En un mundo donde los Alphas están arriba de todo y los Omegas abajo, Aria Vance una trabajadora de un club exclusivo para Alphas dominantes, donde se ofrecen servicios para ayudarlos a liberar la carga de sus feromonas, siendo que todos los empleados de la servidumbre estrictamente son Betas, por lo cual ella tuvo que mentir en su sub genero para poder trabajar allí, escondida en la cocina como ayudante. Todo iba bien hasta que un día de trabajo una serie de eventos inesperados la pusieron frente a Liam Vidal, un Alpha dominante, que llevado por sus instintos se abalanza sobre ella. Después de allí comienzan a ocurrir sucesos que la obligan a correr lejos de la vida de aquel hombre, entre ellas es el hijo que ahora llevaba en su vientre.
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Capitulo 9. Volver al punto de partida
Aria llego lo mas rápido posible al hospital, el personal le indico la habitación en la que se encontraba su madre, llego frente a la puerta jadeando de cansancio, al estar allí respira profundo y tomo el pomo de la puerta, conto hasta tres y abrió.
Sobre la cama, cubierta hasta la cintura con las sabanas, sus ojos permanecían cerrados, mientras se encontraba conectada a aparatos que no paraban de hacer pequeños sonidos, una vía que iba del suero fisiológico hacia su brazo izquierdo y al lado de ella, con el rostro demostrando su mortificación, se encontraba la enfermera encargada de cuidar a su madre.
- ¿Cómo se encuentra? – le pregunta Aria llegando a ellas
- Lograron estabilizarla, pero no saben cuánto pueda durar en este estado – le dice la mujer en tono decaído.
Aria se acercó a su madre, quien seguía dormida, acaricio su cabello y le dijo en voz baja – por favor, se fuerte, Killian y yo no podríamos continuar sin ti – dice conteniendo las ganas de llorar, ella también debía fortalecer su espíritu y pensar en positivo para poder afrontar toda esa situación, porque el llorar significaría rendirse y aceptar lo peor.
- El doctor quiere hablar con usted – le dice la mujer
- ¿Dónde puedo encontrarlo? – le dice separándose de su madre
- Me dijo que estaría en las residencias descansando un poco, en el momento en que usted llegara, debía buscarlo allí – le dice en voz baja
- Bien, ahora vuelvo – le dice viendo a su madre
Salió de la habitación y camino por el pasillo, al conseguir a alguien que perteneciera al personal del hospital, enseguida le pregunto por la ubicación de las residencias de los doctores. Siguiendo las instrucciones del trabajador, llego a las residencias, toco a la puerta y un hombre enseguida le abrió la puerta.
- Buenas noches, me indicaron que debía buscar aquí al doctor que atendió a mi madre – le dice Aria al hombre
- ¿Usted es la hija de la paciente de la habitación cuatro? – le pregunta el hombre
- Si, así es, soy yo – le responde Aria
- Deme un segundo para tomar mis cosas, mejor la atiendo en el consultorio – le dice el hombre.
Aria espero a que el doctor buscara su bata blanca y sus instrumentos de trabajo, después salieron de allí, caminaron por el pasillo y bajaron por el ascensor hasta llegar al piso de su consultorio, al llegar al sitio el hombre le abrió la puerta y se hizo a un lado invitándola a entrar.
- Tome asiento por favor – le dice mientras camina hacia su escritorio para tomar asiento
Aria hizo caso a la petición del hombre y tomó asiento frente a este.
- Como ya debe imaginarse, el motivo por el cual la he traído aquí es porque la condición de su madre es demasiado delicada – le dice serio
- ¿No puede ayudarla? – le dice Aria angustiada
- Lamentablemente, aquí solo podemos mantenerla estable, pero no tenemos las herramientas para ayudarla - le dice encogiéndose de hombros
- ¿Entonces? – le dice temiendo lo peor
- El corazón de su madre debe ser tratado, incluso me atrevo a decir que deben operarla – le dice suspirando – pero en este pueblo no tenemos lo que se necesita – le dice escribiendo en un récipe – mire, este es el nombre de un doctor, le hice una orden para que la pueda atender lo más rápido posible, esta es la clínica donde atiende – le dice entregándole el récipe.
- Pe, pero, esto es en el centro – le dice sorprendida leyendo el papel
- Si – le dice el doctor serio – sé que es lejos, pero le aseguro que allí podrán ayudarla, si se queda aquí – suspira – seré sincero con usted, aunque va a sonar duro, su madre morirá si continua de esa forma – le dice viéndola fijamente
- Sé que, si usted lo dice debo hacerlo, pero… - tenía miedo de volver al centro, incluso si era un lugar enorme, con pocas posibilidades de encontrarse con esa persona, no quería tentar a su suerte, pero por otro lado estaba también la vida de su madre en juego
Después de terminar la conversación con el doctor, fue hacia la habitación donde se encontraba su madre, el verla en aquel estado, dependiendo de una máquina para respirar, débil e indefensa, la hicieron tomar la decisión de arriesgarse, no pensaba quedarse de brazos cruzados y verla desaparecer de su vida de esa forma, quería verla nuevamente reír como solía hacerlo, con aquella actitud positiva y contagiosa que siempre lograba brindarle tranquilidad.
Fue así como llegada la mañana, Aria fue directo a su casa para estar con Killian e informarle a la niñera de los cambios que ahora tendrían, además de que debía ausentarse por al menos uno o dos días para poder hacer todas las diligencias en el centro antes de llevar a su madre y Killian hasta allá.
Enseguida busco la clínica donde su madre seria atendida, el doctor al cual estaba siendo referida era un hombre muy amable, quien de inmediato se vio preocupado por la condición de la madre de Aria y le explico lo que debían hacer debida y detalladamente, brindándole confianza para creer en sus palabras y tenerle la fe, de que podría ayudarla.
Buscar un lugar donde vivir, fue un poco difícil, dado que pasados los años las casas fueron aumentando, todo un día entero yendo de un lado al otro hasta poder encontrar el lugar perfecto, con una buena ubicación y a un buen precio. Al tener todo listo y canalizado, la casa nueva amoblada, el traslado de su madre de un hospital hacia otro, incluyendo la escolarización de Killian, llego el día en que debía volver a la ciudad, después de seis años de tranquilidad en aquel pueblo, volvería a todo ese disturbio, donde debía cuidar sus pasos y de no conseguirse a aquel hombre al cual ya ni siquiera recordaba, pero su cuerpo temblaba de solo pensarlo.
- Wow, es enorme – le dice Killian al ver la casa desde afuera
- ¿Te gusta? – le pregunto Aria
- Sí, me gusta – le dice emocionado
- Nosotros viviremos en la parte de arriba – le dice Aria señalándole el piso de arriba de la casa
- ¿y abajo? – le dice Killian curioso
- Por ahora solo somos nosotros dos mientras la abuela está en el hospital – le dice cabizbaja – así que, la parte de abajo quiero convertirla en una pastelería, ¿quieres ayudar a mamá a vender pasteles? – le dice emocionada
- ¡Si! – le dice el niño emocionado
Obviamente el dinero no era eterno y dada la cantidad de gastos que tendría con la clínica y todo lo demás, debía hacer algo para poder mantenerse en pie, por suerte ya tenía mucho conocimiento en repostería y atención al cliente con el cual podría comenzar su propio negocio.