Segunda parte de casualidad o destino, en donde se relata lo que paso con Carlos y Liz después de que supimos de ellos, relatando como el pasado puede volver afectándonos, no solo a nosotros, sino a nuestros seres más queridos, además de mostrar, como es obligación de los padres apoyar a sus hijos, para que no paguen los errores cometidos por estos.
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TRAIDOR UNA VEZ, TRAIDOR MIL VECES
Al terminar la pelea, Luis es atendido rápidamente por Angélica, ya que no solo es abogada, sino también paramédico, dándole primeros auxilios, al momento de llegar la ambulancia, los paramédicos preguntan si hay algún familiar que lo acompañe al trayecto al hospital, donde después de algunos momentos la única que responde fue Victoria, la cual es la única que sube a la ambulancia con su hermano.
Al llegar al hospital, Luis es internado y después de una revisión exhaustiva, le dan el informe a Victoria, donde le especifican que está fuera de peligro y solo estará internado un par de días para asegurarse que no haya complicaciones, a lo que Victoria, se alegra de que no haya daños colaterales; decidida a despedirse de su hermano, espera a que este despierte.
Al despertar, Luis ve a su hermana a su lado, pero en lugar de agradecerle por cuidar de él, tiene unas palabras mordaces para la única persona que se preocupó por su estado de salud.
Luis:
Estarás feliz tu amado, Carlos, al fin, pudo cobrar venganza, después de tantos años, te debió haber encantado cuando me golpeo, de seguro cuando estaba inconsciente, esperabas que no despertara y así te librarías de la molestia que he sido para ti todos estos años.
Victoria:
Como te atreves, a hablarme así, yo tire la toalla cuando te levantaste inconsciente, y lo hice para que Carlos no te golpeara más, incluso fui a su vestidor a rogarle que suspendiera la pelea, para que no terminaras aquí.
Luis:
No me importa, aun así no pudiste hacer nada, eres inútil, por eso siempre fuiste la sirvienta de la casa, no te mereces ser feliz y puedes avisarle a tu amado Carlos, que lo pienso demandar, o cierto ya no es tu amado, él está casado y tiene familia, al fin y al cabo fue correcto que tanto como nuestros padres como yo lo aburriéramos y se fuera de tu lado, él ya tuvo su venganza ahora toca la mía, no les permitiré ser felices a ninguno de ustedes, le quitaré todo.
Victoria:
Luis basta, por favor para ya, no agás más difícil, esta situación, perdiste, tú mismo fuiste el que presumió de saber boxear, lo molestaste por mucho tiempo e incluso insultaste a su familia, diciéndole engendro al novio de tu hija, amenazaste con aburrirlo al igual que lo hiciste conmigo y con Carlos hace muchos años, te lo suplico como tu hermana, no los molestes más, ya te destrozo con los puños, no les des la satisfacción, de destrozar tu vida por completo.
Luis:
Va, hermana, ni siquiera te considero como tal, no are caso a tus súplicas, estoy seguro de que solo lo dices para que no fastidie más, ni a él ni a su familia, pero por supuesto que lo are, me vengaré nunca lo dejaré tranquilo y obviamente que no dejaré a la mimada de mi hija ser feliz, siempre seré una carga para ella, es su obligación cuidar a su padre, ya que gracias a mí nació.
Victoria:
¡BASTAAA! Prometiste dejarlos en paz a todos si perdías, no puedes faltar a tu palabra, date cuenta, él no es alguien, a quien puedas seguir molestando si siento o no algo por él, ya no es importante, incluso firmaste un contrato, no puedes hacer nada, solo déjalos en paz, no fastidies más a tu hija, déjala de molestar, incluso ella no está aquí por todo lo que le has hecho, incluso te dijo que ella preferiría que su novio, un hombre mucho más joven que tú, te golpeara porque a si sería más letal.
Luis:
Si lo recuerdo, y por eso mismo no la dejaré ser feliz con el engendro de aquel “señorito”, o con nadie más, haré que sea una solterona amargada y solitaria, al igual que tú; será lo mejor para mí, a si tendré dos sirvientas a mí
disposición.
Victoria:
¿Por qué lo dices? Soy tu hermana, incluso me preocupe por ti y me quede a tu lado cuando estabas inconsciente, esperando a que te recuperaras, para poder despedirnos como hermanos y no como enemigos.
Luis:
jajajaja, en serio aún crees, que te dejaré de molestar, o mejor aún crees que somos iguales, y que te veré como mi hermana, solo porque intestaste protegerme, lo único que hiciste fue cumplir órdenes, te ordene convencer a
Carlos, que cancelara la pelea y solo basto unas cuantas súplicas para que lo hicieras, jamás tuve la intención de decir la verdad a la familia, todo lo que te dije es para que obedecieras sin dudar y entérate de una vez, si intentas o siquiera se te ocurre dejar de ser mi sirvienta o mejor dicho mi esclava, ya que obviamente no pienso pagarte nada, le diré a los amigos de papá que te busquen y arruinen cualquier oportunidad de mejorar que tengas, no tienes derecho a ser libre, tal y como mamá nos acostumbró tienes que vivir a mi sombra y a mis órdenes.
Victoria, al no poder soportar más, sale, del cuarto llorando al confirmar que su hermano es un patán, el cual solo utiliza a la gente que lo rodea, y peor aún que sin importar que siempre terminara traicionando.
Mientras,
Victoria sufría, en el gimnasio todo es alegría, nadie lamenta la derrota del traidor, como la habían apodado en el gimnasio, por la música elegida por Victoria, todo en la familia Cruz era alegría.
Aldebaran:
Ganaste papá, derrotaste a ese tipejo, al fin podre ser feliz con Kenia, sin la intervención de su supuesto padre, podremos continuar sin que me intente aburrir para que la deje.
Kenia:
Yo también le agradezco, señor, mi padre me estaba volviendo loca, ya no aguantaba más sus acosos constantes, nunca pensé decir esto, pero gracias por golpear a mi padre, espero que con esa derrota, espero que recapacite y no vuelva a intentar interponerse, en el camino de nadie.
Carlos:
No lo sé chicos, conozco a Luis hace años y dudo mucho que una simple golpiza, lo haga rendirse, por suerte esta vez estoy, preparado para todo.
Liz:
Amor, ¿crees que ese sujeto, intente alguna artimaña? Firmo un contrato en donde se compromete a no molestarnos jamás.
Carlos:
Lo sé, mi amor hermosa, pero no confió en él, hay muchas maneras de molestarnos sin que muestre, directamente, su rostro.
Liz:
Te comprendo amor, lo bueno que tomamos todas las precauciones posibles, pero aún nos queda un asunto que arreglar aquí.
