Capítulo 20

La magia sellada en Miss Heliet era una hechicería capaz de asesinar la inmortalidad de una persona, funcional solo después del sacrificio de muchas almas al inframundo, un reino habitado por demonios.

Los sacrificios, al menos, debían ser de cientos.

Durante este tiempo, he investigado diligentemente información sobre los hechiceros oscuros, pero sin importar dónde busqué, una biografía me eludía, es decir, los detalles sobre ellos habían sido borrados de la existencia desde el principio.

Podría preguntarle a la iglesia del culto de Nermala sobre este asunto, pero eso, lamentablemente, tendrá que esperar para otra ocasión.

Mientras saboreaba leche en mi rincón preferido dentro del gremio, observaba que la mayoría de las personas aquí estaban absortas en sus tareas, agradecidas a alguien debido a quien nos evitaban la indignidad de comer en el suelo.

No sé quién podría ser esta alma generosa que ayuda a nuestro gremio; sin embargo, el consenso era que era un caballero sagrado. Estaba a punto de dar otro sorbo de mi taza cuando alguien se sentó frente a mí.

Era una mujer con cabello rojo, trenzado y suelto detrás, su atuendo recordaba a la época medieval, llevando consigo una espada dorada que apoyó de manera casual junto a la mesa.

"Rara vez se ve leche pedida mientras otros beben cerveza."

"No tengo gusto por el alcohol."

"No me digas. Fondero, por favor sírveme un vaso igual al suyo."

"Enseguida, señorita."

Al llegar la leche, ella la bebió de un solo trago.

"Uwaahhh, mi cabeza está girando."

Previsible, dada la excesiva dulzura para la mayoría.

"¿Cuál es tu nombre?"

"Perdona, soy Lesoria Floresta, una caballero sagrada."

Su nombre tenía un buen sonido.

"Soy Aksa."

"¿Aksa, dices? ¿Un aventurero aquí?"

"De hecho, aprecio el arreglo de asientos que has facilitado."

"No le des importancia. Simplemente me gusta echar una mano, pura casualidad."

"¿En serio? ¿Puedo saber qué te trae a esta ciudad?"

"Tú, te estás excediendo. Llámame Lesoria."

"Lesoria."

"Decidí quedarme al escuchar que Vivia Legal también reside aquí."

"¿Vivia? ¿Eres su amiga?"

"No."

"¿Su confidente?"

Para nada."

"¿Entonces familia?"

"Lejos de eso, soy su némesis."

Escupí mi leche al aire, o más precisamente, sobre su pecho.

"Aksa, eres bastante travieso."

Fue sin intención. Permíteme limpiarlo."

"Como deberías."

Saqueando un pañuelo, limpié el derrame, luchando por contener mi expresión nerviosa pero manteniendo la compostura antes de llamar a Lulu.

"¿Qué pasa, Aksa?"

"Rápido, mueve la mesa y las sillas a un lugar seguro."

"No entiendo tus intenciones, pero como desees."

Acabábamos de evacuar algunos muebles cuando apareció Vivia Legal, espada en mano.

"Así que, la mujer cruel finalmente aparece."

"Lesoria Floresta."

"He buscado este día para vengar nuestro último encuentro."

Todos los aventureros se retiraron apresuradamente a los márgenes. Kazel intentó calmar a Vivia, solo para ser pateado a través del techo del gremio, su figura desapareciendo.

"¿Por qué debe ser yo?", gritó.

Lesoria agarró su espada y corrió hacia Vivia, quien también se lanzó al ataque. En la colisión de sus espadas, una poderosa explosión nos hizo volar a todos.

"Uwaaahh..."

Atrapé a Lulu en el aire, abrazándola para protegerla.

"Mi gremio, ya no existe."

No había nada más que pudiéramos hacer. Al final, llevaría un período significativo restaurar el gremio.

La responsabilidad de este lugar descansaba en Vivia y Lesoria.

***Este trabajo esta bajo contratado con NovelToon y la piratería, como la reimpresión sin permiso, están estrictamente prohibidas.***

***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***