “tenía muy poco” él se encargaba de
conseguirme más.
—No es necesario— volví a repetir únicamente quería estar con él para que me
mimara, me diera comida y me volviera a mimar.
—Tú te mereces todo y más.— sus palabras eran tan hermosas
que se me empañaron los ojos estos días estaba más sensible seguramente era
porque se acercaba mi periodo.
—¿Por qué eres tan lindo? — le pregunte.
El ladeo la cabeza y se acercó a mí para luego darme un beso corto para mi
gusto después de eso se levantó, ya que una llama lo interrumpió.
Solté un suspiro en tan solo una semana mi vida di un giro inesperado
después y que me intentaran matar y que me recuperará Ares me trajo a vivir a
su depártame. Cuando lléganos a mi casa creí que papá estaría ahí y haría un
escándalo, pero fue todo lo contrario.
El sí estaba ahí y también Alison que al verme se mostró sorprendía claro que
posteriormente lo disimulo muy bien. Pero al ver a papá él se encontraba
tranquilo y cuando le dije que me iría el mismo me haría mis maletas porque ya
no me soportaba.
Con un nudo en la garganta la hice ese día antes de irme le dejé una carta
en un lugar escondido uno que solamente él y yo sabemos dónde está.
Pero las cosas estaban dichas yo no era nadie para rogar un poco de atención
él es mi padre que de un día para otro me trata como una desconocida eso solo
rompió poco a poco mi espíritu, pero en medio de la oscuridad una luz brillo
sacándome de estas y esa luz fue Ares que con su amor me mostró que la vida no
es para los que se rinden sino de aquellos que se esfuerzan por hacerla cada
día mejor.
—¿En qué piensa mi pequeña luna? — su voz me saco de mis
pensamientos levanté mi cabeza y lo vi en el umbral de la habitación.
Estaba por contestarle, pero unas horribles náuseas me invadieron mis
piernas me movieron por si sola llevándome al baño y vaciando todo lo que había
comido.
Puta ke asco.
Después de dejar hasta mi alma en el baño solté un suspiro de alivio, sentí
como alguien tenía agarrado mi cabello y el cómo después me pasaba una toalla
húmeda por los labios.
—No me veas no es bonito ver vomitar a las personas— le dije a Ares mientras
desviaba la mirada.
Pero él me sorprendió me levanto con mucha facilidad del suelo para sentarme
en el lavado y él entre mis piernas.
—Tú eres y seguirás siendo lo más hermoso que he visto no importa en
la situación que te encuentres.— me vio con ojos brillantes.
—Siempre eres bueno con las palabras no es justo porque yo no lo soy.
Únicamente soy buena metiéndome en problemas y comiendo mucho pollo— le dije y
él soltó una carcajada ante lo último.
Porque era verdad el pollo es uno de mis platos preferidos y no tengo razón
para esto solo seque lo pudiera comer todos los días de ser posible sin dejar
de aburrirme.
—¿Te sientes mejor? — me pregunto mi lobo después de un
roto de estar en silencio asentí a su respuesta así que él me bajo del lavado
para darme espacio de cepillarme los dientes.
—Tengo hambre— le dije al salir.
Él me vio por unos momentos para luego salir de la habitación sabía lo que
quería y él siempre me lo traía. Últimamente, esta semana he tenido más hambre
de lo normal como si no tuviera un estómago sino que un hoyo negro.
—Aquí tienes pollo, pero esta vez trae verduras es necesario que
comas más sano y no solamente esto. — me dijo dejando el plato en mis
piernas inconscientemente hice un puchero odiaba las verduras esas cosas son
más tóxicas que las palabras de mi ex.
Al llevarme el primer bocado de pollo y que el sabor de este llegara a mis
papilas gustativas las ganas de vomitar se hicieron presente, casi voto el
plato por la corrida que pegue al baño.
Al terminar de sacar lo que no había comido las ganas de llorar me
invadieron.
—Pequeña sal de ahí.— me llamo Ares con cariño.
Al ya estar fuera del baño Ares me invito a sentarme en su regazo una
oportunidad que no iba a desaprovechar.
—No sé lo que mesa— dije entre hipos —Siempre me ha gustado el pollo no es
normal que vomité por su sabor— las lágrimas salían de mis ojos sin permiso mi
sensibilidad esta al mil. —¿Será que estoy enferma? — le pregunte.
Él por un momento se tensó, pero ante mis caricias en su espalda se relajó
puso su cara en mi cuello y lo sentí inhalar mi aroma.
Ares ha estado más posesivo de lo normal sé que algo me oculta, pero no
quiero presionarlo.
—Quizás deba de ir al medido para ver que tengo— afirme más para mí misma
que para él y cuando hice el intento de levantarme él me detuvo.
—Estás bien tu sangre está sana.— dijo pasando su nariz por
mi cuello algo que siempre hacía cosquillas —No te preocupes seguro es
lago pasajero. — ronroneo ante mi cuello estremeciéndome.
Trague saliva porque a pesar de los síntomas anteriores uno más que se
presenta era el querer que Ares me tome como si no hubiera mañana.
—¿Podríamos? — le pregunté mientras me sentaba en su regazo la necesidad me
estaba comenzando a quemar.
Él me vio con una ceja alza por mi provocación y yo le di una mirada
inocente.
—Podríamos, pero antes debes de comer. — me dijo para luego
bajarme de su regazo y salir de la habitación.
Solté un suspiro frustrado.
Me acosté para esperar a que él llegara con la comida, no sé si embargo se
tardó ni de cuando mis ojos se cerraron.
*
*
—Aún no le puedo decir. —
No sé cuánto tiempo estuve dormida lo que si se es que desperté muy
desorientada y a los dejos escuché la voz de Ares parecía enfadado.
Me levante y trate de escuchar más claramente sea lo que sea lo tenía
preocupa.
—Si ella se entera me odiara y no es bueno para su salud. —
me asomé por la puerta y lo vi mientras se pasaba una mano por el cabello
halándolo de forma frustrada.
Claramente, estaba hablando por teléfono.
—Laura no sé ira está decidida a quedarse por eso compre un
departamento a ella le deje la habitación del hotel.— escuche fruncí
el ceño ante el nombre que había dicho no sé por qué me molesto tanto parecía
que me quería ocultar de alguien.
Trate de escuchar más, pero la llamada había terminado él se dirigió a la
cocina al parecer no se había dado cuenta de mi presencia. Mi curiosidad era
mucha.
¿Quién era a Laura?
No podía quedarme con la duda.
Regrese a la habitación para ponerme algo cómodo. Unos pantalones vaqueros
con unos tenis y una camiseta era lo que me había colocado entre más cómoda
mejor.
—Pequeña aquí te traigo tu pollo.— me dijo dejando un plato
en un escritorio, pero él estaba vestido de traje.
—¿Saldrás? — le pregunté al ver lo formal que estaba.
Él asintió y eso me dio una esperanza de poder salir sin que él se dé
cuenta.
—Mi chofer se queda para cuidarte.— y con eso mis
esperanzas murieron.
Pero una idea se me ocurrió. —¿Puedo ir a comprar ropa más tarde? — hice mi
mejor cara de perrito abandonado.
—¿Qué tal si vamos cuando yo esté aquí? — me pregunto.
—Pero yo quiero ir ya. Me aburriré sola en estas cuatro paredes. —hice u
puchero sé que estos son infalibles.
Él me vio por unos segundos, pero una llamada nos interrumpió él vio el
celular no contesto simplemente lo ignoro.
—Está bien pequeña no te alejes de él. — me vio fijamente y
yo asentí —Hablo en serio mi pequeña humana. — se acercó para
darme un beso.
—¿Adónde vas? — le pregunte cuando ya se estaba alejando él se tensó por
unos momentos para luego tomar su saco y girarse hacia mí.
—Surgió un problema en la empresa que requiere mi atención. — dijo y en sus ojos pude apreciar un destello algo que me ocultaba.
No iba a mentir que él no confié en mí me lastima de sobremanera.
—¿vendrás temprano? — traté de saber para calcular mi tiempo.
—Talvez.—dijo indeciso —Pero si tardo no quiero que
te desveles. — y sin más salió del apartamento.
Me quede por unos momentos en mi lugar algo en mí me decía que no debía de
ir porque lo que iba a descubrir me destruiría, pero como tengo el instinto de
idiotez lo are.
**
**
El chofer de Ares estaba esperando con el auto.
—¿Adónde la llevo señorita? — pregunto educadamente.
—Quisiera ir a la tienda de ropa que esta al por el apartamento anterior de
Ares— dije tratando de evitar que los nervios se me noten, ya que no sabía si
cerca de ese sitio había una tienda.
El chofer me vio por unos minutos para luego asentir.
Soltó un suspiro de alivio esto iba mejor de lo que pensaba.
El coche se sumió en un silencio un poco incómodo no solía permanecer tanto
tiempo en silencio.
—¿Cuánto tiempo llevas trabajado con Ares? — rompí él silenció él me vio por
unos momentos por el espejo.
—Desde hace muchos años señorita. —fruncí el ceño.
—Dime Dylan.— pedí, ya que no me acostumbró que sean tan formal.
—El alfa no me lo permitiría.—
—Tú también eres un hombre lobo. — afirme, aunque parecía una pregunta.
Pero en absintio.
—¿Cuál es tu nombre? —
—Brandon—
Asentí ante su respuesta.
El coche otra vez se quedó en silencio, pero ya no era incómodo.
—Hemos llegado— me dijo vi la tienda y luego desvié mi vista y justo
cruzando la calle está el hotel en que anteriormente vivía Ares.
Me bajé del coche con él detrás de mí.
Ahora tendría que deshacerme de Brandon.
—¿Puedes buscarme algo de comer para mí? Por favor— le pregunto y al final
coloqué mis manos juntas tratando de darle lástima con la mirada.
Y funcionó porque me pidió que no me moviera de este lugar algo que claro no
iba a cumplir.
Al ya estar segura de que Brandon se había ido yo corrí hacia el hotel.
Al ya llegar me detuve por un momento no sabía si esa tal Laura estaba en la
habitación que anteriormente era de Ares, pero no perdería nada con ir a echar
un vistazo.
Con mucho sigilo me escabullí de la recepcionista y del guardia, no usaría
el elevador por eso decidí tomar la escalera, serian muchos escalones, pero no
importaba.
*
*
*
Casi con la lengua y afuera llega hasta la suite.
Tomo un suspiro y me dirige a la puerta.
Al levantar la mano para tocar me detuve.
¿Estará bien lo que hago?
Me pregunte, pero quite esas ideas de mi mente.
Toque y espero unos momentos hasta que la puerta se abrió revelando a
alguien que pensé nunca volver a ver.
—Tú…— dije estupefacta.
—¡¿Qué haces tú aquí?! — me pregunto la chica frente a mí.
—Creo que me equivoque de habitación. — susurre —¿Eres Laura? — aun en
shock.
—¿Qué quieres humana? — sabía que, aunque no me respondió ella era Laura.
Y ahora verla más detenidamente ella tiene un gran parecido con mi lobo. Por
eso me parecía conocida tienen los mismos ojos.
—¿Qué eres de Ares? — le pregunte en un hilo de voz.
Sentía un dolor en mi pecho.
Que no seas lo que estoy suponiendo.
Me repetía una y otra vez.
—¿Mi padre? — pregunto ella. —¿Cómo conoces a mi padre? — pregunto.
Y yo sentí mi mundo venirse abajo.
Mi padre.
Mi padre.
No dejaba de repetir en mi mente.
—oh, ya se te has enterado de que yo seré la futura alfa de la manada más
importante de Italia y hoy has venido a pedirme perdón— dijo ella.
Yo apenas escuchaba sentía que todo a mi alrededor se derrumbaba un pitido
distorsionaba los sonidos.
Él tiene una familia.
Tiene una hija de mí misma edad.
—tengo que salir de aquí.—me dije y al darme la vuelta la mujer de aquel día
en el instituto apareció.
—¡¿Qué hace esta arribista aquí?! — pregunto escandalizada.
Yo no pude evitar fijarme en el anillo en su dedo.
—No te preocupes mami ella ya se va solo preguntaba por mi papi, pero como
no está.—dijo la castaña detrás de mí.
—¿Qué quieres con mi marido? — me pregunto ella.
Mi marido.
Ellos están casados.
El pitido en mis oídos aumento el dolor en mi pecho se extendió, mis ojos se
cristalizaron sabía que el llanto estaba por surgir, pero no lloraría frente a
ellas.
Salí corriendo de ese lugar no me importaba pasarme llegando a las personas
únicamente quería salir de ahí poder respirar.
Él tiene familia una hija de mí misma edad y una esposa. Pero aun así no
me dijo nada solamente se acostó conmigo me convirtió en su amante.
Mis pensamientos iban de una parte a otra, uno tras otro y todos terminaba
igual.
Solamente me uso.
No sabía dónde estaba no me importaba está sola.
Más sola que nunca.
Mi madre murió.
Mi padre está con su nueva mujer.
Dark está conquistando a su alma nunca lo molestaría.
Y hoy que creí que sería feliz me entero de que únicamente fui un jugo
para un lobo que solamente tenía hambre de una oveja estúpida.
Mi corazón ya no sería el mismo este estaba hecho añicos.
*
*
*
Narrador omnisciente.
Una joven corría por las calles de Canadá sin importarle que el frío era
abrazador.
En otro lugar un lobo sentía el desespero de su alma y con la angustia en su
ser volvió a su departamento, pero al entrar en este a la chica que buscaba no
estaba, por un momento se tuvo que detener, ya que las sensaciones se volvieron
mucho más fuertes.
El lobo de este les pedía a gritos que encontrara a su mate y que la pusiera
a salvo junto a sus cachorros que en estos momentos podrían estar en peligros.
El desperado llamó a la persona que sabía que estaría con ella.
—¿Dónde está? — pregunto con voz grabe.
—Ceño ella estaba en una tienda, pero de u momento a otro desapareció— trato
de explicarle lo que había sucedió, ya que este conocía al alfa y lo que era
capaz de hacer por la chica.
—Mándame la dirección. — demando este tratando de clamarse,
pero otra ola de dolor lo atravesó.
—Estábamos en frente de su antiguo hotel—le dijo el chofer.
Y como si de agua fría se tratara Ares se puso pálido.
Él temía que Dylan se enterara de la familia que tenía y que no le diera
oportunidad de explicarle como estaban las cosas.
—Búscala— le ordeno colgando.
Él salió corriendo y justo cuando iba bajón las escales su marca ardió y un
grito salió de su garganta.
Sabía lo que significaba.
Su luna.
Su mate.
Está en peligro y con ella los cachorros que, aunque son muy pequeños llaman
a gritos a si padre para que los proteja.
—Tienes que ir por ella— le rugió su lobo desesperado porque
de un momento a otro su conexión se estaba volviendo más débil.
Ellos temían lo peor.
A ella no la puedo perder no ahora que me dará hijos. No ahora que la
amo tanto.
—Maldita sea date prisa— le ordenaba Carter.
Ares lo ignoraba porque sabía que su lobo está igual de desperado o más que
él, ya que como no estaban en su manada no podían transformarse y buscar más
rápido a su compañera.
—Cálmate maldita sea— le dijo Ares porque se saldría de
control.
El lobo le rugió en desacuerdo.
*
*
En otro lugar un vampiro que estaba con el brujo sintió un cambio y como con
la conexión que tenía con Dylan sintió el dolor que está sentido, pero no solo
el vampiro lo sintió sino que el brujo percibió algo en el ambiente.
—Tienes que ir con tu amiga, ella te necesita antes de que algo malo le
ocurra. — le dijo el brujo y el vampiro vio como sus ojos cambiaban de un color
a otro y esto solamente pasaba cuando tenían una premonición. —Debes de darte
prisa antes de que el mal la encuentre primero y la en vuelta entre sus redes
hasta el punto de adueñarse de su alma.—
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Comments
Blanca Montero Angulo
pobresita, mejor le hubiera dicho la verdad 👍 🤷 😅
2023-09-29
2
Blanca Montero Angulo
sí es cierto 👍 😅
2023-09-29
0
Blanca Montero Angulo
ojalá no se separé de él. 😘😘😘🤩🤩🤩🤩
2023-09-29
0