CAPÍTULO TRECE, PAPI TONTO.

TÍTULO: PAPI TONTO.

SUBTÍTULO: PEQUEÑO DEMONIO.

LUZ.

Al día siguiente, me desperté muy temprano, me di una ducha y me preparé para mí primer reunión del día.

Hoy será un día un poco ajetreado, así qué pienso aprovechar la presencia de Williams. Tanto qué quiere pasar tiempo con Addi, hoy lo hará.

Le di el día libre a la niñera y él tendrá qué cuidar de ella. Vamos a ver qué tan astuto es para sobrevivir a Addi todo un día completo.

Escribí una nota y sé la dejé en la mesita de noche, luego salir de allí.

WILLIAMS.

--- Luz, deja de patearme.-- Dije al sentir patadas en mí costillas.-- Me giré y seguí durmiendo.

Un rato después me despierta un chorro de agua fría cayendo en mi rostro.

Williams.-- Mierda luz.

¿Qué carajos estás haciendo?

Addison.-- ¡papi tonto!

-- Levántate.-- Al oír una suave y pequeña voz, abrí mis ojos frunciendo el ceño.

Y cuándo vi el rostro de Addi, recordé dónde estaba, y qué no era luz quién estaba conmigo, sino mi hija.

Di un salto de la cama y me compuse despertándome del todo.

Williams.-- ¿Dónde está mamá?-- Ella solo estira su mano y me paso una nota.

"NOTA"

Williams, hoy tienes que cuidar de Addison.

Dale de desayunar, aséala, y no digas groserías adelante de ella.

No sé si sabías, pero los niños son como esponjas, ellos aprenden y absorben todo lo que ven y escuchan, así que cuidado con lo que haces y dices.

P.D. Tengo mucho trabajo por resolver, así que no me llames y no me esperes, solo cuida bien de Addison.

Al terminar de leerla, observé a la pequeña junto a mí, con los ojos bien abiertos.

--¿Ahora qué hago?.--Me pregunté preocupado, nunca antes había cuidado niños.

Addison.--Tengo hambre.

--¿Dónde está mi leche y mis galletas?

Williams.-- Ya cariño, en un momento llamaré al servicio y traerán tu leche.

-- Solo espera a qué papi sé de una ducha ¿si?

Addison.-- ¡No! Quiero mi leche y mis galletas.-- Ella se tiró al suelo haciendo un berrinche y aturdiendo mis oídos, por los gritos qué daba.

Williams.-- Está bien, solo cálmate.-- Tomé el teléfono y llamé rápidamente para qué trajeran el desayuno lo más pronto posible.

Una empleada llegó y trajo el carro con el desayuno. Luego de recibirlo, lo serví y llamé a al pequeño demonio.

Williams.-- Mi niña, el desayuno está listo, ven.-- Le dije con una media sonrisa, pero ella lo rechazó.

Williams.-- Cariño, me pediste leche y galletas, y aquí están, ven y toma el desayuno.-- Hablé algo molesto.

Addison.-- Ya no quiero, ahora quiero ir con mi mami.

Williams.-- Hoy pasarás el día con papá, mamá está trabajando.

-- ¿Qué dices sí tomamos el desayuno y salimos a pasear?

Addison.-- ¡No! -- Intenté calmarme y ser paciente, pero ella comenzó a correr al rededor de los muebles y yo cómo loco detrás de ella.

Cuándo por fin logré atraparla, la senté en el sofá y le acerqué el bendito vaso de leche, el cuál no quiso recibir.

Williams.-- Bien.

--¿Quieres hacer enojar a papi?.

-- No lo vas a conseguir, ahora vamos a ducharte y luego saldremos.-- La levanté en brazos y la llevé al baño.

Mí comportamiento puede parecer algo infantil, pero está niña es igual qué luz, terca y caprichosa.

LUZ.

La primera reunión del día transcurrió con total tranquilidad, logré concretar una gran venta de prendas, las cuales serán exhibidas aquí en Francia, y no solo eso, Travis Duran, también quiere asociarse a nosotros y abrir nuevas sucursales de venta en diferentes ciudades, no solo de Francia, ya qué también tiene otra empresa en España.

TRAVIS.-- Fue un gusto hacer negocios con usted señorita Domínguez, ahora quisiera invitarla almorzar.

-- ¿Qué opina?

Luz.-- Me encantaría, pero tengo otra reunión de negocios, y no será posible.

--Lo siento, quizás en otra ocasión.-- Me encogí de hombros.

TRAVIS.-- ¿Entonces a cenar?.-- Lo mire con dudas, no sé si Williams logre aguantar mucho tiempo con Addison.

TRAVIS.-- ¿Qué dices?

Luz.-- Ok, aceptó la invitación.-- Travis extendió su mano y nos despedimos, cada uno tomando un nuevo camino.

Cuándo su figura desapareció por la puerta, me di cuenta de qué no habíamos arreglado en qué lugar iríamos a cenar, pero no le di importancia.

HORAS MÁS TARDE.

LUZ.

Luego de un largo día de reuniones, por fin terminó todo el trabajo del día de hoy.

Llegué al hotel, en el cual me hospedo y cuándo estuve cerca del ascensor, Travis estaba esperándome.

TRAVIS.--- Señorita Domínguez,

--¿Olvidó nuestra cena?

Luz.-- Claro qué no, solo qué no pautamos el lugar de encuentro.

TRAVIS. -- Bueno ya estamos aquí, cenemos en el restaurante del hotel.

-- Es muy elegante y sirven platillos exquisitos.-- Él extendió su brazo y lo tomé, juntos nos dirigimos hacia el restaurante y en verdad era un lugar muy agradable.

Pronto ocupamos una mesa junto a la ventana y me perdí en la hermosa vista, hacia las calles parisinas.

MOSO.-- Buenas noches, aquí tienen la carta.

-- ¿Desean pedir algún aperitivo?

TRAVIS. -- Claro, traigan un Beaujolais Nouveua.

MOSO. -- Enseguida señor.--Miré a Travis algo dudosa, no por el vino qué acababa de pedir, sino que por qué me extrañó la repentina invitación.

TRAVIS.-- Quédate tranquila, es un buen vino tinto, te encantará.

Luz.-- Claro, no dudó de tu buen gusto.-- Levanté la mirada hacia él, pero una imagen detrás de nuestra mesa llamó mi atención.

Williams estaba allí, detrás nuestro con Addi, y al instante notó mí precensia.

Al verme sé levantó de la mesa y camino hacia nosotros, tomando a nuestra hija de la mano.

Williams.-- Espero no interrumpir la reunión de negocios.

TRAVIS.-- Williams Smith, un gusto verte en persona.

-- Y no, no interrumpes ninguna reunión de negocios, sólo estamos por cenar.

Williams.-- ¿No me digan qué es una cena romántica?

-- ¿Tan pronto? ¿hace cuánto tiempo se conocen?

-- ¿Dos semanas? ¿Uno o dos meses?-- El ambiente de pronto sé torno muy tenso delante de mí, Travis se veía confundido por tal interrogatorio, y yo moría de vergüenza.

Williams sé encontraba muy molesto y desaliñado, con el cabello despeinado, expresión de agotamiento, y vestido algo informal.

Solo con un pantalón de jeans azul, una camisa Blanca, arremangada hasta los codos, y los zapatos algo polvorientos.

(Cómo sí hubiera pasado por un potrero)

Y por último mí Addi, vestida con una sudadera de dibujos de corazones, un falda amarilla, unos tenis rojos y el cabello atado en dos colas.

(Cómo la chilindrina)

Una más alta qué la otra.

Addison.-- Mami, papi no sabe qué ropa me gusta, me vestio muy feo.

-- Y no sabe peinar mí cabello, jalo mucho de el.-- Mí pequeña refutó molesta, haciendo un puchero y con el ceño fruncido.

Luz.-- Ya veo que sí cariño.-- Ven, siéntate con mamá.-- La levanté y la senté sobre mi regazo, desate el horrible peinado y alice su cabello con los dedos.

William sé quedó sin moverse y travis me observaba confundido.

Luz.-- Disculpa mis modales, ella es Addison, mi niña.-- Dije avergonzada por toda la situación.

Williams.-- Y yo soy el padre de Addison.

TRAVIS.-- No, no... Yo no sabía qué ustedes.

Luz.-- No, no es lo qué crees, nosotros no....

Williams.-- ¿Por qué dar explicaciones?

-- Sí quieres te relato cómo concebimos a nuestra hija.

Luz-- William...

TRAVIS.-- Me van a disculpar, pero acabo de recordar qué tengo un compromiso muy importante.

-- No sé preocupen, cenen tranquilos, yo invito.

-- Voy a dejar avisado qué carguen la cuenta a mi nombre.-- Travis huyó despavorido sin siquiera mirar atrás.

Williams.-- ¿Arruiné tú cena romántica?

Luz.-- Williams, no quiero discutir contigo.

-- ¿Porqué Addi lleva está vestimenta de circo caminante?

Williams.-- ¿Quizás porqué no tengo experiencia cuidando niños?

-- ¿O talvez por que no sé dejó vestir?

-- ¿O por qué corrió por toda la habitación desnuda?

-- Ha, lo olvidaba, también dejó toda la habitación patas arriba, desordeno toda su ropa, no quiso desayunar, hizo berrinches y me volvió loco.

-- No pude ducharme, no desayuné, no almorcé, y me hizo correr detrás de ella en el parque de niños casi por media hora.-- Al escuchar el furioso relato de Williams, miré a Addison, pero me observaba con sus ojos de cachorro castigado.

Luz.-- Addison.

-- ¿Tú causaste todos esos problemas-- Pregunté a la pequeña en mí regaso, pero con la voz firme.

Sabía qué ella no colaboraría con Williams, pero no hasta el límite de portarse como una pequeña pandillera.

Addison.-- Prometo portarme bien, no volveré a correr o portarme mal.-- Sus ojos sé pusieron colorados y sus lágrimas amenazaban con salir.

(Negué con la cabeza)

Luz.-- Sabes qué no deberías portarte mal, cuándo lleguemos a la habitación nosotras dos hablaremos de esto.-- Ella asintió e hizo un puchero en sus labios y sé mantuvo quieta y callada.

Muy pocas veces tuve qué reprenderla, ella es una niña muy calmada, bien portada y obediente, no suele causar problemas, pero desde la aparición de Williams en nuestra vidas cambió drásticamente.

Williams.-- Cenemos y volvamos a la habitación, quiero cenar e ir a darme una ducha.-- El derrotado y cansado Williams tomó asiento y me dio una mirada afilada.

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