El matrimonio arreglado de la primera hija del Conde Harris con el Duque Carnegie III y su peculiar convivencia
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Compartido
-Madre…- Samantha articulaba con dificultad aquella palabra, aún recordaba cuando le anunció que se iría de la casa
Arregla a la andrajosa y haz su maleta, esas habían sido sus palabras aquel día
-Samantha querida- La frívola y actriz Victoria caminó hacia Samantha con los brazos extendidos cuan madre amorosa- Hija! Estaba tan preocupada por ti
-¿Si?.. ¿Dónde está padre?
-Tu padre ya sabes… ocupado aquí y allá
-Sam ven aquí- Víctor abrió sus brazos y Samantha corrió hacia él, en su corazón sentía que el único que había sido genuinamente bueno con ella había sido su hermano, aunque a veces tenía comportamientos extraños
-Oh Vic, no pude agradecerte cuando tomamos té. Gracias por venir ese día, tu compañía me dio mucha seguridad- Samantha le dedicó una sonrisa deslumbrante que hizo latir velozmente el corazón de Víctor, quien durante mucho tiempo la había deseado como un hombre a una mujer
-Es un placer mi querida Sam, estas preciosa- Besó la comisura de los labios de Samantha, acto que hizo a esta retroceder con los ojos abiertos como plato
A lo lejos, James veía aquella escena, celoso y enojado hasta el tuétano, quería agarrarlo por el cuello y matarlo como un pato listo para cocinar
-Samy ¿Tienes algún problema en recibir a tu pequeña hermana en la mansión? Ya ha cumplido los 16 años… Tu padre cree que es prudente que tengas ayuda, ya sabes, un matrimonio compartido es más ventajoso
Matrimonio compartido…
¿Cómo es posible que aquella loca y maquiavélica mujer proponga un matrimonio compartido con 2 hermanas?
-Madre por favor- Susurró Víctor a lo que su madre respondió haciendo ojos en blanco
-¿Mi padre cree eso?.. Él nunca hizo ningún comentario al respecto
-¿Quieres decir que miento?
-No… jamás- Pero antes de que pudiera continuar hablando, la presencia de James ocupó con tal fuerza la sala que fue imposible no notarla
-Duque, querido- La voz melodiosa e hipócrita de Victoria, la madrastra de Samantha, resonó irritando los oídos del duque, cuyo rostro solo expresaba odio y rencor
-¿Qué los trae a mi castillo?
Mientras terminaba la guerra, James había encargado a sus hombres dejados en el castillo, que investigaran todo lo que pudiesen acerca de Samantha y la vida de la familia Harris. Era obvio que él no necesitaba de aquel matrimonio, sin embargo, al escuchar todas las historias que sus hombres le contaron sobre el trato que le daban a aquella pobre niña, recordó sus mejillas ruborizadas cuando la conoció por primera vez en su décimo cumpleaños. En ese entonces jamás habría pensado que se convertiría en la hermosa mujer que es ahora, y mucho menos, que movido por una falsa lastima, terminaría casado con ella
-Oh duque… He venido personalmente a visitar a mi querida hija Samantha, aunque no soy su madre biológica la quiero como a mi propia hija y… bueno, preséntate hija
Contoneando su cuerpo cuan contorsionista fuera de lugar, tomo la falda del vestido con la yema de sus dedos y se agacho en una insinuada reverencia
-Barbara Victoria Harris mi honorable duque, para servirte
James alzó una ceja mirando a la pequeña arrebatada de arriba abajo, encantos le sobraban, pero su actitud con poca gracia y pudor solo provocaba asco, con ella solo podría cogerla y tirarla como a las mujeres que se prostituían en el bar
El silencio reinó en la sala, el duque no pretendía emitir ningún saludo, ningún comentario respecto a la joven que acababa de presentarse, hasta que la suave voz de Samantha interrumpió
-Mi señor… Mi padre ha sugerido
-Permite que te interrumpa, tu padre puede sugerir lo que guste dentro de su castillo. He escuchado perfectamente, déjeme decirle, lady Victoria, no estoy interesado en tener a otra de las hijas de la familia Harris como mi esposa, ni si quiera de concubina, espero que le deje en claro a su esposo que no estoy interesado ni lo estaré, es más que suficiente con Samantha- Al decir la ultima frase, miró fijamente a su esposa quien sintió sus mejillas rojas quemar, con sorpresa, sintiendo los latidos de su corazón casi en su garganta, mordió su labio inferior y aguardó silencio
Era la primera vez que escuchaba una frase que le causara tal satisfacción, al menos podía estar segura de que no debía preocuparse por competencias de otras mujeres que quisieran al duque
-Así que… te gusta mi hermana duque
-Tu hermana no me interesa en lo absoluto, mi esposa Samantha Carnegie si
-Ella también es mi hermana
-¿Me dirás ahora que en tus ojos solo es tu hermana? Esta conversación podría sorprender a las damas presentes. Me retiro, mi señora, espero que despidas prontamente a tu familia
-Oh duque… si no son demasiadas molestias… ¿Podría permitir quedarnos unos pocos días en el castillo? El viaje fue…
-¡Bastián!- Exclamó el duque
El mayordomo corrió inmediatamente hacía el lado derecho del duque, quien dio indicaciones susurrando a su oído
-Nuestro mayordomo se encargará de guiarlas a sus habitaciones- Se incorporó ajustando su chaqueta y miró fijamente a Samantha -Te espero en mi despacho Samy
¿Samy? Él jamás me había llamado así
El duque emprendió su marcha hacia el despacho ocultando el rostro tímido al haberse dirigido así hacía su esposa, si bien, eran esposos… Estos no eran en absolutos cercanos unos al otros, aún no tenían ese tipo de relación
Toc toc
En la majestuosa silla del despacho del duque, James lucía despreocupado, sin chaqueta, con los 3 primeros botones de la camisa sueltos y las piernas cruzadas, sostenía en su mano un pergamino que había sido enviado poco después de su llegada y aún no había leído
-Adelante
Una tímida Samantha caminó en silencio hacía la silla de invitados ocupándola suavemente, mirando curiosa y detalladamente el despacho al que nunca había entrado
-¿Me necesita mi señor?
-¿Qué te pareció la propuesta de tu madre?
Silencio
-¿Crees que debería aceptar?
No por favor
-Duque… su decisión es la palabra de este castillo
-¿Cuándo dejaras de ser tan tonta?
-¿Eh?
James comenzó a reírse frenéticamente, Samantha no entendía, pero para él había sido la mas chistosa de las conversaciones
-Señor…
-Shh no soy ese tipo de hombres Samantha, serás mi única esposa… Espero tu familia no se quede mucho tiempo
Samantha resopló, relajó su tensa posición y tomo aire lentamente
-Quisiera… quiero pedirle algo duque
-¿Qué necesitas?
-Puedo… ¿Puedo quedarme en su habitación? Solo será mientras mi familia este aquí…
-Con una condición
-¿Cuál?
-Me dirás James y dejarás que te diga Samy
-Oh mi… no podría simplemente tratarlo informalmente duque
-Somos esposos
Silencio
-Samantha, cambiando el tema, Bastián se encargará de buscar profesores para ti, quiero que seas la duquesa más culta del reino
-Entiendo…
-¿No te parece bien?
-Oh no, digo si, si me parece bien, no es lo contrario… es solo que ha pasado mucho desde que no tengo un profesor
-Lo sé
-¿Cómo lo sabes?
La duda de Samantha quedó en el aire cuando la puerta abrió de sorpresa
-¡Duqueeeee! El mayordomo venía con el té y preferí traerlo yo misma, ya que mi hermana no tomó lecciones para servir el té
Barbara había entrado al despacho sin ser anunciada, decidida a humillar y avergonzar a Samantha
-¿Quién te dio permiso de entrar a mi despacho?
-Lo siento duque- Dejó la bandeja de té en la mesa de reposo y se inclinó hacía el suelo -Perdóneme por favor
-Yo no tomo té, Bastián lo prepara exclusivamente para mi esposa, así que retírate
Los nudillos de Barbara palidecieron al apretarlos tanto, la rabia recorría cada parte de su ser
Maldita Samantha
Sin más que decir, salió del despacho como alma que lleva el diablo
-No tomes ese té Samantha… No quiero que tomes nada que te ofrezca tu familia, solo Bastián ¿entendido? Y no me cuestiones
-Está bien… ¿Puedo retirarme? - Mordió su labio mirando hacia la ventana, preocupada de lo que pudieran hacer esas dos mujeres en su estadía
Tan sumergida en sus pensamientos que no notó el cambio de postura de James, quién abandonó su asiento para posarse detrás de Samantha acariciando con ambas manos sus hombros, a lo que su cuerpo reaccionó enviando miles de corrientes eléctricas por cada fibra de su ser
-Tú y yo, tenemos algo pendiente