En la Universidad de San Lorenzo, Giovanni Rossi, un alfa enigmático y heredero de una familia mafiosa, intenta mantener su vida criminal oculta de sus compañeros. Lucía Fernández, una omega brillante con una beca de biomedicina, ve su mundo trastocado cuando es secuestrada por la familia Rossi.
Mientras Giovanni y Lucía navegan entre el peligro y la atracción creciente, descubren secretos oscuros que los obligan a unirse para sobrevivir. Entre la pasión y la traición, deberán decidir si su vínculo puede superar las barreras del poder y el destino en un juego mortal.
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bajo el manto de la noche
**Capítulo 4: Bajo el Manto de la Noche**
La noche cayó sobre Verezia, cubriendo la ciudad con una capa de silencio inquietante. Giovanni y Lucía se habían refugiado en una pequeña casa en las afueras del campus, un lugar seguro que Giovanni conocía bien. Era propiedad de un amigo de confianza de su familia, alguien que les debía favores y que no haría preguntas.
Lucía se sentó en el borde de una cama sencilla, su mente aún girando con los eventos recientes. Miró a Giovanni, que estaba de pie junto a la ventana, vigilando cualquier movimiento sospechoso. La luz de la luna resaltaba los contornos de su rostro, dándole un aire casi etéreo.
"Necesitamos un plan," dijo Lucía, rompiendo el silencio. "No podemos seguir huyendo. Si Marco nos está persiguiendo, tenemos que adelantarnos."
Giovanni asintió, sin apartar la vista de la ventana. "Tienes razón. Pero primero, necesitamos más información. Hay alguien en el bajo mundo de Verezia que podría ayudarnos. Se llama Matteo. Sabe cosas sobre todos en esta ciudad. Si alguien conoce los movimientos de Marco, es él."
"¿Y cómo lo encontramos?" preguntó Lucía, sintiendo una chispa de esperanza.
"Es un hombre difícil de localizar, pero tengo contactos que pueden ayudarnos," respondió Giovanni. "Mañana por la noche iremos a un club donde suele aparecer. Pero por ahora, necesitamos descansar y estar preparados."
La tensión en el aire se suavizó ligeramente cuando Giovanni se acercó a Lucía. "Te prometo que te protegeré," dijo, su voz baja y firme. "No dejaré que te pase nada."
Lucía sintió un calor reconfortante en sus palabras. "Confío en ti," dijo suavemente, y por un momento, ambos encontraron un breve respiro en la compañía del otro.
A la noche siguiente, Giovanni y Lucía se dirigieron al club clandestino en el centro de Verezia. El lugar, iluminado con luces neón y música ensordecedora, era un refugio para aquellos que vivían al margen de la ley. Giovanni se movía con seguridad, saludando a conocidos mientras mantenía a Lucía cerca.
Finalmente, llegaron a una mesa en una esquina oscura donde un hombre con una apariencia curtida y ojos astutos los esperaba. "Matteo," saludó Giovanni, sentándose frente a él.
"Giovanni Rossi," respondió Matteo con una sonrisa sardónica. "¿Qué te trae por aquí?"
"Necesito información sobre Marco Santini," dijo Giovanni directamente. "Y sé que tú puedes dármela."
Matteo rió entre dientes, tomando un sorbo de su bebida. "Santini ha estado moviéndose mucho últimamente. Se ha aliado con algunos peces gordos de fuera de la ciudad. Está planeando algo grande, y no me sorprendería que tú estuvieras en su lista de objetivos."
"Necesito saber dónde está y cuáles son sus próximos movimientos," insistió Giovanni.
Matteo lo observó detenidamente antes de asentir. "Hay un almacén en el puerto que Santini ha estado usando como base de operaciones. Pero ten cuidado, Giovanni. Está bien protegido y no será fácil entrar."
Giovanni asintió, agradecido por la información. "Gracias, Matteo. Te debo una."
Matteo sonrió de nuevo, un destello de peligro en sus ojos. "Solo recuerda quién te ayudó cuando todo esto termine."
Al salir del club, Giovanni y Lucía sabían que se enfrentaban a un desafío monumental. Pero también sabían que tenían una oportunidad, una ventana para golpear a Marco donde más le dolía. "Vamos al puerto," dijo Giovanni, su voz llena de determinación.
Lucía lo miró con valentía. "Estoy contigo, Giovanni. Vamos a acabar con esto."
La noche se profundizaba mientras se dirigían hacia el puerto, el viento frío cortando a través de sus ropas. Pero dentro de ellos, la llama de la determinación ardía brillante. Unidos por el peligro y la creciente conexión entre ellos, estaban listos para enfrentarse a cualquier cosa que se interpusiera en su camino.
El almacén en el puerto los esperaba, y con él, las respuestas que necesitaban para desmantelar la amenaza de Marco Santini y, quizás, encontrar un camino hacia un futuro donde ambos pudieran ser libres.
