Josefina Valle, venía del mundo de copas y pooldance, bailaba en un antro de la ciudad. Fue testigo de un asesinato y debió esconderse en un convento.
Gustavo Singer, empresario, viudo, nunca pudo recomponerse del accidente que hizo perder a su mujer, y esto lo llevó a no hacerse cargo de su hija Emilia.
Por esas cosas de la vida, y a través de una mentira, Josefina será su niñera y nadie sabe que pasará cuando esa mentira salga a la luz. Pero será solo la mentira de Josefina?, o también la mentira de Gustavo que harán de Josefina ser una prisionera de ellas...
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capítulo 5
*Josefina:
Ayer, termino el día muy bien, con Emilia nos estamos conociendo y acercando, es una niña dulce, que se esconde bajo una coraza para no ser lastimada, pero ya que el destino me trajo a ella, trataré de romperla y que Emilia, sea una niña feliz.
No entiendo la actitud de su padre, comprendo que la pérdida de un ser amado sea muy doloroso, pero creo que ese amor que queda, bien puede ser dirigido a la persona que en parte es la continuación del que se va.
Todavía me queda sonando algunos comentarios de ayer.
*A la hora de la merienda...
- Emilia, ya es hora de tu merienda, querés que traiga tu bandeja y merendamos aquí con tus muñecas?
- no, Jose, mi papá no permite que coma en mi habitación.
- bueno, entonces bajemos y luego volvemos para jugar.
*Luego a la hora de ir a dormir...
- bueno mi dulce, que descanses y sueñes con angelitos.
- quizás pueda soñar con mi mamá.
- claro que si, seguramente.
- Jose, porque mi papá no me quiere?
- que es eso Emilia?, como no te va a querer?
- el no viene nunca y lo extraño, como a mi mamá.
- Emi, dulce, tu papá, está muy ocupado, ahora tiene todo a su cargo, además que él también extraña a tu mamá. Estoy segura de que te adora.
- vos creés que soy mala?
- mala?, como una niña tan bonita, va a ser mala?, no Emi, no sos mala.
- me darías un beso de buenas noches?
- obvio, me encantaría, más si me das el tuyo.
Ahí nos abrazamos y nos dimos un beso, luego la arrope y me dirijo a mi habitación, aún me quedaba acomodar mis cosas.
Por suerte, vino Susana a despertarme, ya que no tengo despertador, ni celular, me lo habían robado 2 días antes del asesinato. En la cocina, había terminado mi desayuno, hablando con Susana y Manuela, de lo ocurrido con mi teléfono.
- como que no tenés teléfono?, debemos solucionar eso lo antes posible, quizás el señor Gustavo quiera comunicarse directo con vos, por su hija y no puede hacerlo. Hoy mismo, te compraremos uno.
- pero quiero que me lo descuenten de mi sueldo, ya que lo utilizaré para comunicarme también con mí familia, hace mucho que ellos no saben nada de mi.
- está bien, quédate tranquila.
- si, Josefina, además hoy en día, no tener teléfono, es como estar desnuda.
Me causó mucha gracia lo que dijo Manuela, me hace acordar al humor de la hermana Teresa.
- que imaginación tenés Manuela, bueno, voy a despertar a Emilia.
Me dirijo a la habitación, y me encuentro con la más hermosa imagen, la de Emilia, durmiendo con su boquita abierta y toda despeinada. Me acerco y no puedo evitar la tentación de despertarla con besos y cosquillas.
Emilia empieza a despertar de la mejor manera, riendo. Se levanta, la acompaño al baño, y me aseguro que se lave la carita y los dientes, luego la dejo sola, para que haga sus necesidades. La visto con ropa liviana, ya que aprovecharé el hermoso día, para disfrutar del jardín y la peino haciendo una hermosa trenza. Bajamos a desayunar.
Siento a Emilia en la mesa principal y viene Manuela con el desayuno de la pequeña, yo me quedo parada a su lado, dejando que desayune todo y tranquila.
- Jose, vos no vas a desayunar?
- yo ya lo hice Emi.
- no quiero desayunar sola, quiero que desayunes conmigo
- mi dulce, no puedo, es parte de las reglas.
- y no podemos sacar las reglas?
- mmm, no creo, eso es algo que solo puede cambiar tu papá, el las hizo y hay que cumplirlas.
- se lo voy a pedir.
Me encanta ver la determinación que tiene Emilia, mientras desayuna, yo solo sonrío de ver como se comportaba como una mujercita de mayor edad, aunque para mi gusto, los niños, deberían comportarse de acuerdo a la edad que atraviesan.
Una vez que termina, le propongo a ir a jugar al jardín.
- no quiero Jose, prefiero jugar en mi pieza con mis juguetes.
- porque Emi? el día esta precioso, hay que aprovechar para tomar aire y sol.
- nunca jugué en el jardín, me aburro, jugando sola.
- jamás dije que seria sola. Yo voy a jugar contigo.
Veo que se le ilumina la carita, y toda entusiasmada me dice...
- en serio vasa jugar conmigo?, nunca nadie lo hizo.
- pues yo no soy como los demás, estoy aquí para cuidarte y voy a jugar contigo, en el momento y lugar que deseas.
Salimos juntas de la mano hacia el jardín,era hermoso, tenía varios rincones, cada uno decorado de distintas maneras. Se nos acerca Leandro.
- buenos días, bellas señoritas.
- buenos días Leandro.
- que bueno es saber que uno trabaja y que dos bellas princesas van a disfrutar del lugar.
Ya me estaba sintiendo incómoda, ante tanta dulzura, pero al ver a Emilia, disfrutando de recibir calificaciones hermosas hacia su persona, preferi dejar de lado mi molestia.
- Leandro, en que lugar podemos jugar, y que no perjudique tu trabajo?
- ahora, estoy trabajando en la piscina y sus alrededores.
- bien, entonces, Emilia, jugaremos aquí, cerca de la casa, gracias Leandro.
- no hay de que, ya vienen los días más calurosos, así que pronto podrán usar la piscina.
- que maravilloso, verdad Emi?
Noto un dejo de tristeza en su rostro tan chiquito.
- yo no sé nadar.
- ah eso, no es problema, yo te voy a enseñar, para cuando finalice el verano, serás una campeona olímpica.
- me vas a enseñar?, de verdad Jose?
- obvio mi cielo, mañana mismo comenzaremos. Bueno, pero estamos viviendo el hoy, a que te gustaría jugar?
- algo de que tenga que correr mucho, aquí no hay nada para romper y que me reten.
- te parece jugar a que sos una pequeña princesa, perdida en el bosque, y yo, soy el ogro que te persigue.
- me encanta…
- entonces Princesa Emilia, empieza a correr, te daré ventaja, pero te prometo, que cuando te agarre, te haré muchas cosquillas y luego te encerraré en mi torre.
Emilia sale corriendo, en cuanto se adelanta unos metros, salgo corriendo detrás de ella, entre gritos y risas de Emilia, ella utilizaba arbustos y árboles para poder cubrirse, y yo la dejaba escaparse, hasta que por fin la alcanzo, la tiro al césped y comienzo a hacerle cosquillas y a hacer que devoraba su vientre.
- déjame en paz, malvado ogro!!!
- ya nadie podrá defenderte, bella princesa. Eres toda mía...
Estuvimos así, hasta quedarnos boca arriba, tiradas en el césped, muy rendidas.
Desde la casa, y sin ser vista, Susana filmó todo el momento del juego.
- se lo voy a enviar al señor Gustavo, le encantará ver jugar a su hija como una pequeña normal.