Alexis Mefhisto, nombrado como el mayor criminal del planeta se encuentra en los últimos instantes de su existencia. Rodeado de la fuerza del país y parado en la alcoba de un gran edificio, su final está más que claro. Sin algún lugar a donde escapar, decide acabar su historia de la mejor manera y, a la vista de todo mundo, salta del gran edificio abrazando el vacío. Pero, para su suerte, algo raro pasa: ¡No muere, sino que es transportado a otro mundo!
En un lugar dónde él nunca existió ¿Qué podría hacer el que alguna vez fue el maestro del crimen?
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Prólogo, capítulo 6 - Encuentro inesperado.
Al salir de la agencia, Alex se va a descansar al parque de ayer. Estando allí, revisa los resultados de los exámenes: las tarjetas están repletas de recomendaciones, desde trabajos de oficina, hasta de combate directo. Además de las tarjetas, también le entregaron unos libros que contienen más fábulas o historias, pero no se toma la libertad de hojearlos y los tira sin más a la basura.
—Demonios, sí que soy impresionante, salí casi perfecto en los tres exámenes, podría trabajar de cualquier cosa, pero simplemente no me apetece ning... —Antes de poder seguir hablando, un chico sale de los arbustos que estaban al lado de él. El joven lleva una bolsa negra en las manos, pero cuando el hombre estaba por examinar por encima la bolsa, el sospechoso desaparece entre la multitud.
—Maldito mocoso, salió de la nada. Aunque me alegra que no fuese uno de los típicos idiotas, claramente no era una buena persona. Seguramente acaba de asaltar a alguien, pero... eso no es asunto mío.
Alex se levanta y se estira un poco para relajar su cuerpo.
—Me voy a comer, veamos que me puedo encontrar por aquí.
El hombre emprende caminata para echar un vistazo a los puestos del lugar. Al caminar un poco, ve un restaurante de su agrado, aunque le preocupa un poco el hecho de no saber leer, el menú viene con imágenes de las comidas y no tiene problemas en ordenar. Después de tomarse su tiempo para comer, sale del restaurante y empieza a caminar sin ningún destino con la esperanza de encontrar algo divertido que hacer. En su caminata, logra mirar a la mujer gato que conoció el día anterior, comprando cosas a lo lejos.
«No esperaba verla de nuevo tan pronto, por lo menos hoy no tiene cretinos a su alrededor»
El hombre la mira por unos segundos recordando un poco el día anterior, pero a la vez, reflexiona sobre la razón de sus actos en ese momento.
«Mi despedida tan simple dejó en claro que no habrá más interacción, al fin y al cabo, la salvé para obtener información, de no ser por eso, la habría dejado a su suerte... Será mejor que me vaya de aquí para evitar que me vea»
Cuando está por alejarse del lugar para caminar en otra parte, la mujer gato lo encuentra con la mirada, por lo que sin pensarlo mucho, se acerca casualmente a él.
«Demasiado tarde, ya me vió...»
—Buenas tardes Alex, me alegra volver a verte, veo que ya te encuentras mejor —dijo Karin dirigiéndole una sonrisa.
—S-sí, acabo de terminar ese dichoso curso, nada que no pueda manejar —. «Debo terminar está conversación rápido, no hay razón para que siga relacionándose conmigo»
—¿Enserio? Me alegra saberlo, ¿Qué tal te fue en los resultados?
—Por supuesto, me fue excelente.
Alex saca la tarjeta de resultados y se la muestra a la mujer, la cual queda asombrada al verlos.
—Dios, prácticamente puedes trabajar de cualquier cosa. Sabía que eras increíble, pero esto es mucho más de lo que esperaba —dijo Karin con tono y una expresión de asombro.
—Obviamente soy impresionante, aunque la realidad es que ni siquiera sé a qué dedicarme...
—Cierto, ahora deberás buscar trabajo...
—No me digas que es difícil tener uno en este mundo...
—Ah, no, nada de eso y con estas capacidades será mucho más fácil, aunque claro, tendrá que gustarte y que se acomode con tu estilo de vida. Yo trabajo en un restaurante, y mi horario se acomoda muy bien para tener tiempo para cuidar de Nana.
—Que buena suerte... Cierto, ¿Y la pequeña?
—Nana está en casa, dijo que quería limpiar así que no quiso venir.
«Aunque quisiera salir no puede, es probable que todavía haya más de ellos buscándola, por cuál sea la razón»
—Es más responsable de lo que pensé...
Mientras hablan, Alex mira a lo lejos al mismo chico de esa mañana. Está charlando con otros tres chicos. Uno de ellos parecía de su edad, Karin se percata de lo que el hombre mira.
—¿Conoces a esos chicos?
—No, solo ví a uno de ellos esta mañana. Estaba hablando con una anciana, ah de ser su abuela.
Alex presta atención a los otros chicos que están con él y se da cuenta que uno de ellos es el mismo que salió de los arbustos hace un rato.
«Será que esa bolsa...»
Cuando el hombre está por perderse en sus pensamientos, la mujer lo llama.
—Alex, si te quedas mirando se darán cuenta....
—Ah, mierda, me fuí por un momento... Será mejor que nos alejemos —. «Esto no es asunto mío, es mejor no saber de más »
Alex se lleva a Karin al otro lado del mercado para evitar estar a la vista de los chicos. Ya estando un poco más lejos, reanudan su conversación:
—Por cierto, Alex, había algo que quería preguntarte pero... siento que será un poco vergonzoso para tí
«¿Vergonzoso? Seguramente no será para tanto»
—Es imposible hacerme sentir avergonzado, pregunta sin reservas.
—No digas que te lo advertí, bueno, allá voy. Alex... ¿No sabes leer ni escribir el dialecto Serenio, verdad?
—...
—...
Hubo un silencio rotundo por unos momentos, aunque Alex dijo que no siente vergüenza, la pregunta le dio justo en su ego. Un hombre con un conocimiento absurdo en cada rama del aprendizaje no sabe ni cómo escribir su nombre en un papel, admitir eso avergonzaría a cualquier persona. Ante la humillante realidad, le toma unos segundos poder admitirlo.
—... S-sí, tienes razón. No sé escribir ni mi maldito nombre, aunque me duela admitirlo, tendré que ir por un libro para niños y aprender a leer y escribir por mi cuenta...
Ante su respuesta, por alguna razón Karin se pone ansiosa, se puede percibir claramente por el contoneo de su cola y sus orejas.
«¿Porqué está tan contenta? ¿Solo quería lastimar mi ego?»
—En ese caso... Este... y-yo podría ayudarte, para que te sea más sencillo.
Alex se queda en silencio, analizando la propuesta.
«... Si acepto esto, tendré que seguir viéndola. Debo rechazar la oferta»
—No será necesario, ya he aprendido otros idiomas antes.
—P-pero quizá te tome mucho tiempo. Con alguien nativo de aquí podrás, no, aprenderás más rápido, y también resolver tus dudas cuando surjan.
«Ciertamente, no hay mejor educador que alguien que sabe del tema... Si es solo para aprender el idioma, quizá sea necesario...»
—Hum... la verdad sería bueno tener a alguien que me ayude a saber si me equivoco o no... Está bien, hagámoslo así.
«Esto es solo para aprender a escribir, la usaré para avanzar más rápido».
Karin no puede ocultar su alegría, teniendo una sonrisa de mejilla a mejilla y el contoneo de su cola a máxima expresión.
—Está bien, ¿entonces qué te parece si empezamos mañana a las 9:00am en mi casa? solo te encargo que lleves tú el libro, ya que creo que Nana desechó el que tenía de pequeña.
—Está bien, intentaré estar allí lo antes posible.
Siguieron hablando por un rato, y después de una buena plática, Alex por fin se retira del lugar y Karin sigue con las compras. El hombre se va de nuevo al hotel para descansar, pero cuando llega ve en la entrada una patrulla de policía.
«La policía está aquí, ¿Será que...?»
Alex entra al hotel y pregunta casualmente a la recepcionista sobre el coche:
—¿Pasó algo en alguna habitación?
—No se preocupe señor, solo un pequeño percance en la quinta planta. No es muy grave, así que usted no corre peligro.
«Quinta planta, es dónde yo estoy...»
El hombre sube al ascensor y sube hasta el quinto piso. Estando allí, ve que hay unos oficiales en el apartamento de la anciana de esa mañana.
«Como me lo imaginaba»
Sin darle más vueltas al asunto, pasa por el pasillo y entra en su habitación. Ya dentro decide darse una ducha. Cuándo sale del baño, se lanza a la cama.
—Ese mocoso logró robarle a la vieja esa, nada mal para la edad que aparenta, pero aún le falta un gran camino por seguir si quiere que no lo atrapen. Como sea, supongo que mañana buscaré trabajo en algún lugar donde no tenga que moverme mucho y sea cómodo. Veré qué encuentro, pero por hoy dormiré.
El hombre se acomoda en la cama y cierra sus ojos para descansar.
Ya es mañana, y el reloj de la habitación marca las 7am. El sol brilla tan fuerte que incluso traspasa las oscuras cortinas que cubren la ventana. Alex no tiene la más mínima intención de levantarse de la cama hasta que llegara la hora de ir a estudiar con Karin.
—Maldita sea, mi cuerpo se despertó más temprano de lo que quería y todavía tengo sueño. Que se joda el tiempo, me quedaré acostado hasta que sea hora de irme, aunque no sé si es buena idea seguir con esta farsa de relación....
Para su suerte, alguien toca la puerta de su cuarto, intenta ignorarlo, pero entre más pasa el tiempo, la fuerza con la que tocan aumenta hasta el punto en que parecía que la fueran a tirar abajo.
—Aaaahh que dolor de huevos, ¡Ya voy, ya voy! ¡Dejen de tocar tan fuerte! Maldita sea, si es algún promotor lo voy a correr a patadas...
Sin mucha gana Alex se levanta y se dirige hacia la puerta para encontrarse con la sorpresa de tener a la policía al otro lado.
—¿Usted es Alexis Mefhisto?
—Depende.
—¿Depende?
—Si, depende en qué calidad de situación me encuentre.
—Solo queremos hacerle unas cuantas preguntas sobre lo ocurrido con la residente de este piso.
—¿La anciana de aquella habitación?
—Precisamente. Ayer desaparecieron muchas de las joyas que tenía en su apartamento, ¿Sabe algo al respecto?
—No tengo idea, acabo de llegar a este hotel hace dos días, ¿Cómo podría saber algo?
—Cambiemos la pregunta, ¿No ha visto a alguien sospechoso cerca del apartamento durante el tiempo que ha estado aquí?
—Nada más de lo que ya han de saber. Seguramente ya sabrán del mocoso que habla con la señora, ¿Que tal si me dejan en paz y van a preguntarle a él?
—Lo hemos intentado, pero ha desaparecido.
—Una lastima para ustedes, ¿Ya terminaron con sus preguntas?
—Si, lamentamos las molestias, Sr Mefhisto.
—Si, si, solo dense prisa y atrapenlos. La sociedad será mejor si no dejan sueltos a los cretinos —dijo el hombre entre bostezos.
Cuándo Alex está por cerrar la puerta, el oficial nota algo extraño en su comentario final.
—¿Atrapenlos? Nunca hemos mencionado a más de una persona involucrada en esto.
Alex deja de cerrar la puerta en seco al darse cuenta que cometió un error.
—... Mierda, hablar teniendo sueño es peligroso.
—Lo siento señor Mefhisto, pero tendrá que venir con nosotros para aclarar algunos detalles.
Alex y el oficial se miran fijamente por un momento pero al entender que no tiene otra alternativa sale de su habitación y cierra la puerta.
—Les voy diciendo que no tengo nada que ver, simple y lamentablemente soy bastante perspicaz en algunas situaciones.
—Eso ya lo sabremos cuando nos cuente todo, vámonos.
Una vez fuera, subieron al coche de policía y por tercera vez desde que llegó al nuevo mundo, se encuentra en la agencia, pero ahora en calidad de sospechoso.
