Perdiendo El Juicio (Los Morozova III)

-Agatha la entrevista de Nicolai término, no arrojo nada, así que podremos liberarlo rápido - le dijo Tom que estaba sentado terminando su informe tranquilo  

-Sera facil que toda la atención caiga en el hermano menor - dijo Agatha acercándose a su jefe, como siempre, Tom lucia igual de pulcro, con un traje negro, como siempre el le daba su toque llevando el chaleco de un color mas vivo que ente momento era de un color turquesa claro y la corbata en turquesa obscuro

-Si, Nicolai solo tendrá que presentarse un par de veces, por ahora el único sospechoso principal es Alexandre, tendrás que mover tus mejores cartas, ver cada detalle y conversar con Alexandre para entender mejor su enfermedad, lo bueno es que el doctor Latzarote accedió a testificar y dar su informe para la policía que Alexandre no es una amenaza -dijo Tom entregando otra carpeta 

-colocare en mi agenda varias reuniones con Alexandre para conocerlo mejor - Agatha suspiro y comenzó a hacer su trabajo.

Como los abogados ya habían predicho antes de medio día ya estaban saliendo de la fiscalía, el detective había intentado que el juez dejara bajo arresto a Alexandre, por sospechas que o se encontraba con psicológico estable, siendo sospechoso de asesinato, pero fue rebocado porque Agatha consegui rapidamente un informe de director del hospital psiquiátrico donde Alexandre había estado el último mes. Se había permitido su liberación porque su estado había tenido avances positivos y al estar con su familia se estabilizaba cada vez más.

Agatha salió con una sonrisa, al haber terminado tan rápido la primera parte, era solo el comienzo pero no había sido tan difícil  esperaba que todo el proceso fuera de la misma manera.

-Bueno doctora creo que mi siguiente entrevista es con usted - Alexandre tenía las manos dentro e los bolsillos y miraba de reojo a Agatha esperando su reacción

-La dejaremos para mañana a primera hora en mi oficina, por ahora quédese tranquilo y evite hablar con cualquier persona sobre su proceso  - Agatha busco las llaves de su auto. Estaban en el estacionamiento privado de la fiscalía y los Morozova se preparaban para irse

-Esto malditos no accedieron liberarnos en un comienzo el estacionamiento privado solo para que el noticiero tuviera las fotos que querían - dijo Nicolai gruñendo e irritado. Luego que ellos estaban en la fiscalía, los policías les avisaron que fueron liberados para estacionar las camionetas en el estacionamiento que estaba dentro de la fiscalía y podían salir sin ser visto.

-Puedes mandarle la direccion a mi asistente - la hablo Alexandre, no podia parar de mirar a esa mujer - Nicolai hoy me quedaré en mi casa

-No - Nicolai se detuvo a un lado de Alexandre y lo miró pero su hermano no le prestaba atención su vista estaba fija en la abogada que caminaba buscando su auto - Alexandre, te quedaras esta semana en mi casa

-Tu y Camila están recién casados, necesitas de su espacio, yo solo estoy sobrando - Alexandre miró a su hermano, Jackson estaciono en frente de ellos para que pudieran subir en la camioneta 

-Camila está igual de preocupada que yo - Nicolai admitió con rabia que sentía celos de la preocupación que su esposa tenía por Alexandre 

-Lo pensaré, iré para mi casa, te aviso si vuelvo en la tarde

-Si no vuelves en la tarde, mandaré a Jackson a vigilarte - dijo Nicolai montándose en la camioneta y esperando a Alexandre, solo había traído ese auto y el de los guardaespaldas

-Necesito de un tiempo para pensar Nikia - Alexandre no se movió ni un centímetro, realmente quería estar solo, Nicolai lo miro preocupado y dispuesto a comenzar a pelear para que entrara en la camioneta - puedes quedarte sin saliva Nicolai de tanto pelear, pero no me montare en la camioneta. Llamaré un taxi.

-Alex … - Nicolai suspiro, tendría que darle su tiempo, el rostro de Alexandre le decía eso, realmente casi lo gritaba, eso era lo que él sentía - haz lo que te la gana, te espero para cenar

Nicolai cerró de un portazo y dejó a Alexandre solo, el solo vio la camioneta saliendo del estacionamiento que estaba en el subsuelo del edificio, aun  con las manos en los bolsillos comenzó a caminar con calma buscando la salida. 

El doctor Latzarote le había quitado lo antidepresivos, debía de luchar con algunos pensamientos, pero el sentimiento de soledad no se iba, no había día que no pensara en Celia, adoraba a su hermana, la extrañaba locamente, él tenía una relación más fuerte con ella, que Nicolai. Para él siempre había sido su compañera, para Nicolai era más una responsabilidad con la cual lidiar. Una cosa era saber que estaba viva y haciendo su vida, con la esperanza que en algún momento solo llegará a su apartamento para abrazarlo, pero esa versión de la vida, donde ella no estaba y no había ninguna esperanza. 

No tenía la compañía de nadie en este momento y la noche anterior se había hecho más evidente, su hermano tenía una compañera que se preocupaba por él, tenía alguien que lo abrazara al final de un mal día unos brazos que lo esperaban para sostenerlo es eso momentos difíciles. 

Años atrás no se había importado en ese tipo de cosas pero en ese momento, sentía que la soledad lo estaba consumiendo, dejándolo con un hueco dentro de su pecho que solo parecía oscurecerse con el pasar del tiempo. Realmente lo hacía dudar de su vida, no quería salir y buscar un prostíbulo, no quería ir a tomar, no tenía amigos a quien mandar un mensaje para pasar la tarde, tenía meros socios que solo lo veían como una oportunidad para entrar en el mundo empresarial y mucho menos podía pensar en una compañera, él era una amenaza para la mujer que estuviera a su lado.

-Nunca pensé ver a un multimillonario salir caminando de un estacionamiento - agatha le hablo desde la ventana del auto 

-Tengo que caminar unos diez mil pasos al dia, y ya perdí la mitad de mi dia aqui - Alexandre la miró con curiosidad

-Mis padre me educaron, qué sí o veía a un conocido caminando a algún lugar, yo debía de ayudarlo a llegar, en pocas palabras… - Agatha se mordió el labio, solo por un impulso se había detenido, realmente más que un impulso fue como si todos sus sentidos le dijeron que debía de detenerse y hablar con el.

-Normalmente negaría ese pequeño empuje, pero señorita Bustamante siento mucha curiosidad sobre usted - Alexandre dio la vuelta y se montó en el lado del copiloto le sonrió a Agatha aguardando que ella comenzará  a manejar 

-podrías decirme tu dirección o donde te puedo dejar? - Agatha se sorprendió ante la respuesta positiva de Alexandre, se sentía nerviosa al lado de ese hombre

-Claro - Alexandre le explico donde quedaba el edificio de los Morozova - pensé en ir a mi casa pero tengo algunos documentos que mandar a mi asistente

-¿Usted es casado señor Morozova? - Agatha solo intentaba tener una conversación aleatoria con él, en el tiempo que llegaban al edificio.

-No. y usted? Está casada o tiene alguna relación - Alexandre la miró de reojo. Cada vez que la miraba deparaba en algún detalle nuevo que lo deleitaba, tenía la piel ligeramente bronceada un poco canela parecía combinar con el dulce aroma de la mujer, su cabello marrón oscuro, quería verlo suelto y tocarlo.

-Tengo una pareja de años, pero no soy casada 

-Y que te impide de casarte ?- Alexandre sintió una puntada de furia

-Algunas cuestiones personales - respondió agatha intentado cerrar el asunto, pero realmente ni ella sabía porque nunca había intentado dar ese paso con Magnus, se sentía comoda de la forma en que estaba su relación.

-Entiendo, llegamos a un callejón sin salida señorita abogada - Alexandre le sonrió, para él se escuchó como si su relación no fuera tan estable como parecía.

-Creo que estoy detestando que me llame señorita abogada, siento que se está burlando de mí y espero que me respete -agatha lo miró rápidamente antes de dar un giro en una calle que los acercaba cada vez más al edificio de la inmobiliaria 

-Conmigo el respeto se gana con el tiempo, no por un título… pero si usted me llama Alexandre, la puedo llamar Agatha 

-Pensé que ustedes los millonario les gustaba que los llamaran señor, por respeto - se burló Agatha 

Alexandre se echó a reír.

-Quizás a mi hermano sí - respondió Alexandre con una sonrisa - prefiero solo Alexandre 

-Esta bien, por el bien de nuestro caso acepto que me llame agatha - Agatha se mordió el labio sintiendo que su corazón palpitaba más fuerte - más solo por eso, no quiero que se entienda otra cosa, mi trabajo es muy importante para mi y también las bases de este, el respeto mutuo es obligatorio, Alexandre 

-Tienes un acento diferente, pronuncias mi nombre de una forma única. - comentó Alexandre 

-Soy de ascendencia latina, mis padre son venezolanos, nací aquí en estados unidos pero mis padre llegaron al país cuando tenían más de veinte años… tú también tienes un acento diferente

-Ruso, soy ruso. Nací en Rusia y mi vida se divide en los dos países - Alexandre se colocó serio y miró por la ventana del auto - una mezcla diferente, estadounidense, ruso y venezolano.

-¿Lo dice por la mezcla de trabajo? - a Agatha le pareció extraño el comentario - no creo que eso impida que nuestro trabajo sea bueno, no afecta nada nuestras nacionalidades o si? ¿Acaso se siente mal al lado de una persona más morena que usted?

Agatha lo miró con los ojos encerrados quizás al ruso tuviera algún tipo de preconcepto, ya había tenido que lidiar con clientes que no aceptaron muy bien su descendencia, no era tan morena, pero ante la palidez de los estadounidenses su color caramelo destacaba más 

-Al contrario Agatha, su color de piel me fascina, tienes un aroma dulce y parece que tú piel contrasta perfecto, me haces recordar al caramelo cuando está derretido, y me hace sentir curioso, si tu sabor será igual.

El comentario la dejo sin defensa, no esperaba una respuesta tan dulce, la hacia sentir aun mas orgullosa de su piel bronceada y la voz gruesa de Alexandre pareció adentrarse lentamente en los pensamientos de Agatha, dejándola sin palabras, sabía que las palabras del hombre estaban sobrepasando los límites, pero no entendió si fue el tono de su voz ronco y aterciopelado o la oración que le pareció tan bonita, no podía decir que era sensual, pero la hacía sentir tan majestuosa.