Capítulo 16

Matthew

De tantos restaurantes que hay en Boston, Grace tuvo que venir a cenar aquí, vi la mirada de Alessandra, creí que ya estaba todo superado, que con el paso del tiempo había aclarado sus sentimientos, pero ver sus ojos cargados de lágrimas me confirma que no es así, que todo este tiempo estuvo fingiendo.

Me la paso preocupado de que venga un hombre y le parta el corazón y yo soy el único que la lastima desde hace un par de años.

- Me hace muy feliz haberte encontrado hoy, podemos pasar juntos el resto de la noche. - Dice Grace emocionada.

- Te dije que iba a estar ocupado unas semanas. - Le respondo serio.

- Pero no entiendo, ¿es por la visita de la hermana de Dante?

- Si, es por Alessandra, estaremos los 3 juntos estas vacaciones.

- Pero si esa niña no es familia tuya, deja que su hermano se encargue, yo te necesito. - Baja la voz y posa y una mano sobre mi pecho seductoramente.

- No voy a discutir contigo mi vida privada y no me interesa lo que necesites. - Estaba bastante molesto. Aparte su mano y mire por el ventanal, lo que yo necesitaba era alcanzar a Dante y Alessa.

- Parece que esa niña te interesa más de lo que quieres demostrar. - La miro y sonrio de medio lado.

- Me largo. - No iba a discutir con ella, que piense lo que se le de la gana.

- Es en serio Matthew, esa niña jamás podrá darte lo que yo te doy. - ¿Como puede pensar que veo a Alessandra de esa forma?

- No hagas un escándalo, ¿sabes que? Estoy harto de ti, es mejor no vernos más. - Le dije en voz baja y salí del restaurante.

Afuera no había nadie, no puedo creer que los haya dejado ir, me pase las manos por el cabello desesperado y maldije mentalmente.

- Ni sueñes que me voy a alejar de ti Matthew. - ¿En serio esta mujer me va a montar una escena?

Me doy la vuelta y ya estaba muy cerca a mi, me toma las solapas del saco y me besa. Retrocedo al momento.

- ¿Matt? - Escucho la voz de Dante, ¡maldita sea! aparto bruscamente a Grace.

- Dante, que bien que no se han ido, vamos a casa.

- Tu estas ocupado, yo me voy con mi hermano. - Escucho su voz un poco ronca, la miro y tiene sus ojitos rojos.

- Yo los traje, yo los llevo.

- No hace falta. Ya pedí un auto, no demora en llegar. - Noto lo frío que Dante me responde, se que está enojado conmigo, pero el sabe que yo sería incapaz de lastimar a Alessa, esto simplemente se me salió de las manos.

- Vamos Matthy, ya los oíste, quédate conmigo esta noche. - Grace mira a Alessandra, se lo que está haciendo.

- No me llames por ese mote tan ridículo, me voy con mi familia.

- Pero a ellos no les importa si te robo esta noche.

- Ya te dije que no me molestes más. - Saque las llaves del auto y desbloquee las puertas. - Vamos. - Me acerque a Dante y le supliqué con la mirada que nos fuéramos, ambos miramos a Alessa y ella trataba de disimular las lágrimas que estaban por salir.

Alessa paso en medio de los dos abrió la puerta trasera y subió a la camioneta, Dante y yo subimos. Conduje hasta nuestra casa, nadie decía ni una palabra y yo no era capaz de comenzar una conversación. Alessa sale de la camioneta y corre hacia la casa.

- No tienes la culpa, pero en este momento quiero matarte.

- Pensé que lo había superado, que se había dado cuenta que solo era una confusión y lo había dejado atrás. - Recosté mi cabeza en el volante.

- Sinceramente estoy comenzando a creer que no es un capricho ni una confusión. - Lo mire sorprendido.

- ¿Qué, estas escuchando lo que dices?

- Ella te ama Matthew y muy enserió lo hace, si fueras un capricho hace tiempo se le habría pasado o ahora con la ilusión de Nickolas, pero no, lo que siente sigue ahí, tan grande y tan puro.

- Maldita sea. - Lo dije casi en un susurro.

Nos quedamos en silencio, escucho la puerta abrirse y Dante se va, me quedo solo en el auto, no se que hacer, no puedo portarme como un patán y hacer que Alessa se decepcione de mi, eso la herirá más y yo no me lo perdonaría nunca.

Entre a la casa y todo estaba en silencio, cerré la puerta y subí a mi habitación, la habitación de Alessa quedaba al lado de la mía, estuve tentado a ir a hablar con ella pero eso lo empeoraria. Entre a mi habitación, me quite en traje, me di un baño y me tire a mi cama.

Sentí como se hundía el lado izquierdo de mi cama, abrí los ojos y Alessandra estaba sentada mirándome, me sorprendí mucho, agarre firme la manta sobre mi cadera, me había acostado desnudo.

- Princesa, ¿que haces aqui?

- No podía dormir, quería verte.

- ¿Tienes pesadillas?

- No, solo sueños contigo. - Lo dijo en una forma sensual y se acerco gateando a mi.

- Alessa. - Dije nervioso, puso su mano izquierda sobre mi hombro y me hizo acostarme de nuevo.

- Shhh - Puso un dedo en mi boca para callarme y se sentó a horcajadas sobre mi, acerco su rostro al mío y me beso.

Estaba sorprendido, nunca pensé que mi dulce princesa pudiera hacer una cosa de estas, puse mis manos sobre sus hombros y la aparte de mi, pero creo que se me paso la mano y calló al suelo, cuando intente sostenerla me desperté de golpe.

Me senté rapidamente, note que estaba solo en mi habitación y con una gran erección ¿que diablos fue eso? Había soñado con Alessandra y un sueño tan sucio, ella jamás haría algo así, es una niña por Dios, me levante y fui al baño, me eche un poco de agua en la cara, busque un pantalón de pijama y volví a la cama.

En la mañana salí temprano a trotar, tenia que despejar mi mente, no pude dormir mucho después de ese maldito sueño y por alguna razón comencé a recordar lo que paso ayer en la tarde en el hotel.

Volví a la casa una hora después, me di una ducha y baje a desayunar, Dante ya esta en la mesa.

- Buenos días. - Lo saludé.

- Buenos días Matt.

- ¿Y Alessa?

- Aun no ha bajado.

- Buenos días a los hombres más guapos de esta casa. - Alessa se estaba comportando como de costumbre, ahora estoy seguro de que solo finge pero la verdad es que lo prefiero así.

- Buen día princesa. - Me sonríe y se sienta.

- Huele delicioso, tengo un hambre horrible.

- Raro sería oír que no tienes hambre. - Se burla Dante y nos reímos.

- Imbécil - Le responde Alessa.

- Bueno, ¿y que planes hay para hoy? - Le pregunto.

- Tenia muchas ganas de ir a la playa o a conocer el centro comercial.

Alessa hablaba muy emocionada sobre lo que quería hacer mientras estuviera aquí. Los siguientes días nos la pasamos en la playa y de compras, Dante y yo tuvimos que sufrir la tortura de las compras, las mujeres siempre quieren todo y luego nada y luego lo vuelven a querer.

La verdad es que han sido días muy divertidos. Desde que Alessa llego, ya ha pasado una semana. Dante hoy salio a la universidad por unos créditos que necesita para inscribir el siguiente semestre, dijo que no tardaría pero se avecina un mal tiempo, a pesar de ser verano anunciaron una tormenta eléctrica para hoy y quizás se extienda hasta mañana.

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