Margaret, ha vivido por años como hombre.
Era la única manera que tenía de escapar de su vida tormentosa, en la que vivía con su padre maltratador.
Actualmente trabaja con la familia Lamberts en Francia, cuyas personas adineradas que viven en un castillo al lado de un gran lago en dónde Margaret entabla una amistad con Gerard, el único heredero y de quién ha sentido un afecto especial, desde su adolescencia.
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Por otro lado, Margaret y Marc entablaron una amistad, pero jamás podría comparar con lo que tenía con Gerard.
____ Eran buenos amigos, con el hijo de nuestro jefe ¿verdad?__ Preguntó Marc montando en caballo a la misma par que Margaret.
____ Sí, lo éramos ___Contestó ella.
____ Pero, ¿ya no lo son?___ preguntó Marc con curiosidad.
_____ Creo, que él cambió mucho desde que se marchó; no entiendo por qué se distanció____ Expresó Margaret con su semblante decaído.
____ Quizás se esté esforzando mucho en los estudios, los buenos amigos se deben apoyar el uno al otro ___ Expresó él, convenciendo a Margaret de que quizás sea cierto todo aquello.
Era fin de semana y Frederick les había concedido sus tiempos libres con sus bonos incluidos, la joven seguía ahorrando cada billete.
Marc era un buen muchacho de una familia humilde, vivía con sus abuelos; quienes dependían del sostén de él, Marc le contó todo a Margaret acerca de su vida, pues ella le inspiraba mucha confianza.
Cada día su amistad se iba haciendo más fuerte con el pasar del tiempo. Un día uno de sus abuelos enfermó gravemente y Margaret estuvo presente apoyando a su amigo en todo tiempo.
____ Gracias Josh, eres muy buen amigo no olvidaré que me apoyaste cuando más lo necesité__ Expresó Marc, extendiendo su mano a la joven.
____ No es nada, toma este dinero lo vas a necesitar para llevar a tu abuelo a un mejor hospital___ dijo Margaret, poniendo en sus manos un fajo de dinero que no eran poca.
____ Muchas gracias, te prometo que te lo devolveré, cuanto antes___ Dijo él.
Victoria, ya tenía todo preparado para el viaje en las vacaciones de invierno y le pidió a Margaret que la acompañara, ella por supuesto se puso bien alegre por tal noticia, y es que por fin iba a volver a ver a su querido amigo nuevamente.
La muchacha preparó sus maletas a toda prisa, y Fueron hasta el aeropuerto, victoria compró los tikets en primera clase.
Después de un largo y pesado viaje llegaron al lugar de destino, Victoria no había informado a Gerard que venía así que era una sorpresa para él.
Llegaron hasta el departamento lujoso del joven heredero y Victoria tocó la puerta ansiosa.
El joven abrió la puerta con una toalla envuelta en sus caderas, Margaret no podía disimular mirarlo de pies a cabeza.
Cuando Gerard vio cara a cara a Josh se le aceleró el corazón de tal manera que se puso muy nervioso.
___ ¡Madre! Que sorpresa___ Exclamó, sin apartar la mirada de Josh, mientras abrazaba a su madre.
____ Hijo mío, cuanto te extrañé___ Dijo Victoria conmocionada.
Luego Gerard Saludó a Margaret, con un apretón de manos varonil y enseguida la chispa se encendió entre ellos, atraves del tacto.
El joven, los invitó a pasar para luego ir a vestirse, Victoria se acomodó en la habitación de huéspedes y Margaret en otra.
Después de unos pocos minutos, se reúnen en la sala.
___ Siéntante Josh___ Dijo Gerard.
Ella tenía muchos nervios incontrolables, de pronto se le hacía muy difícil mirarlo cara a cara.
____ Gracias, es hermoso tu departamento___ Expresó Margaret sin saber qué decir exactamente.
Se miraban el uno al otro, invadidos por un gran silencio, Victoria rompió el hielo diciendo:
___ Hijos, vayamos a comer; tengo mucha hambre.
____ Claro que si madre, bajemos al restaurante de al lado___ Sugirió Gerard.
Los tres fueron a comer juntos con alegría, conversaron de los asuntos del trabajo en el castillo y de lo asombroso que era Josh en su labor, más tarde después del almuerzo Victoria dijo:
____ Bueno, estoy satisfecha; ahora vayan ustedes a pasear seguro tendrán mucho de que hablar; aprovechen no nos quedaremos muchos días___ Dijo Ella, dirigiendo la mirada a Su hijo.
____ ¿Estarás bien mamá? ___ Preguntó Gerard apenado de dejarla sola.
____ Por supuesto, iré a descansar estoy cansada, vayan no pierdan el tiempo___ Exclamó.
Gerard y Margaret felices accedieron ir juntos a pasear.
El joven condujo a unos cuantos kilómetros, y llegaron a un lugar hermoso que transmitía mucha paz y allí sentados conversaron:
____ ¿por qué no fuiste el año pasado?__ preguntó Margaret, mirando lejano.
____ Tengo novia, y mis exámenes son muy difíciles estos últimos cuatrimestres___ Respondió.
En el corazón de Margaret invadió una fuerte sensación de celos irremediables, luchó por no exponerse frente a él.
____ Tu madre, te esperaba en esas cenas que ella suele preparar cada fin de año; la defraudaste mucho estos últimos años___ Reclamó Margaret, Colocándose de pies.
____ Lo sé y no sabes cuánto lo lamento ¿Y tú ya conseguiste novia?__ preguntó él, cambiándo de tema.
____ No, no tengo ganas de perder el tiempo; estoy estudiando mucho___ Respondió Margaret.
____ Me alegra saber eso__ Expresó él.
Se dieron cuenta de que ambos habían cambiado, y que su amistad ya no era igual, aunque se esforzaban por mantenerlo, algo no encajaba y es que ellos estaban perdidamente enamorados del uno del otro y el amor que sentían era más fuerte que una simple amistad.
El paseo estuvo tenso e incómodo porque los dos sentían fuerte necesidad de tener un contacto físico.
Llegada la noche, la novia de Gerard planeó una cena especial, para darle la bienvenida a su suegra.
Durante la cena, Cristina miraba con ojos raros a Margaret; la miraba de pies a cabeza y es que para ella no parecía ser un hombre ni de broma, sus brazos eran pequeños, y su rostro definitivamente parecía a la de una mujer, Cristina era una chica experta en modas y de reconocer la anatomía femenina, era su especialidad y Josh no la convencía para nada.
____ Y dime Josh, ¿En dónde naciste?___ preguntó Cristina, haciendo que ella se sienta incómoda.
____ Creo que deberíamos hablar de ustedes dos___ Interrumpió Victoria.
Salvada Margaret por la campana, todos dedicaron su atención a Gerard y a Cristina.
Ella contenta, comenzó a contar las anécdotas de cómo conoció a Gerard, Margaret no sabía que excusa inventar para salir de allí. Se sentía asfixiada estando cerca de ella.
Finalmente, pidió permiso para ir a descansar y se retiró.
Después de una hora de puras habladurías por parte de Cristina, ella por fin se marchó a casa; Victoria le dio un beso a su hijo y se fue a dormir.
Gerard, caminaba de un lado a otro quería hablar con Josh a solas y no sabia que excusa inventar.
no puedo creer todo eso