CAPÍTULO CUATRO, ENFRENTAMIENTO.

TÍTULO: ENFRENTAMIENTO.

Luz.

Llegó a mi depa después de caminar por largas horas, mis pies duelen cómo el demonio, estoy muerta de sueño y muy cansada, Karen, Lucas, y Juliette estaban esperándome con una pizza fría y cervezas calientes.

El primer mordisco qué di tuve qué tragarlo a la fuerza, y después de tomar un trago de cerveza y escupirlo los vi feo.

Luz.-- Esto está caliente, y la pizza fría, en qué fallamos, tengo refri y microondas.-- Dije frunciendo el ceño.

--Es tu castigo por ser tan tonta, te dije qué no vinieras aquí, y no, viniste, y ese idiota volvió,

--¿Ahora qué crees qué sucederá?.

--Ese maldito imbécil te va a hacer la vida a cuadros.-- Dijo Lucas muy molesto.

No quise refutar sus palabras, me levanté y fui hacia el baño, me di una ducha larga, y después de recobrar la sensibilidad en mis pies fui a dormir, mi Addi estaba dormida en mi cama, me abracé a ella y me quedé dormida.

Pero no por mucho tiempo, él molestó sonido del teléfono me despertó minutos después.

Era Yadiel avisandome qué él señor Smith tuvo una recaída y estaba de nuevo en la clínica.

Después de colgar la llamada, me levanté rápidamente, me vestí con lo primero qué encontré y salí rápido.

Cuando estuve dentro de la clínica Yadiel sé acercó a mí, me dio un abrazo él cuál correspondí, y luego él susurró a mi oído.

Me pregunto por Addi, yo estaba a punto de contestar cuándo escuché un insulto y luego un tirón.

William.--Eres una zorra, te acuestas con mi padre y cómo él está en la clínica aprovechas para tener una aventura con mi hermano, solo te falta acostarte con Catherine.-- Dijo William mientras tiró de mi brazo alejándome de Yadiel.

Lo vi con una mirada afilada, en este mismo momento tengo ganas de matarlo.

Sacudí mi brazo y me solté de él, luego le di una bofetada arrasadora, las comisuras de sus labios comenzaron a sangrar, el golpe fue duro y secó.

Él me observó con enojo, y cuándo menos lo pensé su mano estuvo a punto de golpearme, pero Yadiel lo detuvo.

Luego vino el desmadre, éstos dos se enfrentaron a golpes.

Dos enfermeros tuvieron qué separarlos, pero ambos parecían perros callejeros, totalmente descontrolados.

--Eres un maldito maricón, no tienes las pelotas suficientes para pelear conmigo, pero si para golpear a una mujer.-- Gritó Yadiel con los puños apretados y con muchas ganas de seguir la pelea.

William.--¿Sabes qué?

--Quédatela, ya fue mi zorra, ahora puede ser la tuya, no me gustan las mujeres fáciles, es toda tuya.--- Dijo William partiendo mi corazón en mil pedazos.

No entiendo cómo puedo estar enamorada de él, no sé como podemos tener una hija en común, ni siquiera Hernán fue tan patán y desalmado conmigo.

Tengo que recoger los pedazos de mi corazón, esté hombre aún sigue rompiéndome y lo peor de todo es qué sigo amándolo.

--No le prestes atención, es un maldito idiota, él nunca te mereció, eres mucha mujer para él.--- Dijo Yadiel y sonreí de medio lado.

--¿Cómo se encuentra tu padre? -- Pregunté para cambiar de tema, no quería seguir peleando.

--Él está fuera de peligro, quédate tranquila.-- Dijo esté y me abrazó, hundí mi rostro en su pecho, mi corazón dolía cómo sí me hubieran atravesado con una espada.

William.

Me encuentro con mi padre, quiero asegurarme de qué sé encuentre bien.

Pero por lo qué me dijo él doctor, no tiene un buen de salud.

Me quedó varias horas junto a él y luego de un rato salgo al corredor y veo a mi hermano con luz, y mi sangre sé calienta cómo sí estuviera bajo el fuego.

Él está hablándole en el oído, sé ven muy acaramelados y no me resisto más, tengo ganas de agarrarla y llevármela de aquí.

Voy hacia ellos, tomó del brazo de luz y la sacudo para separarlos, mientras le decía todo lo qué pensaba de ella.

Luz me dio un golpe, el cual me causó un gran enojo, no hace ni 24 horas qué la vi y ya me abofeteó dos veces, levanto la mano, no fue intencional, reaccioné sin pensarlo, jamás golpeé a una mujer, y menos a ella, nunca la lastimaría.

Pero antes que frenará mi mano, lo hizo Yadiel, él muy imbécil sé cree un justiciero o no sé qué mierda.

Terminamos yéndonos a las manos, y tuvieron qué separarnos unos enfermeros, dije unas cuantas verdades y me fui nuevamente a la habitación de mi padre, pero aun así, no disminuyó mi bronca.

Me siento en el sofá, estoy muy molesto, son sentimientos demasiado confusos los qué tengo en mi cabeza.

¿O son celoso los qué siento?.

Mi mente es un maldito desastre, ya ni siquiera sé lo qué quiero.

Solía pensar en ella, pero al no verla era diferente, ahora caigo en cuenta de qué no resistiría verla con otro hombre.

Paso las manos por mi rostro, estoy confundido, molesto, celoso, ya no sé cómo debo reaccionar, no será nada fácil estar cerca de ella.

DÍAS DESPUÉS.

LUZ.

El señor Smith ya salió de la clínica, por suerte sé encuentra mucho mejor, pero esos días qué estuvo allí fueron una tormenta en mi vida.

William, iba y venía con su esposa, me dolió mucho más de lo que pensaba, pero no di el brazo a torcer, no volveré a ser esa mujer débil, sí no me respetan, yo tampoco respetaré, si me insultan, no callaré, aunque estoy segura de que no será nada fácil, y menos tratándose de William.

El señor Smith habló conmigo, me pidió qué trabajará en la empresa con William, ya qué el idiota exigió ser el vicepresidente de la empresa.

Los días que se aproximan en mi vida no serán nada fácil, voy a tener qué verlo 5 días a la semana, y por varias horas, y eso me está enloqueciendo.

--Mami, vamos a jugar.-- Dice Addi mientras la baño, le regaló una sonrisa y pongo sus juguetes en la tina.

Pasamos un largo tiempo jugando, pero últimamente mi niña ha estado un poco rara.

--¿Pasa algo cariño?.-- Le preguntó mientras la comienzo a vestir con su pijama de princesa.

Ella niega y me abraza, la terminó de vestir y nos vamos a la cama.

La abrazo a mí cuerpo y poco a poco nos vamos quedando dormidas.

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