Capítulo 5

Matthew

Por fin la graduación llegó. Decidí dejar pasar las palabras que escuche de Alessa el día del almuerzo, probablemente escuché mal y no quiero hacerla pasar un momento incómodo.

Ya estábamos llegando al aeropuerto, nuestra familia vino a despedirnos, si por mi hubiera sido, me iría de noche sin que nadie se de cuenta, las despedidas son un asco y yo que viví tantas por tener que viajar con mi padre; se de lo que hablo. Pero mis padres me matarían y no me perdonaría las lágrimas de decepción de mi princesa.

Alessa no se suelta del brazo de su hermano y desde la mañana no ha hecho sino llorar, nos parte el corazón verla así, aun es muy pequeña para entender. Se que se va a sentir sola; hacen el llamado para pasar a la sala de abordaje.

- Nos vemos pronto mamá y papá, los amo. - Les digo a mis padres y los abrazo, al soltarlos veo abrazados a los Sallow, Alessa esta llorando más fuerte, me acerco a ellos.

- Princesa mia nos veremos pronto, prometo venir a visitarte apenas pueda, en tu cumpleaños, en navidad y también ustedes irán a vernos. - Le dice Dante a su pequeña hermana y la abraza, besa su frente y se aleja de ella.

- Ven aquí - Es lo único que le digo a mi pequeña abriendo mis brazos, me envuelve con sus manitas y me aprieta muy fuerte, le beso la cabeza.

- Te voy a extrañar mucho Matt, no quiero que se vayan. - Dice y Dante se une al abrazo.

- Tienes que estudiar mucho, ser muy aplicada y nunca olvides lo que vales Alessa, sabes que siempre estaremos para ti, nos veremos muy pronto pequeña. - Le digo y siento un nudo en la garganta.

- Ya no llores idiota - Dice Dante limpiando sus ojos.

Caminamos hasta la puerta de entrada a la sala de abordaje y movemos nuestras manos en señal de despedida hacia nuestras familias.

...

Un día escuche que la vida es como los juegos de azar, nunca sabemos que nos deparara por más planes a futuro que hagamos, llegas a un punto donde miras hacia atrás y no puedes creer todo lo que has vivido, y eso me pasa a mi.

Al llegar a nuestra casa en Cambridge, siento una sensación de vacío, tengo a mi mejor amigo pero siempre nos sentiremos incompletos, al final de cuentas solo nos queda vivir al máximo esta experiencia, pronto nos acostumbraremos.

Al día siguiente me despierto a las 6 de la mañana, me doy una ducha, me pongo un pantalón de deportes y una camisa blanca, bajo a la cocina y preparo un batido, Dante debe estar profundamente dormido, es un perezoso en todo el sentido de la palabra, termino el batido, salgo a correr por el vecindario, esta es la mejor forma de conocer un poco los alrededores, me pongo los auriculares y me distraigo un rato.

Al llegar a casa encuentro a 2 mujeres en el salón, una señora de aproximadamente 40 años y la otra de 30 diría yo.

- Buenos días señor Wells, mi nombre es Maggie y ella es Sarah, estaremos aquí para servirles- Dijo la señora mayor.

- Buen día, muchas gracias, bienvenidas ¿Saben algo de Dante?

- El señor Sallow salió hace 5 minutos. - Dijo la más joven,

- Ok, muchas gracias. - Dije y me dirigi hacia mi habitación a darme una ducha y salir hacia la facultad por los horarios de clase.

...

Una semana despues comenzamos Dante y yo oficialmente las clases en la universidad, a partir de hoy, solo nos veremos en las noches y fines de semana, ya que tomamos diferentes carreras.

Llego al salón de la primera clase, tocaba Administración General I, serían 2 horas en el auditorio, una vez adentro me llevo una grata sorpresa, Lia, la joven que conocí en mi fiesta de cumpleaños estaba sentada en la tercera fila, no lo pensé ni un sólo momento y me acerque a ella, me aclaro la garganta al llegar a su lado.

- Buenos días, ¿esta ocupado este espacio? - Le digo y ella esta tan concentrada en su teléfono que solo niega con la cabeza.

- Espero no le moleste si lo tomo.

- Hay demaciado espacio en el audito... - Voltea de mal humor y se queda sorprendida al verme allí, y me regala una de esas hermosas sonrisas.

- ¿Como estas desconocida? - Le digo sonriendo de lado y se sonroja.

- Matthew, que sorpresa, no esperaba verte tan rápido, ni que coincidieran nuestros horarios.

- Bueno hermosa, parece que el destino intenta decirnos algo. - Le respondo y ella suelta una risa.

- Si claro, pero de verdad me alegra ver una cara conocida, me estaba agobiando.

- Te entiendo, la verdad es que a mi las caras nuevas me dan igual, pase mucho tiempo de mi vida, mudándome de un lado a otro por el trabajo de papá, hasta que se me hizo costumbre.

- Pense que siempre habías vivido en Manhattan.

- No preciosa, mi familia y yo llegamos cuando tenia 11 y mi padre decidió que nos quedaremos, y agradezco mucho eso, si no, no nos hubieramos conocido.

- Que suerte tuvimos - Dice ella siguiendome el juego, si supiera lo loco que me tiene.

- Y¿que planeas hacer después de clases?

- ¿Me estas invitando a salir? - Dice con asombro.

- Pues si, así podemos conocer un poco más la ciudad, ¿Qué dices?

Me sonríe y asiente, esa sonrisa me tiene deslumbrado, desde que la conocí me gustó mucho, no niego que pensé en ella un par de veces, y deseaba mucho encontrarla en clase.

El día fue largo, tenia 3 asignaturas junto a Lia, llege a casa para descansar un poco, quede de recoger a Lia en la universidad a las 8, ella está viviendo en los dormitorios del campus.

- Buenas tardes señor Wells, el señor Sallow se encuentra en su habitación - Dice Maggi.

- Dante Mag, Dante, no me digas señor ni me llames por el apellido, me haces sentir viejo. - Dice mi amigo bajando las escaleras.

- Maggie, Dante tiene razón, nos haces sentir como si fuéramos nuestros padres. - Apoyo a Dante.

- Esta bien jóvenes, ¿desean algo de comer?

- No, Maggie, muchas gracias, yo voy a salir, cenaré fuera de casa. - Le respondo y Dante me da una mirada de complicidad.

- Yo no tengo planes para hoy, solo tomaré un yogurth y llamare a mi familia, Mag no te molestes, yo mismo iré a buscarlo, muchas gracias. - Responde Dante y sube conmigo al segundo piso.

- Dile a Alessa que la extraño mucho, que mañana estaré contigo para hacer una video llamada. - Le digo a Dante mientras entramos en mi habitación.

- Con que cenas fuera de casa, ¿Quien es la desafortunada?

- ¿Recuerdad a Lia?

- ¿La prima de Zack?

- La misma, pues resulta que si era verdad que estudiariamos lo mismo.

- Si, ella te lo dijo, ¿Eres retrasado o que?

- Callate Imbécil. La invite a salir, la verdad me agrado mucho el día de mis cumpleaños, quizás resulte algo. - Le digo giñandole el ojo.

- No pierdes el tiempo. - Me dice en medio de risas.

- Ya lárgate.

Saco a Dante a patadas de mi habitación, me doy un baño y me pongo unos jeans azul claro con rotos en las rodillas, una camisa blanca, zapatillas blancas y un abrigo delgado rojo atado a la cintura.

Son las 7:30 de la noche cuando salgo de casa, el campus no está lejos, tomo mi auto y voy por Lia, nuestros padres se encargaron de enviar nuestros autos una semana antes del viaje.

Estacionó cerca a los dormitorios y camino hacia la puerta, miro mi teléfono y faltan 5 minutos para las 8, al levantar la mirada veo a Lia caminando hacia mi, con esa hermosa sonrisa.

- Hola, ¿Llevas mucho tiempo esperándome?

- La verdad es que si hubiera llegado a las 8 en punto, la que me estaría esperando serias tu. Estas hermosa.

Llevaba un vestido azul oscuro con puntos blancos, sin escote pero a mitad del muslo, un abrigo de jean azul claro y zapatillas blancas; se veía preciosa.

- Tu también estas muy guapo. - Lo dice y se sonroja.

- Bueno, vamos a cenar o nos quedamos aquí echándonos flores toda la noche. - Suelta una carcajada y enrolla su mano en mi brazo, la conduzco al auto y abro la puerta del copiloto.

Fuimos a cenar a un restaurante chino, la comida era deliciosa y la compañía de Lia hacia que todo fuera perfecto, hablamos un poco de nuestras vidas; al terminar la cena fuimos a caminar, no me soltó ni un sólo momento el brazo.

Es una chica graciosa, inteligente y hermosa, me tiene totalmente deslumbrado. Al final de la noche la llevé al campus y volví a casa, no dormí de pensar en ella, me encanta, ¡como un demonio! Estoy loco por ella.

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