Poción Gitana

...🥳🥳🥳🥳 BELÉN GIMÉNEZ 🥳🥳🥳🥳...

Llegó el día del cumpleaños, mí hermano cumplía sus veintiséis mientras que Romeo los veintiocho. El festejo se haría en el salón que posee uno de los amigos de ellos así que debíamos ir todos allí.

Me permití ir con Camila y Antonella porque sino seguramente acabaría aburriendome viendo cómo ellos se lo pasaban bien con sus amigos y yo tratada como una pequeñita.

Me puse un vestido con un poco de escote apenas mostrando mis avances físicos de una sutil y femenina manera sin caer en lo vulgar y me fui junto a mis amigas a la fiesta donde llegamos juntas.

Camila usó un vestido negro que contrastaba con su blanca piel, mientras que Antonella usó uno de color rosa que destacaba su piel tostada. Yo me coloqué uno de color azul similar al de mis ojos que me quedaba precioso.

En el auto de los padres de Anto en el que iríamos a dicha fiesta ya estaba la caja que le pedí a las chicas para poder introducir mí regalo para Romeo.

Llegamos a la fiesta y abracé a mí hermano para felicitarlo por su gran día pero al otro cumpleañero solo le di un beso en la mejilla prácticamente a distancia.

Romeo quizás por aparentar quiso abrazarme pero mis brazos quedaron a los lados de mí cuerpo sin moverlos. Lo aparté enseguida y volví con mis amigas que lo vieron de manera despectiva y nos pusimos a bailar.

Había pasado más de una hora desde que habíamos llegado al festejo. Estábamos las tres bailando animadas y necesité ir al baño pero para no cortarles la diversión a ellas yo decidí ir sola. Golpeé la puerta pero con todo el ruido no se escuchaba si en realidad había alguien dentro o no así que utilicé mí lógica "Si no tiene seguro está vacío". Entré y me encontré a Romeo con otra chica diferente a la de los últimos meses en una situación comprometedora.

Ellos estaban besándose y la falda de la chica estaba a la altura de sus caderas mientras la mano de él entre las piernas de ella. La mano de la chica estaba dentro del pantalón de él y aunque yo no tenía experiencia sabía exactamente lo que estaba haciendo. Lo miré con todo el asco y el desprecio que sentí y él sonrió como si nada sucediera. Con su voz ronca y agitada me dijo.

-Sal de aquí niña, hay cosas que no tienes que ver, danos unos minutos- la mujer prestó se percató finalmente de mí y se acomodó algo su ropa sonriéndome.

-Vete niña, estamos ocupados por si no lo notaste. Él es mayor para ti- los miré a los dos y mantuve la compostura, no me iría llorando humillada bajo ningún punto de vista

-No sé preocupe señora, él no me interesa, es demasiado mayor para mí, además quien sabe que enfermedad pueda tener éste tipo que no sabe mantener los pantalones en su sitio- cerré la puerta con la mirada de odio de los dos sobre mí

No debí esperar demasiado para usar el baño ya que al cerrar la puerta ésta no demoró en abrirse de nuevo y ella salió muy enojada chocando conmigo a su paso. Me di la vuelta cuando vi que Romeo iba a la habitación y entré al baño con bastante asco. Incluso cubrí el sitio para sentarme de papel por si las dudas.

Al salir del baño Romeo se acercó a mí y me sujetó con algo de fuerza haciendo que lo empujara pero el me volvió a agarrar.

-Entiende que no me gustas y eres como mí pequeña hermana

-Ya lo entendí, ¿Qué más quieres?- respondí muy enojada

-No tenías derecho a decirle eso a Karen ni a mí, antes me respetabas y te quería como a mí hermana

-El respeto que sentía hacia ti se acabó junto con lo que creí sentir. Yo no te quiero ni cómo hermano ni como amigo ni cómo nada así que puedes quedarte con tu cariño y hacer con él lo que quieras- el se veía sorprendido por mí manera de decirle sus verdades en la cara cuando siempre me callé todo y sufrí en silencio

-Solo estás resentida y eres una niña despechada- quiso justificar mí accionar

-No estoy resentida ni despechada, ¿Por qué lo estaría? Para mí ya no existes, ahora eres el amigo de mis hermanos y como sabes tales personas no me interesan, después de todo soy solo una niña y ustedes demasiado mayores. Que disfrutes tu fiesta, será la última a la que asista en tu honor te lo aseguro- me di la vuelta y me alejé dejándolo sorprendido

Me dolió haberme enamorado e ilusionado con un patán que disfruta viendo mí incomodidad al presenciar sus escenas. Comprendí que para el no soy nadie y que no me quiere de ningún modo porque a una hermana pequeña no se le permite ver semejante cosa entre dos adultos.

Romeo rompió mí primer ilusión de amor, mandó a la basura mis sentimientos y me rompió el corazón en el proceso por diversión. Nada le costaba decirme que no sentía lo mismo y que jamás iba a gustarle ahorrando todo lo demás.

Volví con mis amigas haciendo de cuenta que nada pasó. Después los festejados abrieron sus obsequios. Romeo tomó la caja en sus manos que tenía una tarjeta con tres palabras "Que lo disfrutes". Dentro de aquella caja estaba el estuche tal y como me lo dió a mí hace tiempo.

Automáticamente él me miró y ante la insistencia abrió aquel estuche dónde una cadenita con un dije con forma de árbol aparecía.