¿Quién podría enamorarse de un misterioso hombre que solamente lo ve por las noches?
Rocío Martínez, una joven que se sacrifica día a día por su humilde familia. Con un primer amor que solamente le dejó inseguridades.
Sam Warren, un hombre que creció con todo el dinero del mundo, mujeriego y solitario. Que jamás a recibido afecto y amor de su familia.
Cómo estas dos personas tan diferentes pueden llegar a amarse incondicionalmente y enfrentarse a todos con tal de proteger su amor y a su familia.
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Qué sucedió el día de ayer??
Desperté en una habitación muy bonita de un hospital, donde no sabía cómo había llegado ni qué hacía allí, puesto que lo último que recordaba era estar corriendo por el estacionamiento mientras huía del abusivo señor Augusto. Cuando el médico que me atendió me explicó que me había fracturado la pierna derecha y que me habían realizado una pequeña cirugía, recordé que un carro me había golpeado con fuerza. Pero lo único en lo que pensé y me preocupé fue en mi trabajo, ya que un mes de reposo era mucho tiempo y debía trabajar para ayudar a mi madre con los gastos de la casa.
Mientras pensaba sola en mi cuarto en qué haría sin poder trabajar por tanto tiempo, entró a mi habitación el señor Sam Warren, mi jefe, quien me dijo que había sido él quien me había llevado al hospital después de encontrarme tirada en el piso del estacionamiento.
Además, muy amablemente, mi jefe había ido por mi madre y mis hermanitas para que vinieran al hospital a estar junto a mí, ya que yo no tenía otra forma de informarles lo sucedido. No pude evitar pensar que era muy extraño para mí que un hombre tan importante se preocupara así por una simple empleada del aseo de su empresa.
Al otro día, al despertar, me encontraba sola en mi habitación. Mi madre, quien me había acompañado toda la noche junto a mis hermanitas, no estaba allí.
Tocan la puerta y entra a mi habitación el señor Warren, quien me saluda muy amablemente y me pregunta cómo me encuentro. Sorprendida al verlo allí, le respondo que bien, gracias.
_Rocío, quiero que hablemos sobre lo que sucedió ayer, ya que al revisar las cámaras de la empresa, vimos que ibas corriendo y llorando por el estacionamiento hasta que te cruzaste ante ese carro que te golpeó y luego te desmayaste_ me dice mi jefe. Mientras tanto, yo voy recordando lo que me sucedió en esa bodega con ese viejo cochino que quiso propasarse conmigo.
_Señor... ¿Si yo le dijera algo malo sobre un empleado de su empresa, usted me creería?_ le pregunto, con miedo a contarle la verdad y que pensara que miento de alguna forma.
_No tendría por qué no creerte, Rocío_ me responde tomando asiento en una silla que se encuentra al costado de mi cama.
_El día de ayer, después de almorzar, el señor Augusto me ordenó ir a limpiar la bodega que se encuentra al costado del estacionamiento, a donde fui de inmediato_ le estoy diciendo eso mientras que el señor Warren me interrumpe.
_¿Por qué te enviaron a limpiar la bodega? Si yo dejé dicho que tú solo debías limpiar mi piso_ me pregunta sin entender a qué se refería.
_Señor Warren, yo claramente limpio su piso, pero al terminar, el señor Augusto me envía a limpiar casi todos los sanitarios de la empresa hasta la hora de mi salida_ le respondo sin aún entender muy bien su pregunta.
_Entiendo, Rocío. Ese tema lo arreglaré apenas vuelva a la empresa. Ahora dime, ¿Por qué corrías por el estacionamiento?
_Porque cuando me encontraba sola limpiando esa bodega, el señor Augusto entró para querer abusar de mí ahí_ le respondo sintiendo mucha vergüenza.
_¿Te llegó a tocar? ¿Te hizo algo?_ me pregunta, mientras veo que empuña sus manos y sus mejillas se iban colocando rojas.
_No, realmente no se lo permití, ya que reaccioné muy rápido en donde le di un gran golpe en su entrepierna dejándolo tirado en el piso por el dolor... Ahí fue cuando salí corriendo por el estacionamiento y lo demás usted ya lo sabe mejor que yo.
_Ahora comprendo todo, y te pido disculpas... Puesto que jamás pensé tener en mi empresa a una persona tan infeliz trabajando para mí_ me dice mientras toma mi mano.
_No se preocupe, no es su culpa_ le respondo mientras siento esa suave mano sobre la mía, donde de inmediato recuerdo las suaves y cálidas manos de Net...
Colocándome muy nerviosa, retiré mi mano, puesto que no es correcto tener un contacto físico con mi jefe, ya que con mi muy mala experiencia anterior yo jamás podría involucrarme con mi jefe nuevamente.
Vi que el señor Warren se puso muy nervioso ante mi reacción, pero tampoco dijo algo al respecto, puesto que solo se levantó y se despidió prometiendo que corregiría lo sucedido con el señor Augusto.
Antes de que saliera de la habitación, venía entrando mi madre, quien ya por la hora debía regresar a casa con mis hermanitas, puesto que ya no podían pasar otra noche más en el hospital. Donde, al escuchar el señor Warren, muy amablemente le ofreció a mi madre llevarlas a casa.
Y donde yo me quedé dormida pensando en las suaves manos de Net, a quien me gustaría ver, pero que no debe saber que yo me encuentro internada en este hospital.
((Casi media noche)) Mientras dormía, sentí un aroma familiar que me hizo despertar. Al abrir los ojos, veo a mi hermoso vagabundo sentado en una silla al lado de mi cama.
_Hola hermosa_ me dice Net mientras yo iba abriendo los ojos, creyendo que solo era un hermoso sueño.
_¿Eres real?_ le pregunto queriendo escuchar que no es solo mi imaginación.
_Tan real como lo que siento por ti, mi amor_ me dice Net mientras coloca su mano en mi rostro y me acaricia mis labios con su dedo pulgar.
Yo cerré mis ojos al sentir su suave piel acariciando mis labios, donde al abrirlos veo que Net me cubre mis ojos con su pañuelo.
En donde inmediatamente Net me besa, y donde yo le entrego mis labios por completo al hombre del que me estoy enamorando locamente.