— Le deseo un buen viaje, joven amo. —Dijo Noah, quien estaba junto a otros sirvientes para darme la despedida.
También estaba Richi, los únicos que no estaban aquí, eran mis padres y Angelica. Aunque solo me iba a ausentar siete días, tampoco era un viaje largo. Le dije a Noah que esperaba ser recibido por un montón de dulces de leche y él respondió que así sería pero que se comería la mitad.
— Dejame algo, a veces pienso que te enseñé demasiado bien. —Reí.
— Demasiado bien, me atrevo a decir. —Respondió.
Después, me giré para alcanzar a mi hermano, quien ya no era el mismo bebé que había cargado hacia años atrás. Estaba seguro que también sería muy alto como yo.
— Hermano, ten un viaje seguro.
— Claro que si, y tu procura portarte bien. —Coloqué mi mano sobre su cabeza y revolví sus cabellos.
— Por cierto, cuando veas a mamá, dile que la amo mucho. —Me dijo con una sonrisa.
Me cuesta negarme ante cualquier pedido suyo.
— Está bien y también le daré un poco de dinero para que pueda comer los mismos postres dulces que tu.
— Si, mucho mejor.
Revolví sus cabellos otra vez.
Cuando finalmente me despedí, le indiqué al cochero que se detenga en el mercado, no podía irme sin entregarle la cesta a Lady Mildred. Cuando iba a subir al carruaje, me sorprendió ver a alguien que me observaba detrás de una estatua, por el color de su cabello, que no pasó desapercibido, sabía muy bien quien era. Así que bajé el pie del escalón del carruaje y caminé hacia aquella persona.
— Lady Angelica.
— Yo .. quería despedirte ..
Pude ver bien que su maquillaje se había corrido. Así que saqué un pañuelo del bolsillo y lo pasé sobre su mejilla.
— No tienes que quitarte las prendas para llamar la atención de ningún hombre. Usa tu belleza natural para enamorar, pero no en mí porque no funcionará. —Respondí y comencé a alejarme.— Te lo he dicho todos estos años, eres bonita, nunca te mentí sobre eso. Realmente espero que encuentres a alguien que te ame por quien eres.
Diciendo esas palabras, esperaba que Angelica se diera cuenta de todas sus acciones.
Luego, subí al carruaje y este dio marcha. No era un viaje largo pero en caballo serían como unas dos horas, probablemente sería menos si fuera en auto. Me quedé observando por la ventana el cielo que pronto iba en ocaso. Estaría llegando al Templo en la noche, así que lo primero que haré, es dormir, usaré estos días como vacaciones.
Los pasos de los caballos continuaban y los paisajes también. Luego de que comenzara a ver al pueblo de lejos, sabía que solo tomaría unos minutos hasta llegar al mercado.
Una vez que llegamos, bajé y le indiqué al cochero que me esperara, pues no iba a tomar mucho tiempo.
Caminé hasta el frente de un puesto de frutas, habían muchas manzanas rojas, plátanos jugosos, melones, sandías, etc. Una vez que regrese, me aseguraré de comprarle todo.
— ¿Si? ¿En que puedo ..?
Lady Mildred, ahora se veía una mujer mayor y con una muy buena salud, a comparación de hace 10 años, cuando la entramos encerrada y débil.
— Ha pasado mucho tiempo, Lady Mildred. —Incliné levemente la cabeza hacia ella.— Este regalo pertenece a Richard y le envía un mensaje: Dice que la ama y mucho.
Ella tomó la cesta de mis manos y sonrió.
— Hoy es mi cumpleaños.
— Cielos, no tenía idea, no tengo un regalo que darle, permitame ..
— No, por favor.
Lady Mildred dejó la cesta sobre una mesa y me sonrió. Era una mirada de felicidad y gratitud. Tomó mis manos entre las suyas, como si no tuviera palabras para agradecerme. Y no tendría que hacerlo, solo era un mocoso de 8 años que no soportaba la idea de mantener a alguien encerrado.
— Muchas gracias. Si no fuera por ti, nunca habría visto a mi hijo nunca más, estoy .. estoy muy agradecida, gracias .. gracias ..
— No se preocupe. —Apreté mis manos entre las suyas.— Le prometí que cuidaría que Richard y lo he hecho hasta ahora, me aseguro de que le sirvan vegetales, también de que camine y se descanse bien. Porque después de todo, sigue siendo mi hermano.
— Estoy segura que serás el mejor Rey del Imperio, que el sol siempre guíe tus pasos.
— Muchas gracias.
Una vez que me despedí de Lady Mildred, e iba a subir al carruaje, había muchas señoritas que me miraban de lejos. Quizá podía hacerlas sonreír por un momento, así que levanté mi mano y las saludé. No tardaron en saltar de alegría pero finalmente subí al carruaje y continuamos con el camino.
El viaje fue tranquilo y sentí que fue rápido. Bueno, lo sentí rápido porque me quedé dormido, espero no haber roncado, no quiero dejarle traumas al pobre cochero.
Cuando llegamos afuera del Templo, podía sentirse un aura más tranquila, incluso las monjas y sacerdotes hacían sus actividades de manera pacífica, a diferencia del castillo, donde los sirvientas siempre parecían estar acelerados. Ni siquiera tuve que abrir la puerta porque lo hicieron por mi, así que cuando bajé, observé una noche estrellada, iluminada por linternas colgadas y cuya llama era azul.
Incluso el ambiente, mis pulmones sentían que se llenaban de aire puro. Como cuando entras a un quirófano, solo que sin olor a la medicina.
Luego de admirar todo el Templo, es que me di cuenta del silencio. Cuando observé a mi alrededor, las monjas que me habían recibido, me estaban mirando con mejillas enrojecidas.
— Eh .. ¿Saludos?. —Dije.
Cuando rompí el silencio, fue que escuché la voz de todas.
— Saludos, su alteza y futuro Principe Heredero.
Una mujer mayor se acercó a mi, inclinándose levemente.
— Saludos, joven Lancelot, mi nombre es María y estaré guíandolo en esta travesía.
— Cuento con usted. —Incliné la cabeza.
Una vez que había llegado, nunca me imagine lo que iba a tener que vivir.
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Comments
🤗Finita💖💫🇲🇽
Pues que pasara?
2022-10-26
2
Anny Espino
he leído otras historias dónde hacen cosas de adultos sin preocuparse por el cochero o los guardias y el se preocupa por roncar que tierno
2022-06-08
8
Maria Fernanda Fernanda
veamos que le depara el destino
2022-01-05
0