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Nueva Zelanda

Nueva Zelanda

Status: Terminada
Genre:Completas / Época / Matrimonio entre clanes / Secretos de la alta sociedad
Popularitas:5.6k
Nilai: 5
nombre de autor: Francia Laura

Como en toda historia de colonización hay esclavitud y prostitución. Pero veremos cómo Gerrit, gigante holandés, se enamora de una nativa que trabaja haciendo la limpieza y como Ismaël , el militar francés, pierde el juicio por una prostituta. Dos historias de dos hombres enamorados de mujeres con culturas muy diferentes alas suyas.

NovelToon tiene autorización de Francia Laura para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

A la conquista de Pounamu

Hoy se cumple una semana del retorno a casa, pero Gerrit no puede esperar más tiempo y prepara su equipaje para embarcar de nuevo y con sumo cuidado lleva el regalo para la ladrona de sus horas de sueño, la culpable de su mal humor, y como toda culpable, ella tiene nombre, Pounamu.

Noventa largos días de viaje y finalmente desembarca a Aotearoa, desembarca con la tripulación y lo primero que hace al pisar tierra es buscar a esa mujer. Pasa de largo el bar y va a la posada, tiene el corazón a mil, está nervioso no sabe que reacción puede tener su pequeña ladrona.

Lo que encuentra le pone en modo bestia, un ballenero la está acosando, ella intenta liberarse de las garras, llora, pide ayuda, pero nadie que la auxilia. Gerrit simplemente avanza con paso firme y observa a Pounamu quien tenía los ojos cerrados y lloraba del miedo.

Una vez al lado del ballenero, con la mano izquierda toma del cuello de la prenda y jala con fuerza e inmediatamente después le da un derechazo directo en la nariz. Acto seguido, lo sostiene de la tela de la camisa y con los puños bien cerrados sacude al tipo para aturdirlo, sin esperar más, saca su arma, una pistola de tres cañones italiana del 1680, muy famosas entre hombres de poder, éstas botan muchas chispas cuando se genera el disparo. Gerrit apunta y dispara, siempre la lleva cargada consigo, cosa que en una emergencia solo había que jalar el gatillo. El ruido del disparo alertó a todos, pero Pounamu se asustó tanto que saltó y gritó al ver tantas chispas, ella vuelve a cerrar sus ojos y se tapa la cara con las manos. Los curiosos al ver que fue un militar quien usa su arma de reglamento, nadie dijo nada. Gerrit guarda su arma y envuelve con sus brazos a su pequeña mujercita.

Pounamu abre los ojos y nota el color de la ropa es otra persona quien la abraza, eleva sus ojos al cielo y su mirada se cruza con la mirada celestial de Gerrit.

- Ya pasó, ese bribón ya no te molestará más. – le acaricia la cabeza.

- Tengo miedo. – está insegura y desconfía un poco de los brazos de Gerrit, se quiere liberar

- Esta muerto, ya nada malo puede hacer. – usa la fuerza en sus brazos para que Pounamu no pueda salir de su cerco protector.

- Déjame ir, tengo que ir a trabajar.

- Hoy no vas a trabajar, hoy te voy a cuidar.

- El patrón me puede despedir. – Tiene miedo de perder su empleo.

- No te va a despedir. Tenlo por seguro y si eso llega a ocurrir, tu patrón me tendrá que escuchar.

- ¿Qué hubiera sido de mí si no venías?

- Bien, vine por qué mi corazón me lo dijo, y no dudé un día en embarcar una vez más y venir a verte.

- ¿Has venido aquí solo para verme?

- Sí, y conmigo traigo un regalo para ti.

- ¿Por qué un viaje tan largo e inútil?

- Tenía que hacer caso al corazón, por qué me importas y por qué me gustas.

Pounamu se quedó estática, no pensó que el extranjero fuera capaz de hacer un viaje tan largo solo verla.

-Pounamu, vamos a descansar, yo vengo de un largo viaje y tú has tenido un día muy tenso.

El dueño de la posada vio como Gerrit abraza y mima a Pounamu, los observa y observa el cadáver del ballenero, era un tipo problemático, este tenía por costumbre de emborracharse y acosar a cualquier mujer para acostarse, pero hoy encontró la muerte. Pounamu tuvo mucha suerte de haber sido salvada por Gerrit, el elegante gigante holandés. Vuelve a su puesto de trabajo como si nada hubiera pasado.

Gerrit está con Pounamu en su lugar de trabajo y pregunta por dueño. Él no deja de abrazar a su pequeña, hasta que llegó el dueño y Pounamu se dirigió a otro lugar para no generar malos entendidos, él comprende, pero le sostiene de la mano con fuerza.

- Buenas tardes, señor. - Ahora se dirige a su empleada – Pounamu ¿Qué estás haciendo? Ponte a trabajar ¿Qué va a pensar el cliente? – vuelve a dirigir su atención al cliente.

- Ella está bajo mi cuidado, ha pasado por mucho el día de hoy, ella debe descansar.

- Señor, ella está aquí para trabajar…

- Ella no va a trabajar hoy, ella tiene que descansar, está asustada. – habla con dureza.

- Y ¿Quién va a hacer la limpieza?

- Por un día de suciedad, el negocio no se irá a la ruina.

- Pero señor, comprenda. Ella está pagada para trabajar y yo debo estar aquí y no haciendo limpieza.

- ¿Quién ha muerto por no bañarse?

- Nadie.

- Igual un negocio, por un día que no se limpia, no significa que llegue a su fin.

- Pero ella tendrá descontado un día.

- Señor, entiendo la necesidad de tener todos sus empleados a su servicio y al servicio del cliente, pero ella ha pasado por un momento muy difícil; para que usted lo entienda mejor tuve que rescatarla. - se muestra algo agresivo.

- Está bien, ella tendrá su día libre. - baja la cabeza.

- Una habitación para los dos. Eso es todo.

El dueño lo mira con bastante inquietud, pero para evitar problemas lo lleva a la habitación.

- Sígame.

- ¡Pounamu! Ven conmigo, ven a descansar.

Pounamu obedece, pero ella tiene miedo y está con la necesidad de buscar a alguien que le de protección, ser atacada de esa manera y aún más ver cómo fue asesinado el ballenero borracho. Pounamu está confundida, no sabe si confiar en Gerrit o no, si bien es cierto él le salvó la vida también mató un hombre, eso es lo que le aterra.

Una vez guiados a su habitación, el dueño se retira. Pounamu es metida a la habitación y Gerrit entra de inmediato y cierra la puerta por detrás.

- Gracias por haberme ayudado, pero usted ya puede ir a descansar a su habitación.

- Esta es mi habitación.

- Lo lamento, iré a mi habitación entonces. – Pounamu se dispone a abandonar la habitación y es retenida por Gerrit.

- Esta es mi habitación, esta es tu habitación, es la nuestra.

- ¡Oh, no! Yo me voy a mi habitación. Usted también está cansado y usted debe descansar bien.

- Vamos a descansar, pero tú estarás conmigo, vamos a descansar juntos.

- No estoy acostumbrada a dormir acompañada, lo lamento, pero iré a buscar mi propia habitación.

- Debes quedarte conmigo, yo debo protegerte por si se viene otra amenaza. Recuerda que al ballenero lo maté y puede que la tripulación venga para vengar su muerte.

- ¡Ay, no! Tengo miedo. - entra en pánico y se esconde entre el pecho y los brazos de Gerrit.

Gerrit abraza Pounamu y trata de calmarla lo más posible con muchos besos sobre la cabeza y abrazos.

- No temas, para eso he venido yo. El destino me atrajo a ti para cuidarte.

- ¡El destino! ¿Tú también crees en el destino?

- Si, sí creo en el destino, yo estoy destinado a ti, y tú estás destinada a mí.

Las miradas se cruzan, el cielo y le tierra se unen magnéticamente, mientras Gerrit acaricia la cintura de Pounamu, él va bajando la cabeza para estar a la altura de su pequeña compañera, con el dedo pulgar le acaricia la barbilla, de un lado para otro va subiendo hasta acariciar el labio.

El cruce de miradas se intensifica, eso hace acelerar los latidos de ambos corazones, los labios están muy cerca, Gerrit acaricia la mejilla con delicadeza, y un roce labial les revuelve las hormonas. Los besos son rápidos como poquitos o quien dice imitan al pájaro carpintero que picotea relajadamente.

De inmediato le vino a la mente la imagen de Jetta, Gerrit frunce el ceño y sacude la cabeza negativamente.

- ¿Ocurre algo? – ella se da cuenta, quiere entender la reacción de Gerrit.

- Esto en incómodo, vamos a la cama, sentémonos allí.

Gerrit la lleva teniéndola por mano, se sientan al borde de la cama, Gerrit abraza más complacido la espalda de Pounamu, y ella apoya su mano sobre el pecho de su conquistador, los besos vuelven, y están mucho más cómodos.

Gerrit pudo poner al fin, su bandera de conquista a la nueva geografía, la tierra ha sido tomada, pero todavía no ha sido bautizada. Para bautizarla tenía que recorrer toda la tierra, y memorizar a la perfección la geografía, por lo tanto, Gerrit tenía que ingeniar y hacer la delicada labor de ser todo un explorador.

Pounamu en su adolescencia

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Ale
Excelente
Ale: Gracias a vos x tu linda historia, me encanto. Soy de mucho leer, ahora estoy con tu otra historia. Felicitaciones
Francia Ortega: Gracias por valorar la historia ☺️
total 2 replies
Sandra Robles
bien por los esposos, leales a su espositas.
Sandra Robles
hermoso capitulo.
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