Lo que parecía solo un accidente, resulto ser un caso de asesinato y el oficial Santos Benavides es quien está a cargo, un oficial muy eficiente, que no está dispuesto a rendirse hasta dar con el culpable, conectando así la vida de distintas personas cuyas vidas giran en torno al misterioso crimen…
Un escrito sin género definido, ya que tiene de todo un poco, aunque si especifique, y si incluye esto (género seleccionado), no quiere decir que de esto se tratara en su totalidad.
Les invito a que le den una oportunidad a leerla para que conozcan de que trata esta historia y les sea de su agrado.
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CAPITULO 5
Llega un joven a una casa y toca la puerta, por dentro de esta va a abrir una joven quien muestra angustia en el rostro saliendo del fondo de la cocina llega a la puerta y al abrir, sus ojos se engrandecen al ver de quien se trataba, para lanzarse a abrazarlo por la cintura…
Este al ver como está lo apretaba al abrazarlo, algo en el le decía que quería corresponderle acercando sus brazos hacia a esta para hacerlo pero su cerebro lo frena y termina por bajarlos.
Ella se separa y con coraje le reclama:
—¡Dónde estabas Juan, nos tenías con la angustia estos dos días!¡Piensas que no sentimos nada cada vez que te vas así y no saber cuando volverás!¡Eres un desconsiderado. Tonto, tonto, tonto…—cuando se escucha el sonido de una silla acercándose, al mostrarse siendo un señora toma su bastón quien lo traía es sus piernas lo abre tirándolo a su derecha y alzarlo dispuesta a golpear…
Ambos jóvenes se dan cuenta y está se acomoda de enfrente a esta con los brazos extendidos para tratar de frenarla dice:
—¡Se-ñora, trate de tranquilizarse por favor, esta no es la manera de hacerlo entender!—mientras el joven ni se inmuta en moverse o hacer algo al respecto, solo esperaba lo que el ya venía venir.
La señora llega y antes de frenar toma a esta del brazo izquierdo y la hace a un lado provocando el tambaleo de la joven al querer detenerse.
Se gira hacia ellos y mira como la señora le daba de golpes con el bastón hacia su espalda mientras este solo entre cierra el ojo al sentirlos ;dejándose mientras esta reclamaba:
—¡Juan, hijo de la chingada!,¡Idiota, como te atreves a volver a irte así como si no tuvieras familia…
—Señora Gabriela, por favor tranquiliz…—le interrumpe la señora girando la cabeza y grita:
—¡Cállate o a ti también te muelo a golpes Guadalupe!—la joven se asusta dando un paso hacia atrás.
Gabriela vuelve hacia Juan para tomarlo de la playera y jalarlo hacia ella quedando cara a cara.
—Crees que esto es un hotel para llegar y estar a la hora que se te pega la gana. ¡Que explicación darás!
—perdóneme por favor mama. Estaba trabajando —tocando su hombro derecho para calmar un poco el dolor.
—¿Trabajando?—confundida.—con mucha mas razón debes de avisar. Idiota.
—Es que todo fue muy rápido. Perdón mama, perdón Lupita.—Voltea hacia a esta quien lo miraba con preocupación por los golpes que había recibido. Esta dice :
—no lo vuelvas a hacer.
Juan al escucharla esconde el rostro sintiendo culpa siente como Gabriela lo suelta de la playera para aguardar su bastón y colocarlo en sus piernas para tomar las ruedas de la silla e irse hacia el comedor ;deteniéndose a unas cuantas vueltas de la silla y decir:
—Guadalupe sirve el desayuno que tengo hambre.
Esta reacciona y responde:
—si señora.
Gabriela se pone derecha y expresa:
—esto es para los dos. No porque este en esta silla y este ciega quiera decir que me pueden hacer tonta o hacer como si no existiera y más tu Juan Daniel.— mientras está se dirige a la cocina los dos jóvenes se voltean a ver al mismo tiempo confundidos por lo que Gabriela había dicho.
