Tu hermano iba a heredar el imperio de tu padre, pero por cosas de la vida te toca a ti. Será que podrás con todo.
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Corazón roto
Ya han pasado dos semanas desde mi grado, no me e visto con Víctor desde ese día, ahora parece que no tiene tiempo para mí y eso me preocupa mucho, así que decidí darle una sorpresa en su apartamento, como tengo una copia de la llave voy a prepararle una cena.
Decido colocarme un vestido, rojo ajustado con la espalda descubierta poco maquillaje, mi ropa interior es de encaje negro y rojo. Espero que le guste ya que lo compre especialmente para él, para entregarme completamente a él.
- Ezequiel voy a ir a dónde Victor, para qué alistes el carro.
- Como órdene señorita.
- Cuánto tengo que decírtelo, que me llames por mi nombre.
- Bueno Samantha ya lo alistó. Quiere que nos acompañe Noa.
- Si está bien, podemos ir los tres aunque por lo que me dijo mi padre los Moretti no sospechan nada así que podemos estar tranquilos. Nadie debe saber de mi existencia.
- Pero como dicen por hay es mejor prevenir que lamentar.
- Lo se. - Me terminó de organizar antes de que Ezequiel llegué a la habitación y me avise que ya está listo el auto. Antes de llegar al apartamento de Victor, paso por un supermercado necesitaba comprar los ingredientes para el plato que le iba a preparar ojalá que le guste. Le iba a preparar un pato al horno con berenjena asada y un pure de patata. No nos demoramos mucho Noa me ayudó con las bolsas.
-Gracias Noa.
- Siempre es un placer Samantha.
Terminando con las compras nos dirigimos a dónde Victor, el me había dicho que trabajaba hoy hasta tarde, pero cuando llegamos se me hizo raro ver el deportivo de él en el estacionamiento, los chicos me ayudaron con las compras hasta la entrada del apartamento.
Entre en silencio, y si estaba ahí quería sorprenderlo, cuando llegue a la cocina escuché unos ruidos que provenían de la habitación de él, me quite los zapatos para no hacer mucho ruido y escuché la voz de Victor, cuando iba a abrir la puerta para saludarlo otra voz hablo.
- Amor hasta cuándo vamos a escondernos llevamos casi 3 años en las mismas - Mi mundo se cayó en ese momento no podía respirar, apreté duro los zapatos. - Y cuando vas a dejar a esa perra de la Samantha.
- Mi vida tienes que esperar, me toca casarme con ella para mis planes. - ¿Para sus planes?.
- Y porque con ella y no conmigo.
- Eso te lo diré a su debido tiempo, por el momento disfrutemos, de estos momentos en los que me puedo escapar de ella.
Abrí la puerta, y mis ojos vieron lo que estaban haciendo, estaban desnudos, la ropa por todas partes, me aclare la garganta y Victor alzó la cabeza para mirar quien era, se puso pálido como si acabara de ver a un fantasma.
- Amor esto no es lo que parece. - Se levantó y corrió hacia donde estaba, trate de mantener la calma no le iba a montar un espectáculo.
- Realmente si es lo que parece, y no me llames amor. - Saque el anillo de mi dedo y se lo bote a la cara de su amante o yo era la amante la verdad ya no sabía. - Esto termina hoy y disfruta de tu vida. - Di media vuelta para salir, pero el me cogió de la muñeca y me la apreto muy duro.
- Suéltame si no quieres problemas.
- Amor perdón solo fue un desliz.
- Un desliz de tres años no lo creo, que idiota fui. - Jale duro mi brazo para soltarme de él, y corri hacia la entrada. El me seguía llamando, cuando salí del edificio Noa se apresuró hacia donde estaba, pues me derrumbe y las lágrimas cayeron. No me alcanzó a coger, mis rodillas golpearon duro el asfalto.
- Samanta que pasa, porque estás así. - Ezequiel se acercó para preguntarme, y entre los dos me ayudaron a levantar.
- Saquenmen de aquí por favor. - cada uno tomo un brazo y me llevaron al auto, por las ventanas del apartamento escuché a Víctor gritar.
- Amor tengo que hablar contigo, pero va a ser cuando te calmes no olvides que te amo. - Esas últimas palabras me rompieron más el corazón, no sabía si el en realidad me había amado. En todo el camino a mi hogar no pare de llorar, Noa me abrazaba con fuerza, en ese momento desearía que fuera mi mamá la que me estaba consolando.
- Señorita quiere hablar de lo que pasó. - Mire a Ezequiel estaba bastante preocupado.
- Entramos por favor, y será que me puedes preparar un té. - El asintió y me llevo adentro de mi apartamento, me dejó en el sofá con Noa y con Duncan a los cinco minutos llegó con el té, me lo comencé a tomar y me relaje un poco.
- Cuéntanos que pasó. - Respire profundamente y comencé a hablar.
- Victor estaba con otra mujer en la cama, al parecer me necesitaba a mi y no se para que.
- No te entiendo. - Me dice Duncan.
- La mujer con la que estaba es su novia de hace tres años, según él me necesitaba para sus planes. El porque no lo sé no sé lo dijo.
- Toca investigar que es lo que sabe él, esto está muy sospechoso. - Duncan lo dice dirigiéndose a Ezequiel y a Noa.
- Empezamos ahora mismo - Responde Noa.
Esa noche no puede dormir, ni la siguien ni la siguiente, bueno paso más de un mes en el cual no dejaba de llorar, de sentirme utilizada desgraciada. Victor trato de contactarme pero los muchachos me hicieron cambiar mi número de celular, habían encontrado que Victor pertenecía a una familia de mafiosos no muy populares pero mafiosos al fin y al cabo, ellos pensaban que sabía de mi identidad y que solo quería casarse conmigo para formar alianzas. Mi apartamento estaba más que vigilado y con un nuevo sistema de seguridad.
Estoy en mi habitación cuando alguien llama a la puerta.
- Adelante. - Era Ezequiel.
- Samantha te llegó está carta. - La cogí y me di cuenta que era de la universidad.