Capítulo 12

Saliendo del gremio, me dirigí al mercado a comprar ingredientes necesarios para preparar la cena de esta noche.

Me detuve en un puesto que acababa de despedir a un cliente; presumía de una variedad de carnes de la mejor calidad.

"Quiero 5 kilos, por favor."

"Eso serán 5 monedas de plata."

Entregué la suma solicitada sin regatear; para carne de alta calidad, no veo la necesidad de negociar. Mis compras no estaban completas sin verduras y diversos condimentos esenciales.

Una vez que adquirí todo, regresé a la tienda, que también era nuestro hogar. La planta baja estaba destinada al negocio, mientras que la planta superior servía como nuestra vivienda privada.

El baño y la cocina también estaban incluidos en este arreglo.

Parecía que la señorita Heliet había regresado; subiendo al segundo piso, la encontré dormida en mi habitación.

Esta mujer no tenía concepto de los límites, exhibiendo descaradamente sus muslos en presencia de un joven como yo. Saqué la manta para cubrirla por completo.

Mi maestra generalmente lucía como cualquier mujer madura; hermosa en apariencia con una personalidad enigmática, y aunque a menudo me honraba con su sonrisa, sentía que tenía secretos ocultos para mí. A veces, la veía dormir con problemas, perturbada por pesadillas, como ahora.

Acaricié suave pelo negro antes de cerrar la puerta de la habitación. Quizás, como yo, mi maestra también tenía sus propios recuerdos dolorosos: perdí a mis padres en un accidente, y mis tíos se apoderaron de todos sus bienes antes de echarme a un orfanato.

Allí existí en soledad, mientras otros niños se iban con nuevas familias, hasta que a los 10 años decidí salir del orfanato. Sobreviví en las calles durante meses, enfrentando el hambre y los golpes de matones.

Cuando pensé que mi fin estaba cerca, una niña de mi edad se me presentó, blandiendo una espada de madera contra los matones. Ella los derrotó con facilidad y luego me extendió la mano.

"Ven conmigo... seguramente, no tienes hogar."

"¿Quién eres?"

"Mi nombre es..."

Muchas cosas sucedieron en el pasado, pero elijo dejarlas ir y enfocarme en la vida que tengo ahora.

Comencé a organizar los ingredientes en la mesa y procesar cada uno, decidiendo hacer una sopa simple de carne y patatas que no tardaría mucho tiempo.

La señorita Heliet apareció, bostezando ampliamente en su ropa de dormir y se sentó, con la mejilla apoyada en la mesa.

"Bienvenida de vuelta, Aksa, huele delicioso."

"Lávate antes de comer."

"Sí, sí."

Después de hacerlo, regresó a su lugar. Coloqué los platos que había preparado en la mesa. Llené un pequeño bol de arroz y se lo ofrecí con un par de palillos desechables.

"El mercado tenía muchas ofertas, así que me abastecí de suministros."

"Ya veo, todo se ve delicioso... disfruta tu comida."

Con mis palillos, tomé verduras y las puse en su bol.

"No te olvides de las verduras."

La señorita Heliet me ofreció una sonrisa sutil.

"¿Qué te sucede?"

"Si alguien pregunta a quién amo, diría que mi estudiante Aksa es el único."

"No digas tonterías, termina rápido tu comida."

"¿Qué piensas de mí?"

"Te respeto como mi maestra y como una hermana mayor."

"¿Eso es todo? Pensé que también me considerarías madre y amante."

Solo pude esbozar una sonrisa amarga como respuesta.