La historia de una chica italiana en Inglaterra. Con amigos especiales y un gran secreto que no quiere revelarles. Su hermano que regresa por ella y un gran amor que vuelve a su vida después de años. Qué pasará? Cuál será ese secreto? Acompañenme a descubrirlo.
Aviso que la autoría de esta novela es totalmente de mi propiedad. No se aceptarán copias ni plagios del mismo.
NovelToon tiene autorización de Paoo para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
CAPÍTULO 6.
CAPÍTULO 6.
Había pasado un mes desde la tragedia. Lorenzo Costello aún seguía en coma. Cuando fue seguro viajar y luego de la graduación de Camila, Ariana decidió llevarlo de regreso a Italia. Mientras, Giovanni, Camila y Massimo se quedaron en Inglaterra para terminar unos asuntos.
Desde el beso de Camila y Massimo, ambos trataban de esquivarse. Camila, cada vez que lo recordaba, no podía evitar sonrojarse. Ella lo amaba, lo necesitaba y cada vez que lo veía vulnerable, quería darle la fortaleza que a él le hacía falta. Pero no era tan fácil.
Al concretar todos los pendientes que tenían en Londres y, una vez que Noah Dessault se acostumbró a la presidencia de Bonatello Tec, los chicos decidieron volver a Italia. Prometiendo venir cada tanto para estar al tanto de los negocios.
-Te extrañaré demasiado amiga. ¿No hay posibilidad alguna de que cambies de opinión?, pregunto Mía entre lágrimas.
Mía y Nicolás decidieron acompañar a su amiga al aeropuerto. Ya que Ariana y Lorenzo volvieron en el jet privado, los chicos debieron comprar sus boletos y regresar en un vuelo comercial.
-Lo siento. Sabes que extraño demasiado a mi país. A mi familia. Es mi lugar en el mundo. Sin embargo, espero que puedas ir a visitarme. Es más, hablaré con papá para que te envíe los pasajes de avión y así vas a visitarme. Tú y Nico. Esperen ver Sicilia.
-Lo haremos amiga. Te visitaremos, exclama Nico abrazándola.
“Pasajeros del vuelo con rumbo a Sicilia, por favor abordar por la puerta 7”. -Informo la voz en el aeropuerto.
-Si ya terminaron su despedida. Ese es nuestro vuelo. -Exclamó Massimo sin ninguna expresión en su rostro.
Giovanni lo observó con una ceja elevada.
Se despidieron de sus amigos entre lágrimas y abordaron el avión.
Luego de varias horas de viaje, aterrizaron en Italia.
Camila bajó del avión, emocionada por regresar a su hogar.
-Extrañaba volver a casa. -exclamo ella.
-Pues ahora no te volverás a ir hermanita. -dijo Giovanni dejando un beso en la coronilla de su cabeza.
Salieron del aeropuerto y los estaba esperando un chófer. Los muchachos saludaron amablemente, excepto Massimo quien saludó con indiferencia.
El chófer los llevó a la mansión Bonano y los tres bajaron allí.
-Hijos míos. -exclamo Fabricio, abrazando a los chicos.
-¡Papi! -exclamó Camila, lanzándose a los brazos de su querido padre. -Te he extrañado.
-Y yo a ti, bambina. -Dijo el hombre.
-¡Mamá! - exclamó lanzándose a brazos de ella.
-Cariño. ¡Mi niña! Me alegro tanto de verte.
Saludaron a Giovanni y a Massimo.
-Siento mucho lo de tu padre, hijo. -Hablo Fabrizio.
-Lo sé padrino. Lamento habértelo ocultado. Mamá no quería preocuparlos.
-Lo sé. Hable con tu madre. Todos los días vamos a ver su evolución. Aún sigue igual.
Massimo suspiro.
-¿Te quedarás con nosotros, amor? Es tarde para que vuelvas a tu casa. -Pregunto Isabella, consintiendo a su ahijado.
-Está bien madrina, me quedaré.- Massimo dirigió su mirada a Camila. -Además, me gustaría ver a papa luego y… no quiero regresar a mi apartamento.
Camila revoleó los ojos y esquivó su mirada. Después de todo, la mansión Costello quedaba a metros de la suya. Pero sabía demasiado bien que sus padres consentían demasiado a Massimo…
Mientras tanto, Giovanni observaba su reacción con una pequeña sonrisa. Por su mente pasaba la tensión que existía entre ellos dos. Lo que más quería el chico, era que su hermana y su mejor amigo sean felices y si lo son juntos, mucho mejor.
Luego de cenar, todos se dirigieron a descansar, pues el viaje había sido largo y estaban muy cansados. Al otro día Camila se despertó temprano, lavo sus dientes y se dirigió a la cocina por un vaso de agua y a preparar el desayuno. Busco un tazón de cereal y leche y se iba a sentar en la mesa cuando notó la presencia de Massimo apoyado en el marco de la puerta y dio un salto.
-¿Quieres matarme de un susto? -exclamó nerviosa.
-Lo siento. No todos los días se ve una chica sexy preparando el desayuno en ropa interior.
Camila se sonrojó, bajo la mirada, y se dio cuenta de que solo llevaba sus bragas y una remera grande encima. La cual, de hecho, le pertenecía a Massimo, aunque dudaba que él lo sepa. La habia tomado del cuarto que él solía usar cuando se quedaba en su casa a dormir. Fue lo último que habia empacado antes de irse a la Universidad.
-Lo… Lo siento. Iré a vestirme. -exclamo.
-Por mí ni te molestes. - Dijo Massimo desafiante.
Camila lo miró furiosa.
-Eres un estúpido. -Dijo, dirigiéndose a su habitación