Reencuentro

Edward la lleva a un gran edificio, al parecer es un hotel, el hotel en el cual se queda Hector a recibir sus cuidados pertinentes.

- Señor Edward bienvenido - Lo saludó el portero con mucha emoción.

- Gracias- Saluda con la mano al portero y entran, al parecer él es amable con todos menos con su esposa.

Todos adentro saludan a Edward.

Se respira un aire de gentileza en todo el lugar.

Suben al elevador, hay demasiada gente adentro pero todos abren espacio a la pareja que entra tomados de las manos, para todos son una muy feliz pareja sin duda. 

Suben al elevador hasta el piso número 20.

Encantado se abren las puertas del elevador se respira un ligera olor a medicina y esterilización.

- ¿Donde estamos Edward!?- pregunta la joven mientras ve pasar a hombres vestidos de batas blancas ir y venir sin parar caminando por los pasillos.

- Venimos a ver a mi hermano!- respondió él con una ligera sonrisa. 

- Señor buenas tardes que gusto verlo, él no ha estado muy bien estos días aún hay algunos problemas en sus pulmones,- Le dice el doctor - Por favor pasen a esterilizarse– el doctor les apunta amablemente a un cuarto en el cual tiene lo más sofisticado en el área de esterilización, al cual entran los dos

Comienza a salir un vapor el cual los rodea a ambos. y una refrescante briza. 

Se colocan guantes y gorro de doctor.

- Disculpe señor Edward por esta vez debemos tener más cuidado con él, su salud no es muy buena, por favor coloquen los cubre bocas- dijo el doctor mientras se lo colocaba el tambien, se miraban extremadamente extraños ya que estaban cubiertos de pies a cabeza con un traje blanco, guantes, cubre calzado, caretas y cubrebocas. 

- Ok- Ambos se aseguran de portar bien el cubre bocas y entran a un cuarto donde la temperatura es algo fría.

- ¿Doctor por qué está tan frío aquí?- pregunta Edward mientras trata de mantener el aliento pero el frío es muy excesivo.

- El organismo de su hermano funciona diferente al nuestro no podemos darle calor en este momento.- comentó el doctor.

- Bueno ustedes son los doctores- respondió Edward no muy convencido.

Entran por completo en el cuarto, la joven ve a un joven delgado y algo pálido acostado en la cama, el cual le resultó muy familiar y mientras lo miraba una ligera lágrima se desborda de sus ojos.

- Hermano - Dice Héctor apenas y ve a Edward.

- ¿Cómo está gordito!?- respondió él con una sonrisa mientras se acercaba a su hermano.

- Bien, y ¿Quién es tu invitada.?- preguntó héctor aunque sabía perfectamente que esa hermosa señorita era itzel. 

- Itzel mi esposa!- respondió Edward.

La joven se acerca muy despacio a donde Héctor permanencia recostado.

- Niña has crecido, me levantaría a recibirte pero no me puedo mover jaja - bromeó Hector.

La joven sale corriendo y abraza a Héctor.

- ¡¡Héctor estás viví!!- decía ella entre lágrimas.

- Tengo más vidas que un gato, ¿Y tu como estas?¿Cómo te trata el idiota de mi hermano?¿eres feliz?- Le pregunto el mientras ella levantaba su rostro y miró a Edward. 

- Estoy bien Héctor ...- lágrimas salen de los ojos de la chica mientras que Edward toma asiento en el sofá viendo la escena de su esposa abrazando a su ex novio. Edward no pudo evitar sentir algo de enojo pero aún así no hizo nada.

- ¡Veo que se te ocurrió resfriarte Héctor!- Dice Edward.

- Si es que no me abrigue bien!, pero ya estaré mejor el villano nunca muere!- Dice con una sonrisa - No has contestado mi pregunta ¿este idiota te trata bien? sino lo golpearé!- dijo Hector queriendo sonar juguetón. 

- Si, él me trata bien- Dice la joven disfrazando una sonrisa mientras las lágrimas de felicidad por que Héctor estuviera vivo inundaban sus mejillas.

- ¡Hemos venido por ti!- Dice Edward

- ¿Por mi?- pregunta Hector fijando su mirada en Edward.

- Si a partir de mañana vivirás con nosotros, volaremos a la ciudad mañana mismo!- El propósito del viaje de Edward era llevarse a Hector con el y no lo dejaría 

- ¿Qué hay de los doctores?- preguntó Hector, sus planes no eran irse con su hermano por ahora. 

- Ya está todo arreglado, en la mansión están preparando un cuarto solo para ti con todo lo que necesitarás  y aparte mi esposa cuidara de ti!- dijo Edward sin pedir la aprobación de Itzel.

- ¿Yo?- pregunto ella confundida y emocionada a la vez.

- ¿Qué no quieres?- Le pregunto Edward dirigiéndole una mirada fría.

- Si, claro que quiero, Héctor vendrá con nosotros- Dice la joven enseñándole los dientes con una enorme sonrisa a Héctor, Héctor le corresponde la sonrisa de igual manera.

Edward se molesta con tal escena.

- Ve a la cocina y prepara algo para comer!- Le dice a la joven.

El odia que ella sonría para alguien aunque ese alguien sea su hermano y esté postrado en la cama.

La joven sale sin decir nada.

- Carl controla tus celos!- Le dice Héctor muy serio, pues el si a logrado ver las intenciones de Edward al mandar lejos a Itzel.

- ¡Pues deja de coquetear con ella, o te golpearé!- Le dice Edward con una sonrisa falsa.

- No golpearias a tu hermano ¿o si?- le preguntó él con una sonrisa

- Idiota, ¿como te sientes?- le pregunto sentándose frente a él. 

- Bien, ya estoy mejorando, pero Carl ella no se ve feliz, ¿sigues maltratandola? después de que te dije que ella no tiene nada que ver con lo que me pasó!-

Edward incómoda la almohada en la cabeza de Héctor.

- Contéstame no evadas el tema - pregunta su hermano en voz seria. 

- Me he vuelto adicto a ella!- responde Edward

- ¡Tu maldito vicio terminará destruyendola!- su hermano parece molesto ante tal respuesta.

- Lo dice el hombre que dejó que la odiara, yo la amaba!- respondió Edward en reproche.

- Si al igual que yo, si sigues lastimandola esto no terminará bien.!-

Se abre la puerta del cuarto y aparece la joven con una mesita de servicio, emparedados y jugo de naranja.

- Dijo el doctor que no podías comer cosas pesadas- Dice la joven, con una ligera sonrisa

Estaciona el carrito aún lado de la cama.

- Se ve delicioso, ¿niña podrías levantar un poco la cama?- preguntó Hector

- Si claro- Ella levanta la cama de forma que Héctor queda más sentado que acostado.

- ¡Está mucho mejor ahora sí te veo bien!- Dice él con una sonrisa.

- Iré a preparar los detalles con el doctor- Dice Edward saliendo del cuarto, no soportaba más verlos tan cerca, le produce rabia.

- ¿Es un idiota verdad?- Le dice Héctor con tristeza, el jamás pensó que sentiría esa agonía cuando la mirara, la única novia que había tenido sufría por su culpa, solo por no haber tenido el valor de aclarar las cosas antes.

- Héctor, me da mucho gusto que estés vivo, cuando anunciaron que intentaste suicidio no lo podía creer, perdóname por haber mentido en el juicio todo es culpa mía!- la joven comenzó a llorar sin parar. 

- No perdóname tu a mi, yo... - Hector comenzó a toser con desesperación.

Él tenía algunos problemas para respirar.

- DOCTOR!- Gritó la joven, acto seguido entraron los doctores y Edward al cuarto, reacomodaron en oxígeno y le inyectaron adrenalina.

- ¡Estoy bien!- Dice Héctor recobrando lo rosa de sus mejillas que se pusieron moradas por un breve rato.

- No hables mucho- Le dice el doctor.

- Ok- El asiente. - Pero tengo hambre-

La joven le comienza a dar de comer en la boca, ya que el doctor le dio la autorización. 

- Vamos doctor!- Edward no quiere seguir viendo la escena de su esposa alimentando a otro hombre, si no fuera su hermano ya lo hubiera golpeado.

- Niña- Habla Héctor.

- No digas nada Héctor- Dice la joven al darse una breve idea de lo que él estaba por decirle, ella desde que supo de Edward era Carl, solo pensaba en que quizá él se estaba portando así con ella era  por Héctor y al verlo postrado en la cama lo confirmaba.

- Perdóname!- Le dice Héctor con lágrimas en los ojos.

- Yo te perdono Héctor, seamos amigos!- le dice la joven ligeramente

- No puede ser tan fácil, tengo que ganarme tu perdón!- dijo Hector.

- Yo dije en un juicio que tú intentaste violarme, creo que estamos amando!- respondió ella, se sentía tan culpable de verlo así, por una mentira de años atrás.

- No es lo mismo, tu te casaste con un monstruo!- las palabras de Hector la hicieron darse cuenta que él tenía razón.

- Y tú quedaste postrado en una cama!- respondió con su voz llena de remordimiento.

- ¿Ahora competiremos para ver quién ha sufrido más?- Dice Héctor con una sonrisa fingida.

- No, mejor come, estás muy flaco te ves feo!- La joven le mete un pedazo de emparedado en la boca.

- Carl ha de estar muy molesto, mejor háblale a una enfermera para que me alimente-

- Tendrá que acostumbrarse porque tendré que alimentarte todos los día cuando vivas en la mansión, por cierto conocí a la mamá de Edward- dijo la joven con cara de desagrado. 

- Conociste a la bruja!, ¿no te hizo brujería o si?- preguntó él con una brillante sonrisa.

- jajaja Héctor no me puede ir peor que lo que me está yendo!- dijo ella

- Y todo es mi culpa-

-¿ Vas a hacer que te des perdone?-

- No-

- ¿No has intentado tratamiento?- preguntó ella viéndolo fijo.

- 25 hasta la fecha ya no quiero más, aún que Carl quiere que me someta a uno más-

- Deberías de intentar, así podrías moverte!-

- Sabes si pudiera moverme lo primero que haría sería pedirte perdón de rodillas por toda la ciudad!- dijo él mientras la miraba con ternura.

- Jajaja no mejor nomás por este cuarto!- respondió ella sonriendo.

- ¡Jajajaja sí!, ¡así será!-

- ¿Qué es tan gracioso? - preguntó Edward parado en la entrada de la habitación.

- Nada hermano solo recordábamos viejos tiempos!- Dice el apagando su sonrisa. - Recuerdas Carl, cuando fuimos a acampar antes de tu cumpleaños, como nos quemamos los pies-

- Lo recuerdo, te drogaste con esos hongos que te dije que no comieras, te la pasaste todo el día diciendo que te perseguían ¿que eran?- Dice Edward.

- Unicornios con alas, y duendes morados- Dice Héctor ambos sonríen.

- Si eres un idiota-

Mientras la joven no entendía cómo es que Edward parecía otra persona en compañía de su hermano. Quizá que Héctor fuera a vivir con ellos no era tan malo

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