Sinopsis
En México, en vísperas del fin de la intervención francesa, hubo una época de cambios pero también de inestabilidad económica. Sobre todo para los grandes aristócratas del país, esta es la historia de Valeria Cortina González de Noriega, una joven soñadora y de alma libre que idealizaba el amor, pero a su vez tenía miedo de un matrimonio arreglado.
Su padre Don Francisco, estaba lleno de deudas, además de que estaba al borde de la quiebra, lo único de valor que conservaba era su apellido honorable. Su única salvación era pagar su deuda a Luis Pimentel para poder conservar su hacienda, Luis era el terrateniente más poderoso de esa época y etiquetado como un verdadero tirano, Don Francisco estaba dispuesto a todo, incluso entregar a su amada hija a cambio de salvarse de la ruina. Será que el pago de una deuda, se pueda volver en un amor duradero y sincero.
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Visitante
Capítulo 7
Luis regresaba a casa después de un largo día en los cañaverales, la zafra de ese año sin duda sería la más abundante. Cabalgaba de vuelta a su hogar para tomar un baño y relajarse. Además esperaba la llegada de su tío Gilberto, el único hermano de su padre. A Luis le interesaba saber cuál era el propósito de su visita, al llegar a su casa en los pasillos se encontró con Susana, él pudo notar que se veía distinta y particularmente hermosa. Ella aprovechó para sonreírle, por primera vez Luis le correspondió.
Susana se estaba enamorando de Luis, ella estaba consciente de sus encantos y sabía que no podía aspirar a nada más que ser su querida, ya que un aristócrata jamás formalizaría con alguien que no fuera de su mismo círculo social. Estaba dispuesta a todo para poder seguir en la hacienda, si lograba su cometido, tal vez Luis le daría un trato distinto. Su primer movimiento era hacerle saber que no era una mujer ignorante, que podía ser una grata compañía.
—Evelia el patrón ya llegó.—
—Lo más seguro es que va a bañarse, así que sube jabón perfumado y toallas limpias. Yo te subiré el agua caliente para que le prepares la bañera. Anda muchacha no te duermas en tus laureles.—
Susana subió a la habitación de Luis, llamó a la puerta para pasar a dejarle las cosas que le había entregado Evelia.
—Pase.—respondió Luis
—Disculpe patrón, me pidió Evelia que le preparara el baño.—
—Si, adelante.—respondió Luis mientras elegía la ropa que iba a usar.
—Con su permiso.—Susana comenzó a limpiar la bañera, Luis no pudo evitar observarla.
—A propósito, ¿Cómo te llamas?—
—Susana señor.—
—No eres de la capital y tampoco de aquí cerca, ¿verdad? Lo digo por tu acento.—
—No señor, vengo del norte.—
—Estás lejos de tu hogar, ¿tienes familia?—
—No señor, cuando fuimos obligados a dejar nuestra finca. Mi padre decidió que migráramos para Cuautla, pero en el camino unos delincuentes asesinaron a mis padres, logré escapar, como quedé huérfana el padre Marcelino me ayudo, fue él quien me trajo a esta hacienda.—
—Es bueno que te hayas encontrado con el padre Marcelino, ¿qué iban hacer en Cuautla?—
—No lo sé, allá en nuestro hogar mi padre era administrador por cierto me enseñó a hacer cuentas y a llevar los libros. Pienso que venía a buscar empleo en la hacienda La concepción.—
—Esa hacienda también es mía, así que tienes educación, podrías ayudar a mi madre con el manejo de la casa. Hablaré con ella para que dejes las actividades de limpieza y le ayudes con las compras, además de tener todo en orden, manejar a la servidumbre, etc.—
—En serio, le agradezco patrón. Bien terminaré de preparar la bañera para usted.—
Susana había dado un gran paso con Luis, vio su oportunidad y simplemente la aprovechó. Aunque si le parecía extraño el cambio tan evidente en él, pero le alegraba que así fuera. Ahora tendría más acercamiento con él, sabía que en poco tiempo lograría llegar a algo más. Más tarde Gertrudis y Luis le daban la bienvenida a Gilberto, tenían años sin verse, por eso a Luis le era extraña su repentina visita.
—Hijo, Gertrudis qué gusto verlos a ambos.—
—Es un gusto verte tío, Lázaro ordénales que suban el equipaje a la habitación que ocupará mi tío.—
—Si patrón.—respondió Lázaro.
—Vengo molido, los caminos siguen siendo todo un reto. Además de estar adornados con los cadáveres de soldados franceses.—
—Lo suponemos, pero adelante tío estás en tu casa.—
—Gracias.—
Pasaron directamente al comedor, Gilberto había viajado inesperadamente. Pero su visita tenía un doble propósito, pero solo reveló uno de ellos.
—Se habla de ti hijo como uno de los hacendados más importantes, no solo de la región también del país. Me alegra saber que supiste hacer crecer la fortuna de tu padre. Al parecer todos han olvidado que tu hermano fue un traidor.—
—Genaro murió por defender sus ideales, eso no tiene ninguna vergüenza. Al contrario es de valientes hacerlo.—
—En eso tienes razón hijo no quería incomodar, pero supuse que la mancha no sería borrada de nuestro apellido, pero mejor hablemos de cosas más amables. El propósito de mi visita es porque he decidido pedir la mano en matrimonio de Loreto Cortina viuda de Márquez.—les dijo Gilberto dejando a ambos perplejos.
—¿por qué con ella? Están en la ruina.—preguntaba extrañado Luis.
—Además no eres santo de la devoción de Francisco.—agregó Gertrudis
—Esos fueron problemas del pasado, y eso ya quedó atrás.—respondió Gilberto
—Dudo que así sea cuñado, por si ya lo olvidaste intentaste robarte a María Luisa. Esa fue una ofensa muy grande para don Francisco que era su prometido.—
—No lo olvide, incluso Jerónimo se puso de su lado evitando que la llevara conmigo. Y eso que Jerónimo era mi hermano, aún así prefirió ayudar a Francisco con el que no tenía ningún lazo familiar. En fin, reitero que eso quedó en el pasado.—
—Si es tu deseo casarte con la señora Loreto tienes todo mi apoyo tío. Así que ofreceré una comida para que venga Don Francisco y su familia, así podremos pactar su matrimonio.—
—Gracias hijo, sabía que podía contar con todo tu apoyo.—
Gertrudis no se convencía de ese supuesto matrimonio entre ellos, también dudaba de que Francisco aceptara el matrimonio entre su hermana y su rival de antaño. Después de cenar, Luis y Gilberto compartieron unas copas con vino en el despacho para seguir conversando.
—Así que prácticamente Francisco a sobrevivido gracias a tu caridad.—
—No es caridad, solo es un buen negocio. Cuando no pague, me quedaré con las ánimas y la famosa casa de los azulejos en la capital.—
—Me alegra que no seas como tu padre, ¿por cierto hijo no has encontrado a quien delató a tu hermano?—
—No, no hay una sola pista. Pero nadie sabía que se reunirían en la casa de los Cortina.—
—Tampoco dudo que él haya sido el delator de mi querido sobrino Genaro. No he dejado de buscar las pruebas.—
—Ya lo dije antes, si compruebo que él fue el que lo traicionó. Acabaré con todos ellos, por eso me sorprende que hayas decidido casarte con Loreto.—
—Si él es el responsable, te ayudaré a vengar la muerte de mi sobrino, no perdonaremos tal ofensa a nuestra familia.—
Ambos brindaron con sus copas, Luis confiaba plenamente en su tío. Después de todo era su única familia además de su madre, y sabía que Gilberto le era leal al recuerdo de su hermano y su sobrino.