¿Lista?

La joven trata de forzar una sonrisa en todo momento, aún no puede creer que su boda esté en la puerta, una boda sin amor, solo por el encaprichamiento de un hombre perverso que se encarga de hacerla sufrir y torturar cada vez que la tiene cerca obligandola a hacer cosas que ella nunca haría ni en sus mas locas fantasias, no lo quiere ni un poco, si por ella fuera el ya no existiera, pero su corazón es tan noble que no puede socumbir a esos deseos tan oscuros hacia su despiadado prometido.

- ¿Mi amor estás bien?, te ves pálida- Dice su mamá con algo de preocupación mientras le peina el cabello a su hija, ella le pide a Dios una y otra vez que su hija sea feliz, que encuentre el amor, y que no sufra tanto como ella ya lo ha hecho antes. 

- Estoy bien mamá, es solo estoy nerviosa por la boda- dijo la joven con el corazón en un puño, a pesar de que desea con todas sus fuerzas decirle, contarle a su madre lo que el despiadado de Ed la obliga a hacer no lo hace, no quiere ponerla en peligro suficiente tiene con saber que el la amenazo con su pequeño hermano. 

- Hija, si no te quieres casar no lo hagas!- dijo su madre tratando de consolar, ella mejor que nadie sabe como se ve una novia que se casa sin amor, pero lo único que deseaba la joven en ese momento era un abrazo muy fuerte de su madre. 

- Mamá, está bien no te preocupes, ya se hizo el trato con Ed me casaré con él, y seré muy feliz!-  Aún que ella en el fondo deseaba no casarse nunca con ese demonio, ese demonio la tiene en sus garras y jamás la dejaría ir tan fácil, incluso en su desesperación compró un boleto de avión pero al momento de imprimirlo la pantalla le informo que el vuelo había sido cancelado, segundos después recibió un mensaje de Ed que decía ‘Ni se te ocurra escapar de mi o te ira peor’ 

- Mamá estoy muy cansada, mañana es mi último día como soltera! ¿Te molesta si me quedo sola?-  La chica no quiere que su mamá vea como ella se desmorona a llorar en la cama.

- Está bien amor como quieras- Su mamá sale del cuarto y ella se tira en la cama boca abajo, llora a más no poder, incluso golpea la almohada sin parar imaginando que es él a quien golpea, pero a pesar de hacerlo una y otra vez el llanto no cesa y la almohada se rompe por la presión de los golpes, después pega su cabeza sobre otra almohada, llora y grita con gran fuerza, solo esa almohada logra escuchar su dolor, solo esta almohada es su fiel compañera.  Ella se juró que sería la última vez que lloraría, ya que sabía que su vida como la esposa de Ed sería de constante sufrimiento y ya no le quedarían más lágrimas para derramar. 

Se durmió de puro cansancio más las pesadillas no terminaban ella se quejaba entre sueños y lloraba, mientras ese hombre abusaba una y otra vez de ella en ese sueño sin fin, incluso cuando se despertó se dio cuenta que la cama estaba mojada. .Se levanta asustada y corrió al baño, cambiar las sábanas y su rostro estaba cansado, claro después de solo tres horas de sueño, comienzo a leer algunos libros, para ver si su mente logra captar los sucesos que suceden en esos libros y la transportan a una realidad muy lejana de a donde ella realmente quería estar, en una realidad donde su futura vida no seria un infierno. Leía un libro de fantasía donde las hadas, el amor y los finales felices existían, pero a pesar de intentarlo no lo logro, no logro olvidar nada de lo vivido.

No volvió a dormir con temor de volver a soñar con ese hombre. Alrededor de las 6 de la mañana ella baja a desayunar con sus padres, pero como todas las mañana el ambiente en el comedor era frío, ella nunca se había dado cuenta de lo frío que podía ser su casa.

- Buenos días!- dijo ella con una sonrisa, pero nadie odia ver que realmente ella finge su sonrisa. 

- Que tienen de buenas, quiero que en cuanto te cases empieces a darnos dinero, espero que ese casamiento sirva de algo, así que se sumisa con tu marido y cumplele en todo no como la frívola de tu madre, que casi tengo que obligarla para que me abra las piernas.!- sabía que tenía que sacar ventaja de que su hija se casara con el Ceo más rico de todos, y no desaproveche las oportunidades que se le atravesaran. 

- ¿Qué dices papá?- Lo interroga la joven, en su rostro se dibuja una mueca de confusión.. No puede creer como su propio padre puede desear cosas malas, su corazón se hizo pequeño y trato de cambiar la tristeza que de él emanaba por una apariencia fría. 

- Si te casarás con un hombre rico, debes de mantener a tus padres en agradecimiento!- dijo el hombre mientras mordía un pan tostado y muy orgulloso de sus palabras.

- EL ME VIOLO Y PIDES AGRADECIMIENTO!!!- La joven grita con desesperación, a pesar de que su madre estaba ahí y no quería ocasionar dolor ya no pudo retener lo que su corazón gritaba. 

- ¿Que el hizo que?- Pregunto su mama sus sospechas eran ciertas - No puedes casarte con él- 

- ¡Ya siéntate estúpida mujer!- Él jala con fuerza a su esposa haciéndola sentarse de un jalón, ella se queja del dolor pero al señor parece no importarle en lo más mínimo.

- ¡No la trates así a mamá y sabes que me voy!- Dice la joven molesta, no quiere ocasionar más dolor a su mama 

- ¿A dónde vas?-- El señor la agarra del cabello haciendo su cabeza hacia atrás y le susurra al oído —tienes que sacarle dinero a ese hombre, que vender tu cuerpo no sea en vano-

- ¿QUE TIENES EN EL CORAZÓN SOY TU HIJA?!- él le da una bofetada en la cara, no tolera que su hija le ande gritando de esa manera.

- ¿Qué crees que haces? ¿sabes que a Ed no le gusta que nadie me toque?, si el ve este golpe vete olvidando de que el te ayude con la empresa!- lo amenazó la joven, pero ella estaba segura que Ed la defendería de su padre por la forma en que actuó aquel día en la plaza, sin querer se aprovecha de eso sin duda.

Sale de la casa, ve el carro de Luis estacionado y sube sin siquiera imaginarse que esta vez no era el mayordomo quien estaba al volante.

- ¿Qué te pasó?- La interroga Ed, quien acababa de llegar a la casa 

- ¿Tú? ¿Qué haces aquí?- preguntó ella, tratando de disimular su temor.

- ¿Así recibes a tu futuro esposo?, te hice una pregunta responde-  Le dice sosteniendo la barbilla de la chica, para ver más de cerca el golpe que se marcaba en la mejilla de la joven.

- a ti que te importa no te gusta hacerme daño ¿no? pues ahora alguien más lo hizo por ti, ¿no te hace feliz?- renegó la joven, la mano de Ed la sujetaba con fuerza de la barbilla ocasionando un ligero dolor, él estaba molesto por el golpe y de la forma en que ella le hablaba sin temor alguno.

- Solo yo puedo hacerte daño- Respondió él con disgusto

- Ya no duele- La joven dice agachando su mirada, no quería seguir provocando.

- ¿Por qué te golpeó?- la soltó y fijó su vista en la carretera.

- ¡No importa!- Dice ella restándole importancia a las palabras de Ed

- ¿Traes ojeras no dormiste?- preguntó él mientras acelera por las pocas transitadas calles de la ciudad.

-mañana me casaré contigo y sé muy bien el infierno que me espera- dijo viendo por la ventana.

- Me encanta que sepas lo que el destino te depara cariño- volteo a verla pero ella ya se encontraba viendo el paisaje a través de la ventana.

El estaciona el auto y la jala subiendo a su regazo y la besa.

- ¿No olvides nuestro trato?- le susurra él a los labios.

- ¿que trato?- preguntó la joven

- Si tus besos hacen que sienta algo no te tocaré,siempre cumplo con mi palabra, y no miento asi que no te obligare a hacer nada por ahora- dijo el

- Ok-  Dice ella acercándose a él y besándolo, ambos se besan.- ¡Tengo que irme!- Dice la joven queriendo bajar del regazo de Ed, pero él se lo impide y la vuelve a besar.

- Tienes que dormir bien  porque mañana es la boda, no quiero verte con ojeras, una novia con ojeras se ve muy mal!- dijo fuerte y firme.

- ¡El culpable de mis ojeras eres tú ¿Si me veo horrenda no te casaras conmigo?!- Dice la chica.

- Así, así que no duermes pensando en mi ¿tanto me aprecias?  aunque te vuelvas anciana me casaría contigo- se burló Ed.

- ¡Te odio! -respondió ella poniendo todo su desprecio en esas dos palabras.

- Será mejor que le bajes a tus palabras o se me va a olvidar que tenemos un trato y te cogeré en este lugar, así que sea la última vez que me hablas de esa forma, desde que te subiste al auto actúas como si tuvieras el control, pero aquí quien pone las reglas soy yo y siempre seré yo, tú no tienes poder ni voto en lo absoluto, eres solo un objeto de mi propiedad, y cuando yo quiera me desharé de ti, así que querida prometida, más vale que valores que te trate bien porque mi paciencia es muy corta!- dijo el, haciendo temblar 

El la besa muy salvaje y muerde con fuerza su labio haciendo  que sangre.

- ¿Entendiste? - pregunta después de alejarse de sus labios

- Si, no volveré a hablarte de esa manera, pero por favor no me lastimes!- Él ni siquiera se dio cuenta de que ella comenzó a llorar..

Él la suelta dejándola salir del auto, mas ella se va corriendo sin mirar atrás. 

Mientras tanto en la escuela

La joven se encontraba sentada en un rincón, en el rincón que se había vuelto su escondite para estar lejos de todo, y de todos.

- ¿Oye estás bien? - la voz de un joven la hace estar alerta al instante.

- ¡Sí!-  la joven se  limpia la cara y le responde al joven parado justo frente a ella.

- Toma una paleta, los dulces alegran el corazón!- le dijo el joven con una ligera sonrisa, 

- regalarme una dulcería!- dijo la joven en forma de broma, para tratar de ocultar su dolor.

- Jaja si pudiera, hola me llamo Eidan pero mis amigos me llaman Eid!-Dice el joven estirando su mano para presentarse, con la linda joven frente a él.

- Yo Itzel Mo mucho gusto- dijo la joven, enlazando la mano con la del joven.

- ¿En qué clase estás?- preguntó él ayudándola a pararse.

- Economía- respondió 

- ¡Vamos yo estoy en la misma clase!- dijo él y comenzaron su caminata al salón de clases.

- ¿No te vi en las otras clases?- preguntó la joven.

- ¡Soy transferido! así que soy nuevo en esta escuela, la verdad me encanta conocer rostros nuevos, el mio ya esta muy gastado- respondió él con una sonrisa

- oh ya veo, vamos -ella trato de sonreír con su broma pero no pudo

El día pasa muy rápido, la joven y el joven Eid estuvieron platicando de las cosas que les gustan hacer y bromeron un poco hasta la hora de salida.

- Me dio gusto conocerte Eid!- Dice la joven brindándole una sonrisa como despedida

- ¿A dónde vas puedo acompañarte? - Dice el joven amablemente, a él le salía con naturalidad ser amable algo que reconfortaba a la joven.

- ¡No hace falta! no quiero que te desvíes del lugar a donde vas-dijo ella

Si Edward la llegaba a mirar platicando tan amistosamente con otro hombre seguro estaría en problemas, así que prefería mantenerse alejado del joven amable que había conocido el día de hoy.

–No me desvío me agrada tu compañía– dijo el joven

- vienen a recogerme en el estacionamiento

- Voy para allá, dejé mi carro en el estacionamiento trasero! - dijo que a pesar de que ella quería no ir con él no pudo poner más objeciones para que no sea así. 

Después de algunos pasos, el miedo que sentía se volvió más fuerte al ver a Ed parado afuera de su carro deportivo rojo.

Ella apresuró sus pasos. Ed se acercaba a la joven

- ¿Lista?- Le dice Ed tomándola por la cintura como si marcara su territorio.

- Yo.. Si- Dice ella con nerviosismo.

- ¡Hasta luego!- Dice el joven más la chica no le responde.

Ed le abre la puerta del asiento del copiloto y le pone el cinturón lo más apretado posible., quería que ella se diera cuenta de lo molesto que ya estaba en ese momento, gracias a verla con otro hombre.

- Haaaa- Solo pronuncia haciendo una mueca.

- ¡Vámonos!- Dijo él subiendo al auto.

La joven no sabía si tener miedo o relajarse ya que con este hombre no era fácil de saber.

Ella solo se dedicó a mirar por la ventana el paisaje, a dónde él la llevaba no era su casa. No se sabe si fue por el cansancio o el largo recorrido pero ella se quedó dormida. Ha su cuerpo no le importo a lado de quien estuviera solo se desvaneció.

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