Como toda historia comienza con un “yo era tal persona bla bla bla bla, mori y reencarne en tal villana, protagonista, o extra” bueno pues mi historia comienza así...
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CAPÍTULO 6
CAPÍTULO 6: SOMBRAS EN EL IMPERIO
Al llegar a casa, Kristen encontró a Nana esperándola en la entrada. La anciana, con su habitual expresión de preocupación, le preguntó a su padre.
—Nana: ¿Dónde está el Duque?
—Kristen: En su despacho. ¿Podrías decirle a mis hermanos que vengan?
—Nana: Claro, enseguida.
Kristen se dirigió al despacho de su padre, sintiendo una mezcla de ansiedad y determinación. Al llegar, tocó la puerta un par de veces hasta que escuchó la voz de su padre.
—Duque Alejandro: Adelante.
—Kristen: Padre, tengo algo importante que decirte.
—Duque Alejandro: Sí, hija dime qué es.
—Kristen: Hoy fui a hablar con Adara, y me enteré de que ella me envió unas cartas que nunca me llegaron. Además, tampoco le llegaron mis cartas. Y hay algo más… creo que alguien me está siguiendo.
El rostro del Duque se tornó serio al escuchar las palabras de su hija.
—Duque Alejandro: ¿Cómo es eso posible? Ah, creo que descuidé mucho esta mansión y dejé entrar a muchos espías.
—Kristen: Padre, no creo que esto sea lo único.
—Duque Alejandro: ¿Por qué lo dices?
—Kristen: Es raro que me hayan llegado cartas de Luz y Liz, pero ya no estoy segura de que sean de ellas. Tal vez nos estén vigilando a todos. Además, lo que encontraron en mi habitación… Obviamente querían que pareciera un suicidio para que no investigaras. Creo que deberíamos hacer algo para despistar a quienes nos observan.
En ese momento, los hermanos de Kristen entraron en la habitación.
—Kyan: Hermana, ¿nos mandaste a llamar?
—Kristen: Sí, pasen. Tengo algo que contarles.
La conversación fluyó entre los cuatro miembros de la familia Williams, mientras planeaban su visita a la mansión de los Vega y la de los Henderson al día siguiente. Sabían que debían actuar con cautela, ya que la situación se volvía cada vez más peligrosa.
Pasaron algunas semanas, y la investigación sobre los espías avanzaba lentamente. Aunque habían confirmado la presencia de espías en los tres Ducados y en el palacio, la información seguía siendo escasa. Kristen sintió que el tiempo se le escapaba, y la sensación de ser vigilada la atormentaba.
En su habitación, Kristen se sentó en su cama, frustrada.
—Kristen: Estoy harta. Esto es más difícil de lo que imaginaba. Todas las investigaciones no concuerdan, y tengo este presentimiento de que olvidé algo, pero… ¿qué? ¡Ah! No sé, Adara, ¿crees que me estoy volviendo loca?
—Adara: No es eso, solo que estás muy estresada últimamente. Tal vez deberíamos irnos a alguna cabaña por un tiempo, solo nosotras, mientras nuestros padres investigan.
—Kristen: Buena idea, Adara. De hecho, quiero ir a la cabaña que se encuentra por las montañas del norte. Además, está cerca del Ducado, y podremos teletransportarnos si hay alguna emergencia.
—Adara: No, Kristen, sabes que no me gusta el frío. No entiendo cómo a ti sí.
—Kristen: No lo sé, tal vez sea por nuestra llama interna. Ya sabes, es lo que representa a los Williams.
—Adara: Sí, tal vez eso sea. Pero está bien, y me tendrás que dar de esas piedras calentadoras.
—Kristen: Sí, lo sé.
—Adara: Por cierto, Kristen, ¿cómo vas con tus diseños? ¿Ya encontraste alguna costurera?
—Kristen: No, todavía no. Es frustrante, pero tengo muchos diseños. No le puedo decir que hasta ya los tengo listos, porque no sé coser. Aunque ya tengo dos, pero aún no les he hecho entrevistas. ¿Y tú, cómo vas con lo de los postres?
—Adara: Muy bien, ya casi lo tengo todo listo. 😅
Así continuaron hablando a través de las piedras de comunicación que Kristen había creado. La conexión entre ellas se había fortalecido, y ambas se comprometieron a no dejar de hablarse.
Mientras tanto, en el oeste, cerca de las montañas del norte, un hombre cubierto de sangre se encontraba en la penumbra. Su apariencia era aterradora, y la forma en que disfrutaba verso manchado de rojo era inquietante. Sus ojos, de un rojo intenso, brillaban con una locura que helaba la sangre.
—Hombre: Estoy limpiando nuestro camino. Esta vez seremos felices, mi hermosa hada. Muy pronto nos veremos, "moya lyubov'". Sonríe de manera escalofriante.
La escena se tornó oscura, y el hombre desapareció en las sombras, dejando tras de sí un rastro de terror.
En la mansión de los Henderson, la familia se preparaba para la llegada de los Williams. El Duque Leandro, de 34 años, con habilidades en magia de tierra y agua, revisaba los documentos que había recopilado sobre los acontecimientos recientes en el imperio. Su esposa, la Duquesa Alicia, de 28 años, con habilidades en viento y agua, se encontraba en la cocina, preparando un banquete para sus invitados.
—Leandro: Alicia, ¿has oído sobre los rumores de espías en el imperio?
—Alicia: Sí, está escuchando. Es preocupante. Debemos estar atentos, especialmente con nuestros hijos.
—Leandro: Exacto. Lian y Liz son jóvenes, pero tienen habilidades que podrían ser útiles. No podemos permitir que se conviertan en blanco de estos espías.
Lian, de 18 años, con magia de tierra y viento, entró en la habitación.
—Lian: ¿Qué sucede, padre?
—Leandro: Estamos hablando sobre los rumores de espías. Debemos estar preparados.
—Lian: Entiendo. Haré lo que sea necesario para proteger a la familia.
Liz, de 13 años, entró justo después.
—Liz: ¿Puedo ayudar en algo?
—Alicia: Sí, Liz. Mantente alerta y cuida de tu hermana Luz. Ella es aún más vulnerable.
Luz, de 10 años, con magia de tierra y viento, se unió a la conversación.
—Luz: ¿Por qué hay espías? ¿Qué quieres?
—Leandro: No lo sabemos, pero debemos estar listos para cualquier eventualidad.
La familia Henderson se unió en un momento de determinación, sabiendo que la seguridad de su hogar y de su imperio dependía de su unidad y fortaleza.
Mientras tanto, Kristen y Adara continuaban su conversación, sin saber que el peligro se acercaba cada vez más. La tensión en el aire era palpable, y el destino de los Ducados pendía de un hilo.
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Mientras, por otro lado, del imperio, para ser un poco específicos en el oeste cercá de las montañas del norte se encontraba un hombre cubierto de sangre no se distinguía, y su apariencia era tan terrorífica por como el disfrutaba verse cubierto de sangre, juntos a ésos hermosos pero a la vez tan letales ojos rojos.
-Estoy limpiando nuestro camino, esta vez seremos felices mi hermosa hada, muy pronto nos veremos "moya lyubov' " con una sonrisa escalofriantemente retorcida
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Duque Leandro Henderson
Edad: 34 años
Magia: Tierra y Agua
Habilidad: Puntería
Duquesa Alicia Henderson
Edad: 28 años
Magia: Viento y agua
Habilidad: Necromancia
Lian Henderson
Edad: 18 años
Magia: Tierra y Viento
Habilidad: Reflejos
Liz Henderson
Edad: 13 años
Magia: Tierra y Hielo
Habilidad: Agilidad
Luz Henderson
Edad: 10 años
Magia: Tierra y Viento
Habilidad: Resistencia