MI HERMOSO INDOMABLE. (TEMPORADA 1)

Flashback de Egan

A la hora del descanso, Egan iba rumbo a la cafetería, pero fue interceptado por un alfa que había oído los rumores acerca de lo rebelde e indomable que era el lindo Omega.

No hay que negarlo, la razón por la que incontables alfas seguían intentando dominar al chico, era por su hermosa apariencia, es que no se podía negar que aunque él y su hermano eran totalmente diferentes, los dos eran tan hermosos cómo ángeles, aunque en su caso, perfectos y hermosos demonios, pues aunque Ulises, evitaba los problemas, no dudaba en mandarlos al hospital si así se requería.

El caso contrario de Egan quien disfrutaba con las palizas que les daba y no contento con eso, se encargaba de matar su autoestima.

—oye hermoso, vamos a dar una vuelta.

Egan: piérdete gusano!

El otro sujetó fuerte al omega por el brazo y empezó a liberar sus feromonas mostrando quien tenía el mando allí, el chico que quedó inmóvil y esto lo hizo pensar que había ganado, por lo que soltó una risa triunfal, pero se atragantó con su propia saliva cuando un rodillazo del omega lo mando al suelo.

Egan: ¿y se supone que ustedes nos dominarán a nosotros?, pero que estupidez!, si un ser tan inútil me controlara me lanzaría de puente!, es más ¿por qué no te lanzo yo mismo?

—maldito, eres un simple omega conoce tu lugar!

Egan: ¿quién no conoce su lugar de los dos?, ¿yo que te acabo de dejar en el suelo llorando como bebé con una simple patada?, ¿o tú qué no pudiste controlar a un "simple Omega"? —el alfa ardía en furia y vergüenza, pero Egan no había terminado.

Egan: no te cruces en mi camino de nuevo gusano, o te corto lo que debería hacerte hombre.

El alfa palideció ante la amenaza del chico, por los rumores que había oído, sabía que no mentía, se fue corriendo y se prometió jamás cruzarse en su camino.

Egan rio triunfante y se dirigió al restaurante para comer a sus anchas, pues tenía acceso libre en la cafetería, vio un grupo de personas que reconoció de inmediato y que por supuesto quería evitar.

Egan: (debería haber otra cafetería para los molestos profesores. Debo irme por otro lugar, mandé al diablo al profesor Luna).

—oye Manuel, ven a sentarte con nosotros! —Esa había sido precisamente la voz del profesor con el que Egan no se quería encontrar, estaba invitando a un tipo más joven, rubio de ojos miel y muy guapo. En cuanto el Omega lo vio se olvidó de respirar, pues, solo después de haber contenido el aire por quién sabe cuánto tiempo pudo soltarlo, aun así él y aquel hombre no se había dejado de mirar; lo supo en el preciso instante en que este lo miró, aquel guapo desconocido era su destinado, todo su cuerpo lo gritaba, pero cuando pensó que el mayor iba a ir hacia él y hablarle, este se dio la vuelta y se fue con el profesor Luna, ignorando por completo su existencia.

Estar furioso era poco, Egan estaba que incendiada la escuela y en su caso era una posibilidad real, así que se fue a casa y no había parado de comer desde entonces.

...Fin del flashback....

Egan: ¿puedes creerlo?, el maldito me ignoró!, estaba dispuesto a aceptar que se acercara a mí, pero ahora haré que se arrepienta hasta de haber nacido. —Recibió un golpe en la cabeza por parte de su hermano.

Egan: demonios Ulises ya detente!... ¿quieres dejarme tonto o qué?

Ulises: ¿más de lo que estás?, imposible!... Volviendo a lo otro ¿no has pensado que si estaba con los maestros es que tal vez es uno de ellos?

Egan: oh es cierto!, podría ser un nuevo profesor, oí que llegaron dos... pero aun así, ese maldito ¿como se atreve a ignorarme?, vamos, soy irresistiblemente hermoso, nadie puede ignorarme, definitivamente no lo perdonaré!

Ulises rascó su cabeza, su hermano tenía una obsesión total por su belleza, por lo que sabía que era imposible que razonara acerca de lo que pasaba, incluso empezaba a sentir pena por aquel alfa que tenía que soportarlo el resto de su vida.

Egan: ah, cierto, cuenta ¿quien es tu destinado?

Ulises: no importa, ni siquiera estoy seguro, así que olvídalo más importante Liam y ese...

Egan: eso no se vale, yo te conté de mí, así que cuéntame, ya resolveremos lo de Liam luego, ahora ¡HABLA!

Ulises: está bien, está bien, te lo diré.

...Flashback de Ulises...

Luego de que Liam afirmara por mensaje que "no habría más problemas" Ulises se preocupó, ya que, conocía a su hermano pequeño, por lo que sabía que la palabra pelea estaba escrita en su frente, y aunque sus amigos le prometieron cuidarlo, su manera de hacerlo era peleando en lugar de Liam o ayudándole a golpear a alguien, sin duda no eran tan confiables como quisiera, excepto por Sara (a veces).

Llamó a su hermano pequeño, pero había apagado el celular.

Ulises: este granuja! Ya verá cuando lo vea.

Aún estaba en clase y le quedaba hora y media por delante, así que pensó en algo.

Ulises: maestro, me duele la cabeza, ¿cree que pueda ir por una pastilla?

—claro Ulises ve, pero vete a casa luego de que descanses un poco, trabajas mucho.

Ulises: gracias maestro, entregaré mi trabajo a tiempo.

—lo sé, eres un gran ejemplo, ojalá tu hermano fuera la mitad de aplicado que tú.

No solo ese maestro deseaba eso, de hecho todos los que conocían a los dos gemelos pensaban igual.

Al oír las palabras del maestro Ulises se preocupó de que Egan se haya metido en problemas y lo hizo aún más al oír que un alfa había ido llorando a la enfermería.

Apresuró el paso y cuando nadie lo veía empezó a correr por los pasillos, en una curva unos metros antes de las escaleras no pudo frenar y chocó con alguien que pasaba distraído, el golpe de hecho no le dolió nada, dado que cayó encima de la víctima desconocida.

Ulises: lo siento yo... (¿que es este aroma?, es de él?)

El de ojos azules se incorporó quedando sentado sobre la persona que había tumbado y se sintió sin aliento en cuanto sus miradas se cruzaron, el otro sonrió y dejó sus manos en la cintura del omega.

—¿estás bien?, ¿no te hiciste daño?

El chico solo negó rápidamente, sus palabras se habían quedado atoradas en su garganta desde que miró al alfa y lo reconoció como su destinado.

El desconocido puso su otra mano en las mejillas del Omega, sin duda él lo había reconocido también, y parecía estar encantado con el menor, pues no había intentado apartarlo de encima de él.

—¿cómo te llamas?

Ulises: (¿que debería hacer?, esto es tan sorpresivo, yo no me preparé para esto).

En un instante Ulises se puso de pie dejando al otro con una expresión de confusión y se fue corriendo del lugar, estaba tan asustado y confundido que no supo qué hacer o decirle y solo se fue como si hubiera visto al mismo satán.

Fin del flashback