La Gavia una emblemática hacienda llena de historia cerca de la capital del país, la cual solo puede ser heredada por un Sámano. A veces pensamos que es solo casualidad que sucedan los mismos infortunios para el heredero, terminando solo y consagrado a favor de mantenerla en pie. Es la segunda parte de La gavia, aquí conoceremos el destino de Matías Sámano. Sobre todo las decisiones y el cambio de Cecilia. También la traición y el engaño de parte del esposo de Cecilia, creando una enemistad con otra familia importante de la comunidad. En la guerra y el amor todo es posible, es ahí donde nace el amor entre Matías y Paulina. Sin saber el porqué de la rivalidad entre sus familias. Poco a poco quedará al descubierto la causa del conflicto entre ellos.
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En mi mente
Capítulo 10
Matías volvio a la fiesta no dejaba de pensar en la joven que acababa de ayudar, no solo no olvidaría su hermoso rostro también tendría muy presente su nombre. Admiraba que una muchacha tan joven luchara para salir adelante.
—Que buena fiesta.—dijo Alejandro con cierto sarcasmo
—Perdón estaba pensando en otra cosa, sin duda Chantal sigue siendo la misma mujer frívola e inmadura de siempre.—
Ambos se despidieron de todos y se fueron, Chantal estaba furiosa por no haber obtenido la atención de Matías. Ya no le quedaba dudas él había cambiado demasiado en todo el tiempo que estuvo fuera del país, pero era claro que no se daría por vencida.
Paulina hizo caso y fue al supermercado de Jacinto el hermano de Alfonsina, llegó con mucho temor. Pero Jacinto nunca le negaría un favor a alguien de la familia Sámano y menos a Matías. Sin oponerse le compró toda la mercancía no solo la que entregaría en casa de los Villaseñor, también la que llevaba extra.
—Gracias don Jacinto, nunca olvidaré su ayuda.—
—Nunca habías venido a ofrecerme tus frutas o vegetales, antes tu padre me vendía.—
—¿Conoció a mi padre?—
—Si, los Rivera eran excelentes personas. Siempre pensamos que Heriberto terminaría casado con alguna de las hermanas Sámano. Tenía un noviazgo con Vanesa la hermana menor, pero ella se fue a estudiar lejos. Cuando regresó Heriberto ya no estaba en el pueblo, cuando él volvió ya venía casado. Vanessa también ya lo estaba.—
—Tal vez no lo hubieran aceptado por nuestra condición.—
—Ellos no son así, Heriberto era muy apreciado por la dueña de la gavia. Cecilia es una excelente persona, ella es la madre de Matías.—
—Le agradezco mucho, entonces si necesita algo me llama estoy a sus órdenes.—mientras pensaba en lo que Jacinto le había dicho
—Claro que sí muchacha, vete con cuidado.—
Más tarde Paulina llegó con el dinero suficiente para pagar las cuentas pendientes y sobre todo el pago para Alvaro. Si seguía teniendo el apoyo de Jacinto podría ayudar a que Sofía pudiera estudiar.
—¿Cómo te fue hija?—preguntó Natalia
—Muy bien tía, bueno al principio la señora Irma me corrió, además ya no nos va a comprar.—
—¿por qué?—preguntó preocupada
—Por culpa de mi mamá, hasta cuando tía. La vida que lleva nos afecta a todas, deberíamos irnos lejos donde podamos vivir tranquilas y no señaladas por culpa de la vida que lleva.—
—No es tu culpa o de tu hermana, o mía. Ella está mal, resentida, frustrada pero no la justifico, desde que murió tu padre su vida cambió. Confío en quien no debía.—
—No entiendo nada, pero afortunadamente encontré otro cliente. Don Jacinto el del super me compró todo.—
—Pero él no le compra a nadie que no sea de confianza.—
—Me compró porque en la casa de los Villaseñor estaba Matías Sámano, él me envió así que no me rechazó al contrario me compró hasta lo que no habíamos podido vender.—
—Hija no te vuelvas a acercar a ese joven, por favor.—suplicaba Natalia asustada
—El no se ve una mala persona, o ¿hay otra razón?—
Su tía nunca les había explicado porque había una enemistad entre la dueña de la gavia y su madre. Pero tarde o temprano la verdad siempre sale a la luz.
—No ninguna, pero recuerda que cada oveja con su pareja. No quisiera que recibieras algún desplante de parte de toda esa familia.—
—Está bien tía, no me volveré a acercar a Matías.—
Paulina no comprendía absolutamente nada, pero era el primer hombre que la había tratado con respeto y educación. Además la había defendido de la señora Irma, como olvidar que era gentil y muy guapo.
Mientras tanto en la gavia, Cecilia se angustió de que llegaran tan temprano a casa. Matías estaba en su habitación cuando su madre llamó a su puerta.
—Adelante.—
—Me sorprende que hayan llegado tan pronto, ¿todo bien en la fiesta?—
—Si, solo que incómodo.—
—¿Por que incómodo?, sin duda asistieron los hijos de nuestros socios, casi todos en el pueblo tienen negocios con nosotros.—
—Si, pero se creen dueños del mundo. Y sus conversaciones superficiales nos aburrieron tanto a mí como a Alejandro.—
—Pues todos ellos algún día serán tus socios, tú eres el heredero de la gavia y el jefe de esta familia. Sería bueno que iniciaras amistad con todos ellos.—
—Lo pensaré, por cierto ¿por que no hacemos trato con productores emergentes aquellos que no tienen tantas tierras?—
—Si hacemos trato con ellos, ¿por qué la pregunta?—
—conocí a una joven que llevaba su mercancía a la casa de los Villaseñor, Irma la corrió. Pienso que esa es el tipo de personas que deberían estar dentro de la empacadora.—
—¿Se puede saber de qué muchacha estás hablando?—
—En realidad no sé quién sea, pero le dije que fuera con Jacinto. Que le hiciera saber que iba de mi parte y así no se negaría a ayudarla.—
—No puedes confiar en todas las personas, hay gente que no sabe agradecer los favores que uno les brinda.—
—Ella no es así, tiene una mirada dulce y sincera. No debes juzgar a las personas sin conocerlas, está jovencita se veía triste e indefensa, pero con muchos ánimos de salir adelante. Tal vez tiene muchos problemas y a su corta edad debe enfrentarlos sola.—
—Tal parece esa mujer te deslumbró, aún así te pido que no confíes en las personas tan fácil y no te metas en problemas. Te dejo descansar mi vida.—Cecilia le dio un beso y salió de su habitación
Cecilia esperaba que esa joven no fuera una de las hijas de Heriberto, ya que no soportaría que sus hijos se involucraran con alguna de ellas.
Pero era demasiado tarde, Matías no dejaba de pensar en ella. Paulina era una mujer diferente y tenía la tentación de conocerla más, en la primera oportunidad la buscaría para saber más de ella. A la vez Paulina tampoco dejaba de pensar en Matias, de solo recordarlo sonreía.