Un
beso con sabor a condena.
Narrador
omnisciente.
Mientras
que un lobo suspiraba de felicidad dejando de lado el que casi pierde al amor
de su vida y que con ella se hubiese llevado a sus hijos él se acomodó a un
lado de ella colocando una mano en la cintura porque de esa forma sentía más
cerca a sus hijos como a la madre.
Ares quería
disfrutar de esta sensación una que jamás sintió.
Pero en
otro lado en una mansión se encontraba un hombre preocupado por su hija él se
arrepentía de lo cruel que se había comportado con ella tanto en la manera de
hablar como cuando la golpeo.
—Deberías e
ir a dormir cariño— una voz llamo la atención del hombre, pero este no hizo
caso.
Al ver que
el hombre la ignoraba la mujer quiso gritar por esta acción más, sin embargo,
debía de mantener la actuación. Con el camisón mostrando mucha piel se acercó
al que ya si ha sentado en su sillón lo suficiente grande para que ella se
siente en sus piernas.
La mujer lo
hizo y vio al hombre uno que a pesar de tener casi los 40 se encontraba bien
conservando su piel un poco acaramela muy diferente a la de sus ojos de un
enigmático gris y cabellera negra no tenía ningún parentesco físico con la
pequeña Dylan.
—Cariño—
hablo pausadamente —Tienes que entender que está haciendo una rabieta porque ya
no le prestas atención como antes— le decía ella en susurros contra su oreja y
se movía de forma sensual sombre su miembro porque quiera ser o no él es un
hombre y tener a una mujer como Alison en sus piernas despertaba la pasión que
ahora tenía él.
—Es mi
hija— dijo él en apenas un susurro porque él no hizo nada por quitarse de
encima a Alison dejando que esta lo sedujera.
—Pero yo
soy tu novia y quiero que me complazcas solo como tú aves hacerlo— le dijo ella
dándole una pequeña mordida en la oreja.
Provocando
que una erección creciera en los pantalones del que agarro la cintura de Alison
para acercarla más a él creando mayor fricción entre ambos.
Alison
sonreía ya que había conseguido lo que se proponía y más cuando siente al padre
de Dylan tomarla de la cintura para recostarla en el sillón y romperle su
pijama dejándola desnuda.
Mientras el
padre de Dylan le besaba el cuello esta sonrió de manera escalofriante. Ella
tenía el control y todo estaba saliendo según su plan.
—Thomas—
jadeo Alison sintiendo las manos de él en su intimidad.
Thomas
Córner (el padre de Dylan) se encontraba tan inmerso en complacer a Alison que
había olvida todo incluso que su hija no llegaba a casa siendo muy noche él, él
solo se concentraba en la mujer debajo de él.
Este quiso
besar a Alison, pero está sabiendo que tenía dominado a Thomas tomo su rostro
dándole a beber un líquido color verde que él se tomó sin rechinar para luego
sentir los labios de Alison.
Él a pesar
de todo sintió que el beso era uno con sabor a condena.
Esa noche
mientras una chica lucha por su vida y junto a la de sus hijos que crecían en
su vientre otro en una mansión se entregaban de manera obscena.
::
::
::
Dylan
Córner.
¿Hola?
Mi voz hace
eco cada vez que más y no sé qué me asusta el no poder ser nada, ya que todo
está oscuro o el vacío que este lugar se siente.
Quizás morí
y hoy estoy vagando gracias a mis pecados o ¿o estor en el infierno?
—Señor
demonio ¿vendrá por mí? — pregunté, aunque creo que fue lo más estúpido que he
hecho.
—¿Por qué
un demonio vendrá por ti? — pregunto una voz atrás de mí.
Yo gire mi
cuello tan rápido que considero que me lo fracture y con eso el susto me dio.
—Maldición—
dije tomándome el pecho para controlar mi respiración.
—¿Bendices
o maldices al demonio? — volvió a pregunta con evidente diversión en su voz.
Al levantar
la vista y buscar a la persona no encuentro nada.
~Ok.~
Esto se
está poniendo muy raro.
—¿Eres
Dios? — pregunté, pero no hubo contestación. Fruncí el ceño molesta —¡Habla
maldita sea que no soy tu juguete! — exclame ya sin paciencia.
—Me dijeron
que eras una niña muy curiosa, pero no tanto así— exclamo de nuevo esa voz con
diversión.
—¿Seguiremos
jugando a las escondidas? — pregunté ya irritada y cansada caminar como
—¿Seremos como el gato y el ratón? —volví a preguntar sin obtener ninguna
respuesta.
>>Esto
me está cansando y eso que yo seré el gato, pero no estoy de humor para
perseguir a un ratón imaginario— y como siempre no obtuvo respuesta.
A este
paso me volvería loca ye que creeré que la he imaginado y que es pepe
grillo.
—y como es
un insecto lo tiraré al suelo con un fuerte PAMM contra el suelo tendré un
grillo aplastado— pensé en voz alta.
—¿Qué no se
supone que eres una niña del bien? — la voz imaginaria (no tan imaginaria)
volvió a hablar.
—Ya por
favor ¿Se dejará ver o no? — pregunté exasperada. —No muerdo o bueno talvez
cuando tengo hambre ¿Por qué no tengo hambre? ¿Los muertos comen? ¿Tienen pollo?
¿Quiero pollo frío? QUIERO POLLO FRITO — fueron tantas preguntas, pero grité
con la extraña sensación del sabor del pollo frito.
—¿Eso
responde tu pregunta? —
—¿Cuál de
toda? — pregunte.
Pasaron
unos minutos y supuse que no volvería a contestar.
—No estás
muerta princesa, pero tampoco está viva— dijo dejando de lado la diversión. —
La sensación de querer comer esta, pero, aunque lo hiciera en este lugar nunca
quedaría satisfecha unos dicen que es el lugar donde las almas que vagan
buscando una salida y regresar con los vivos peor otros dicen que son las almas
que no les toca morir, pero fueron empujados y en su afán de luchar por su vida
quedan aquí— dijo.
—¿Qué soy
yo entonces? — pregunte.
—Eso solo
tu mi querida princesa lo sabrá y es su decisión volver o quedarse— exclamo.
—¿Por qué
me llama princesa?— pregunté extrañada ante tal apodo.
—No es algo
que yo deba decirle, pero sí que en este lugar no tiene nada más, sin embargo,
hay personas que la esperan que sufren ante su perdida—
—Yo no
tengo a nadie— dije por qué así era no recordaba a nadie mi mente estaba en
blanco.
—Sé que en
lo más profundo de su mente un inquietante recuerdo quiere salir a la luz, pero
que un muero lo está bloqueando. Sabe que extraña sentir su toque, aunque no le
recuerde lo tiene grabado por completo en tu cuerpo y mente. Sus labios lo
añoran, así como también lo hace su corazón. — dijo.
Para mí
solamente fueron palabras de una voz lejana que no se presentaba, pero cuando
mencionaba mi mente dolía y el vago recuerdo de unos ojos verdes se presenta en
ella.
Me tomo la
cabeza con ambas manos para tratar de maniobrar en dolor, pero entre más lo
trato de dejar este más se presenta tanto como si la tomaran y la tirara un
tras otra y otra contra el suelo.
—¡¿Para?! —
exclame con dolor en mi voz los ojos verdes no me dejaban, pero entonces un
rostro se aclaraba entre medio de la espesa neblina que era mi cabeza.
—¿Por qué
lo fuerzas princesa? — pregunto otra vez la voz.
—¡Solo has
que se vaya! — dije con la voz entre cortada porque el dolor me dejo reducida a
rodillas.
—Tú no
puedes dejar no en este momento aún hay muchas cosas que debemos vivir juntos.
—
Escuche una
voz grabe y fue como anestesia ante el intenso dolor.
—¿Escucha
eso princesa? ¿Aún no lo recuerda? — pregunto, pero yo solamente quería volver
a escuchar su voz.
—Por
favor amada mía vuelve a mí sin ti yo soy menos que nada.— y como si mi petición fuese
escuchada aquella voz se volvió a escuchar.
—Ve princesa
alguien la está esperando, pero si no lo recuerda no podrá salir de este
lugar.— me dijo.
Yo tragué
saliva ruidosamente ante lo que dijo o sé que me pasaba porque no recordaba
nada, pero al escuchar aquella voz de hombre mi cuerpo pedía ir con él sin y mi
cabeza dolía más por el esfuerzo de tratar de recordar de quien se trata.
—Hola mi
amor— dio una voz a la derecha.
Una voz que
hasta con los ojos cerrados reconocería.
—¿Mamá? —
balbuceé poco, ya que al girarme la pude contemplar.
Su cabello
castaño igual que el mío y sus ojos que eran idénticos casi parecíamos hermanas
no madre e hija, pero aun así cuando ella era bondad y amor yo era explosiva y
un poco cruel.
—¿Qué haces
aquí, bebé?— me pregunto mientras se acercaba a mí y me rodeaba con sus brazos
justo como lo hacía luego de regresar de la escuela.
—Mamá—
susurré con la voz rota desde que ella murió deseaba sentir sus brazos
abrazándome y diciendo que todo estará bien.
—Ya pequeña
ahora estoy aquí— me consoló aún en sus brazos.
Yo no sabía
que decir solo quería estar de esta manera con ella y que jamás me dejara.
—no sé
cuanto tiempo pasamos en esta posición y no me importaba, pero mi madre no
pensaba lo mismo porque me separo de ella e hizo que la viera.
—Tienes que
volver corazón— me dijo con decisión en su mirada, pero sin perder el amor.
—No quiero—
le dije siempre de terca.
—Tienes que
hacerlo en este lugar no hay nada para ti cariño— me dijo, pero yo negué.
—Tú estás
aquí, eres todo lo que necesito— dije, pero ella negó.
—¿Por qué
no quieres recordar cariño? — me pregunto ella, pero yo fruncí el ceño.
—¿Qué debo
de recordar? — le pregunte a ella sin entender realmente el por qué no me
quería a su lado.
—Hija hay
alguien que te espera y si tú no vuelves con esa persona cosas muy malas pueden
pasar— iba a replicar, pero ella no me lo permitió. —Sé que tú lo sientes hija,
pero te niegas a reconocerlo— dijo y toco mi pecho —Tu corazón reclama a esa
persona, pero tu mente no lo quiere aceptar— me dijo.
Desvié mi
mirada sabía que ella tenía razón, pero algo me decía que si yo recordaba jamás
la podría volver a ver y me negaba a aceptar eso.
—No quiero
irme porque sé que jamás te volveré a ver me dejarás otra vez.— le dije con voz
quebrada por el chanto.
—Cariño— me
hizo verla a los ojos. —Yo jamás me alejé de ti y aunque no me puedas ver
siempre he estado contigo— me dijo con un radiante sonrisa.
Al ver sus
ojos algo vino a mi mente un par de ojos verdes mirándome con amor un amor tan
incondicional uno que me hace sentir en casa.
Y como si
este fuese un detonante un centenar de imágenes pasaron por mi mente cuando
conocí a Dark y también a Ares.
—Siempre te
protegeré mi niña— escuché a lo lejos la voz de mi madre justo al momento de
que la oscuridad me abrazara.
*+*
—¿Se lo
dirás? — escuche la voz de Dark a los dejos y aunque trate de abrir los
ojos no podía el cansancio en mi cuerpo no me lo permitió.
—Aún no.—
dijo la voz de Ares.
No sabía de
lo que estaban hablando porque no estaba prestando atención solo quería poder
abrir los ojos.
—Ella tiene
que saberlo— se escuchaba notablemente molesto—Porque si se entera por terceros
ten por seguro que te odiara. — sentencio y se sentía el ambiente tenso.
—Dije que
no. Ella tiene que estar tranquila para así poder protegerla. Así que nadie le
dirá nada.— Dijo él con voz grabe dejando callado a Dark.
Sabía que se
trataba de mí y que por más que trataba de abrir los ojos para preguntar el por
qué no pude porque la oscuridad otra vez me estaba consumiendo.
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Comments
Omirsa Benites de Salcedo
Demasiados errores, por favor trata que los demás capitulos están bien, la novela es buena, me encanta
2022-09-28
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