Completa
La vida nos da siempre segundas oportunidades y donde hubo fuego cenizas quedan, eso decía mi abuela.
Ari conoce a Álvaro cuando apenas tenían 16 años, ellos se enamoran, Pero por las circunstancias de la vida hace que cada quien tome un camino distinto a lo que ellos pensaron.
El destino los junta reviviendo el pasado amor de adolescente que tuvieron y ahora con mas fuerza.
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Cap. 5: El cumpleaños #17 de Álvaro
ARI BLANCO
Llegó el día del cumpleaños de Álvaro, mi madre me llevó a comprar un presente por la mañana. En la tarde me encontraba parada frente al espejo, sin saber que ponerme. Me entraron esas dudas si debería ir. Todos en el colegio eran de dinero y uno que tres éramos unos simples mortales.
Un mensaje entró.
— Recuerda venir— era Álvaro.
No contesté. Me senté en mi cama. No voy a quejarme por la vida que tengo, mi madre ha hecho todo por mí y siempre estaré agradecida.
Entró una llamada. Contesté.
—¿Vendrás? — era la voz de él.
— No sé si iré. Siendo honesta creo que no debería ir. Perdón.
— Está bien. No te obligues Pero creo que sería genial que vengas. Es un cumpleaños entré jóvenes, no hay padres. Puedes venir como desees. Si te animas ven.
— Está bien. Déjame pensar— él colgó la llamada.
A veces nos torturamos por puro gusto. Si quiero, quiero verlo. En tan poco tiempo creo que me he enamorado de él. Me resuena mucho que no pueda decir abiertamente que es mi novio, el vernos a escondidas en la azotea de la escuela es como si él no quisiera que nadie se entere de lo nuestro.
Decidida, me levanté, me puse la mejor ropa que tenía y le pedí a mamá que me pusiera un poco de maquillaje.
— Mamá, ¿puedo preguntarte algo?
— Sí, Dime mi niña.
— Espero no te molestes, Pero... ¿Cómo conociste a mi papá? Sé que no debería preguntar Pero quiero saber— mi madre enmudeció y se puso muy seria.
— Listo. Se nos hace tarde. Dame la dirección para llevarte.
Entendí que ella no quería hablar de mi papá. Tenía ganas de llorar, Pero me contuve.
Le di la dirección a mi mamá y durante el trayecto íbamos en un silencio total. ¿Qué tan grave fue lo que le hizo mi padre a mi madre que ella no quiere hablar de ese tema?
— Llegamos, me marcas cuando termine. Pórtate bien. Nada de licor. Se una niña juiciosa.
— Si madre.
Me bajé del auto y entré. La casa era inmensa, los jardines bien cuidados y una fuente lo adornaba. Caminé hasta la entrada de la puerta. Había música, bebidas, bocadillos. Parecía como si toda la escuela estuviera allí. Al entrar unas chicas me dieron un antifaz, me lo puse.
Busqué a Álvaro, no lo podía encontrar. Todos llevaban antifaz, así que se complicaba un poco.
Habían parejas en cada rincón, esto me incomodó un montón.
— Hola— era un par de chicos que realmente no sabían quiénes eran— ¿quieres que bailemos un poco?
— No se bailar.
— No seas aguafiestas. Vamos— uno de ellos me tomó del brazo.
— No quiero. Suéltame. ¿Si? — mi regalo cayó al piso.
Me safé y empecé a caminar muy rápido al jardín.
Fui a la fuente. Saqué mi celular del bolsillo y le escribí a Álvaro.
Alvaro llegó a la fuente.
— ¿Aquí estás?
— Mi regalo se estropeó.
— No te preocupes por eso— me tomó la mano, caminamos así hasta unas banquetas que estaban en el jardín.
Me quitó la máscara, me dio un beso y un abrazo.
— Realmente me gustas— escuchar eso me tranquilizó un poco.
— Tú también — pausé — me gustas.
Me dio un beso un poco distinto, era como si mi cuerpo se prendiera en llamas.
— Es hora de volver.
— No quiero estar sola, no conozco a nadie y con estas máscaras es más difícil aún.
— Póntela. Entremos. Voy a saludar un poco y luego te hago compañía.
— Está bien.
Entramos e inmediatamente él se fue a saludar. Me fui a sentar, tomé un refresco y me puse a jugar en el celular.
Solo escuché un abucheo y se había formado como un círculo...
...Beso, beso, beso...
Miré hacia donde estaba el círculo y todo el alboroto, no pude ver nada. Álvaro salió del círculo y tras él una chica, él se giró hacia ella y ella se abalanzó sobre sus labios. Alvaro la empujó. Me puse de pie, los ví fijamente. En mi cerebro quedó grabada esa escena. Sentí como si mi corazón fuese un vaso de vidrio, que se rompía en miles de pedazos.
Me quité el antifaz, lo dejé caer al piso y caminé hasta donde estaba Álvaro, pasé a su lado, y salí de la casa. Estaba en la calle, tenía que calmarme antes de llamar a mi mamá.
Mi mandíbula temblaba.
— Espera Ari, no te vayas. Yo no quise.
— Está bien. No me importa. Por eso no quieres que nadie se entere. Solo soy un juego para ti.
— No es así Ari. Anne está loca, tu viste que fue ella.
— ¿Fue Anne?— le sonreí — Suerte. En serio te deseo suerte con ella.
— Ari en serio me gustas. Lo que pasó allá es algo que yo no quise.
— ¿Por qué no quieres que nadie se entere de que soy tu novia?
Él guardó silencio. Me tomó de la mano.
— Suéltame. Ve con Anne. Queda claro todo.
Me solté y empecé a caminar. Sus amigos llegaron a traerlo. Llamé a mi mamá y ella no dilató en ir a traerme.
Lección aprendida, nunca inicies una relación tan a la ligera, sin conocer bien a la persona. Nunca te enamores rápido porque cuando te decepciona quien sufre eres tú y la otra persona no. Mi primera experiencia amorosa fue un completo fracaso.
— Mmm...¿ Pasó algo? Vas muy callada.
— No ha pasado nada mamá. Solo que el cumple estaba muy aburrido.
Llegamos a casa. Me fui a mi cuarto. Esa noche lloré un mar de lágrimas. Alvaro llamó un par de veces pero al final lo terminé bloqueando.