La Tormenta Perfecta

—¿tiene alguna duda señorita?

La mujer lo miro a los ojos y sonrió.

—ninguna

Dylan levantó su paraguas, tomo la mano de su chica y juntos caminaron hasta llegar a un edificio lujoso.

—no, me digas que vives aquí.

—bueno, no te lo diré si eso es lo que quieres

—¿sueles decirle eso a todas?

—no, en realidad tú eres la primera en estar aquí.

—siempre hay una primera vez para todo, cierto.

—eso veo.— nunca imaginé que nos volveríamos a encontrar, esa noche en la estación sentí que nos quedamos a deber algo.

Isabelle lo miro a los ojos y bufo.

—uff, ¿dime cuantas veces lo practicaste?

—no, lo sé, perdí la cuenta después de cien.

Ambos empezaron a reír, entraron al edificio y subieron al elevador; caminaron hasta llegar a la puerta del apartamento de Dylan y entraron.

La vista era increíble, Isabelle echo de menos la vista que tenía desde el balcón de su habitación, la vista daba justamente al jardín que su madre había plantado, no pudo evitar sentir nostalgia por aquellos recuerdos, desde la ventana del departamento podía verse la ciudad en todo su esplendor las luces le daban un nuevo matiz a la lluvia transformándola en algo muy hermoso.

Isabelle estaba perdida en sus pensamientos, las gotas de lluvia caían por el vidrio de la ventana, reaccionó hasta que un par de brazos se enroscó en su cintura, ambos se quedaron viendo la lluvia caer. Después de un rato Isabelle se giró para separarse de Dylan.

—esto está mal, Dylan.— siento que todo esto es un error— ni siquiera me conoces.

—pero, pienso hacerlo.—te propongo algo, empecemos de nuevo.

Dylan extendió su brazo para saludar a Isabelle.

—mi nombre, señorita e... Dylann Philip Tremblay, tengo 28 años, soy un reconocido ingeniero civil, me gusta vivir la vida a mi manera y no tengo un camino trazado; ni planes a futuro, me gusta disfrutar de cada momento de la vida y sinceramente hablando no pensé nunca en enamorarme, jamás creí en el amor; hasta... Hasta que una chica algo torpe choco conmigo en una estación del tren, y para colmo olvidó su maleta, haciéndome correr y buscarla por toda la estación.—no sé que fue lo que me hiciste Isabelle, pero desde esa noche no dejo de pensar en ti, una vez te deje ir, pero te prometo que no habrá una segunda, te encontré y ahora serás mía.

Isabelle se quedó anonadada, —yo... Yo no sé cómo voy a superar eso, sabes.

—solo inténtalo.

—ok, aquí vamos.

—mucho gusto Dylan, mi nombre es Isabelle Indy storm, tengo 25 años, hace poco me gradué con honores en Finanzas y administración, aunque siempre lo he odiado, mi pasión siempre ha sido el arte y moda, mi única meta es convertirme en la mejor diseñadora de modas en toda Nueva York, pero últimamente no dejo de pensar en el chico de ojos color azabache, espere poder encontrarlo nuevamente y agradecerle por devolver mi maleta.

Los dos se miraron y poco a poco se acercaron, sus labios se juntaron en un apasionado beso, únicamente se separaron por oxígeno.

El sonido de la lluvia se volvió un deleite, Dylan reprodujo en su celular all of me de Jhon Legend y los dos bailaron hasta que la música termino.

—deberia cambiarme no crees.

—si podrías enfermar, pero me temo que no tengo ropa de chica.

Dylan llevo a Isabelle hasta el dormitorio y saco una de las camisas que su hermano había dejado.

— está probablemente te quede.

—es una camisa de chico, Dylan.

—vaya, no lo había notado Isabelle, gracias por abrirme los ojos.

Isabelle rodó los ojos.

—me rodaste los ojos

—no, lo sé. —a veces suelo hacer cosas sin notarlo.

—ahh, si, yo también suelo hacerlo Isabelle.

Dylan tomo ambas mejillas de Isabelle y besos sus labios, era un beso algo rudo, mordisqueó el labio de Isabelle, provocando que ella se soltara.

—¡que te pasa!

—mmm, nada, te dije yo también hago cosas sin notarlo.

—eres un odioso lo sabías, te acabo de conocer y ya me estoy arrepintiendo.

Isabelle le arrebato la camisa y le pidió que se pusiera de espaldas.

—¡¡No mires!!, la chica repetía una y otra vez.

—no lo haré, no soy esa clase de hombre.

Dylan se giró mientras Isabelle se quitaba toda la ropa mojada y se ponía la camisa que le habían dado.

—ahora, dime algo.

—algo, repitió Dylan.

—no seas payaso Tremblay, esto es enserio.

El chico giro para verla a la cara y nuevamente se quedó sin palabras el cuerpo de Isabelle vaya que era hermoso, con esa camisa se veía demasiado sexi, tanto que perdio el control, en ese momento.

la levantó en el aire, haciendo que Isabelle enroscara sus piernas en su abdomen, la beso intensamente, dejo besos en su cuello y la llevo hasta la cama, en donde pasaron la noche más maravillosa.

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a la mañana siguiente.

— sii Dylan, la mujer estaba acostada en la cama, mientras Dylan sostenía sus brazos y dejaba caricias por todo su cuerpo, estaban por darle a sus cuerpos de ese deseo tan anhelado cuando una voz llamo desde la sala.

—buenos días cariño.

—¡carajo!

—¿quién es Dylan? Dijo isabelle

—es mi madre.

La mujer solto una grosería y dijo

—¿ahora que?

—bueno los hombres suelen meterse al armario.

—¿a donde vas Dylan?

el hombre estaba caminando al armario cuando la mujer le hablo.

—no seas idiota, esta es tu casa, sal y habla con ella, yo esperaré aquí.

Dylan se vistio apresuradamente para hablar con su madre.

—buen día, madre. Dijo algo nervioso

—veo que apenas te estás levantando, piensas perder el día así, solo mírate no pareces un Tremblay,— deberías ser mas como tú hermano.

—basta de reproches madre, te pedire que te vayas porque es temprano para escucharte hablar de mi odioso hermano.

—solo, vine a decirte que te espero en la casa, tu hermano tiene un anuncio que dar, nos vemos en la noche.

—bien, estaré ahí, madre.—ahora solo vete, quieres, necesito vestirme apropiadamente.

La mujer salió del departamento, muy extrañada su hijo, se comportó de una manera muy rara.tal vez este con una chica pensó su madre, no se le hizo raro, todo hombre necesita calmar esos instintos salvajes que poseen,—podría ser que el fuera el primero en casarse después de todo, pensó.