Creí que mis padres, mis tíos, mis abuelos y hasta mi hermana estaban locos por enamorarse tan profundamente, pero sinceramente me arrepiento de mis palabras. Y me arrepiento, porque después de haber obtenido el título de casanova en el colegio y en la universidad, llegó una mujer que ha cambiado mi vida y me ha hecho no solo flotar, sino también estrellarme contra las estrellas.
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Ensimismados...
Sally...
Cuando Felipe se fue, mis padres comenzaron a decirme que era un buen muchacho, no dejaban de halagar su generosidad, la sencillez, la decencia y buena educación, y sobre todo, el hecho de que no dejara de mirarme. Me tenían toda roja y un tanto achantada.
Mami, papi, yaaaa... Él es... Es solo un simple compañero de trabajo. Estamos haciendo una colaboración juntos y eso es todo. -Dije intentando zanjar el tema, pero la verdad que lo único que logré, fue que mamá me diese una respuesta de las que no sé si quería oír o no-
Sally, mi princesa, sabes que no es solo un compañero de trabajo y no es tan solo una colaboración. Esta noche pude ver a un hombre que es tan inteligente como para ganarle a papá que sabes que es un experto en ajedrez, pero que no fue lo suficientemente efectivo cuando le tocó su turno contra ti. Y lo que más me gustó es que no estaba devorando tu cuerpo como cualquier baboso lo haría, estaba mirando tus ojos, tu rostro. Te miraba como un experto en arte mira un cuadro de Monet o un músico escucha la 5.ª sinfonía de Mozart. Él está interesado en quien tú eres y no en lo que puedes parecer ser.
Las palabras de mamá hacen que mi corazón lata muy fuerte y rápido. -Tengo miedo- confesé finalmente dejando que ya mis padres conocieran mi realidad. Y hasta ese momento mi padre quien es mi fuente de sabiduría y que aún no decía nada habló...
Está bien tener miedo cuando esté es justificado Sal. Pero este joven aun cuando se le nota que el dinero no es un problema para él, cuando es lo suficientemente bueno como para ganarme en ajedrez y trajo regalos de los que se traían en los tiempos del amor bonito, no está buscando lo que buscan los demás. De ser así, hubiese intentado salir a solas contigo y sobrepasarse y aprovecharse de las cosas, pero no fue así. Vino y respetuosa y cortésmente pasó tiempo con cada uno de nosotros sin dejarte a un lado en ningún momento. Es fácil para un hombre que anda tras un solo objetivo, hacer de cuenta que nadie más existe, pero cuando uno quiere algo bonito, se preocupa por todos. Y eso fue lo que Felipe hizo mi nena.
Los abracé. Ustedes son los mejores consejeros del mundo. Dije entre lágrimas. Ellos simplemente me besaron y se fueron a su habitación. Yo me quedé ayudando a mamá a terminar de recoger lo poco que había quedado regado. Y no pude evitar sonreír. Sonrío porque se siente bonito que alguien se tome el tiempo para hacer que te sientas bonita y que sepas que los caballeros aún existen.
Luego cuando estaba en mi habitación, peinando mi cabello, una idea se vino a mi mente. ¿Y si él solo lo hace por caballerosidad? Tendré que verlo muy de cerca cuando esté compartiendo con otras mujeres. Me acosté y miré hacia mi mesita de noche y ví allí mi espectacular ramo de rosas, pero me fijé que tiene un escrito escondido. Al leerlo, mi sonrisa no podía parar. Para la mujer con los ojos más lindos de la galaxia... Sonreí nuevamente porque si, no puedo negarlo. Se siente ¡Espectacular! Con eso en mente y con la sonrisa de Felipe plasmada en mi memoria, me fui quedando dormida...
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Al día siguiente, Felipe se levantó con un ánimo envidiable. Se hizo unas tostadas con café y salió. De camino al trabajo, se detuvo y compró el té favorito de Sally en las mañanas. Te Matcha Chai con leche y un cupcake de banana y mantequilla de maní. Al llegar a la oficina, Sally aún no había llegado. Eso le dio tiempo de secar su sudor y de organizar todo en su escritorio. Sally llegó un tanto cansada. La emoción por todo lo que había pasado, la tuvo despierta hasta tarde.
Al entrar, Sally se encontró con un relajado Felipe en la puerta, quien le besó su mejilla y le dio la bienvenida. Al sentarse en su escritorio, frente a ella un papel que decía Buen día... He notado que los lunes te gusta desayunar esto. Al abrirlo, encontró su desayuno favorito para arrancar la semana. Uno que no se había podido comprar hoy o llegaría tarde. Cuando lo hizo, miró a Felipe quien se suponía que estaba "trabajando" pero en realidad estaba mirando de reojo para ver su reacción.
Ella se levantó como un resorte y al ver eso, él también lo hizo, solo para encontrarse con el abrazo de gratitud de parte de esa pequeña mujer que hacía crecer el sentimiento en su corazón con cada gesto tan puro y sincero que tenía para con él. ¡Gracias! Ya estaba triste porque no iba a tener mi desayuno favorito de inicio de semana. ¿Cómo lo supiste? Él únicamente sonrió y conteniendo las ganas de acariciar ese rostro tan hermoso que ella tiene, respondió. Creo que cuando se trata de ti, todo me interesa Sal. Eso es lo que hace un verdadero amigo ¿no?
Sally en ese momento se sintió halagada, pero a la vez los pensamientos se fueron a la palabra amigos. ¿Sería que ella y sus padres se estaban equivocando y él era solo un buen amigo? El día lunes pasó un tanto pensativo para Sally y Felipe no entendía el porqué en vez de pasar el día más cercanos, ella se había mantenido pensativa y a la hora del almuerzo estuvo más callada y alejada de lo normal.
A la hora de la salida, ella sin pensarlo comenzó a caminar hacia la parada del bus. La palabra "amigos" seguía haciendo mella dentro de su mente. Le estaba costando mucho trabajo aceptar el sentimiento y ahora cuando él le dijo eso, su corazón parecía un mar enfurecido azotando fuertemente con dudas e incertidumbres.
Felipe por su lado había llevado unas cosas al departamento de estadísticas y al volver y no encontrar a su chica de ojos bonitos, se preocupó y salió como alma en pena buscándola por los pasillos. Al salir al parqueadero, junto a su auto no estaba, provocando en el un pavor como nunca antes había sentido.
Comenzó a correr en los alrededores cuando la vió a lo lejos en dirección a la parada de los buses, inmediatamente corrió en dirección a su auto y jamás había conducido a esa velocidad en ese auto. Las ruedas derraparon en la calle y cuando llegó a la parada, encontró a una Sally tan distraída que no se había fijado que su bus estaba allí haciendo su parada obligatoria.
Felipe rugió el motor de su auto, cosa que inmediatamente hizo a Sally reaccionar. Cuando ella se dió cuenta, el bus se había ido, y ya Felipe de quien ella estaba intentando alejarse para poder pensar y despejar su mente, estaba frente a ella en su auto. Cuando él vió que ella aún estaba sin entrar en el auto, se bajó, bañado en sudor, con el corazón latiendo a mil por no saber donde estaba su chica.
Sally... ¿Porqué estás aquí? ¿Sabes el susto que me hiciste pasar? ¡Carajo mujer! ¡Casi me matas de un infarto! Ella no entendía el porqué de su reacción. Felipe ¡no entiendo por qué estás así! Solo necesitaba pensar y me vine a la parada de mi bus para irme a casa. Cuando ella dijo eso, Felipe la agarró y la abrazó. En ese abrazo, él sentía que le volvía el alma al cuerpo. ¡Pensé que te había pasado algo! Me aterró la idea de que te hubiese pasado algo. El no poder volver a ver tus ojos, es una idea que me desgarra por dentro.
Sally por su lado, escuchaba la ronca voz de esa pared humana y en su abrazo escuchaba los latidos del corazón acelerado. Por un momento se separó de él para corroborar que en su rostro podía verse el miedo que estaba confesando sentir. El abrazo de ella, lo hizo sentir paz. Júrame que no vas a volver a hacerme esto Sal. Aunque estés muy enojada conmigo, aunque no te guste algo de mi, pase lo que pase me esperas y hablamos las cosas. ¡Júralo! -Dijo el Johnson que destilaba miedo a perderla sin haberla tenido-
Sally lo miró y respondió Ok amigo, lo juro. Esas palabras fueron también como un puñal para el mayor de los varones Johnson-Ferreira, que sin decir nada más agarró las cosas de ella y las guardó en el auto. El viaje fue en silencio y cada uno iba ensimismado en sus pensamientos.
Q emotivo
Q bello un amor sincero hermoso
Llore como magdalena emotivo capítulo