Emma ha pasado casi toda su vida encerrada en un orfanato, convencida de que nadie jamás la querría. Insegura, tímida y acostumbrada a vivir sola, no esperaba que su destino cambiara de la noche a la mañana…
Un investigador aparece para darle la noticia de que no fue abandonada: es la hija biológica de una influyente y amorosa pareja londinense, que lleva años buscándola.
El mundo de lujos y cariño que ahora la rodea le resulta desconocido y abrumador, pero lo más difícil no son las puertas de la enorme mansión ni las miradas orgullosas de sus padres… sino la forma en que Alexander la mira.
El ahijado de la familia, un joven arrogante y encantador, parece decidido a hacerla sentir como si no perteneciera allí. Pero a pesar de sus palabras frías y su desconfianza, hay algo en sus ojos que Emma no entiende… y que él tampoco sabe cómo controlar.
Porque a veces, las miradas dicen lo que las palabras no se atreven.
Y cuando él la mira así, el mundo entero parece detenerse.
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capitulo 24
Narra Emma.
Después de una hora entrenando me doy un baño y cambió y bajo emocionada.
Abajo ya es tan mis padres ambos me abrazan .
- Feliz navidad princesa nuestra- papá me abraza de nuevo y besa mi frente.
-Gracias papi- digo con voz de niña pequeña el me mira con ojos brillosos.
- Dime papi mas seguido- dice con ilusión.
Asiento un poco sonrojada.
Me acerco al árbol y busco sus regalos,Ellos los abren.
Una delicada estilográfica de oro blanco para su padre.
Una pulsera Cartier con pequeños diamantes.
Mire el regalo de Alexander bajo el árbol el todavía no había llegado de su salida pero le tenía un reloj suizo con su nombre grabado en la parte trasera, se que a el le gustan muchos los reloj.
Vi los demas regalos y me emocione y comence abrirlos todos.
Una delicada tiara de platino y diamantes de parte de mi madre, un abrigo de piel suave de la abuela, un set completo de maletas Louis Vuitton con mis iniciales grabadas de parte de mis tios… y por supuesto, el más impactante: una caja pequeña con unas llaves.
-¿Esto no significa lo que estoy pensando?- me tapo la boca mirando el regaló.
- Si es- mamá señala la puerta.
Amo a mis padres pero es tan locos.
Salgo a fuera intento no congelarme.
Frente a mi habia un coche deportivo, negro, con un enorme lazo rojo en el capó.
Ni siquiera se conducir.
- esta hermoso, pero yo no se ni andar en bicicleta- digo nerviosa.
- para eso te contrataremos un chofer preciosa.
-o yo le puedo enseñar- me giro y no puedo evitar sonreir como boba al verlo, estan bonito.
- claro tambien,Alex es un excelente conductor- dice mamá.
Miro el coche y lo recorro completó esto es muy innecesario la verdad pero bueno.
-Me gustaría que aprendas lo básico a si para septiembre ya sabes conducir y puedas ir a tus clases en la universidad en el- dice mi padre con entusiasmo.
- Entonces tendremos que comenzar esas clase pronto- me dice Alexander.
Yo solo miro el coche.
Nunca imagine tener uno propio, bueno la verdad es que no me imagine teniendo nada.
Esto es mucho para mi hasta demasiado.
[...]
Esa mañana cuando le di mi regalo a Alexander el me dijo que el mío me lo daría después.
Suspiró, tengo mucha curiosidad.
Acarició el pelaje de jack y miro aburrida por la ventana como todo esta tan helado afuera que no quiere ni salir de la casa por el frio que hace.
-No me gusta que siempre intentas robarte a mi perro.
- no es mi culpa que el me prefiera a mi- me encogí de hombros.
-Emma ¿desde cuando eres tan contestona?- se agacha a mi altura.
- solo digo la verdad.
El toco mi nariz y me regalo una sonrisa.
- estas muy cerca de la ventana haras que mi perro se enferme- se pone de pie y la cierra.
-Yo también puedo enfermarme ¿sabias?- digo poniéndome de pie.
-lo se princesa solo bromeaba- el se acerca a mi y lleva su mano a mi mejilla.
Si sentia el frio llegar por la ventana pero era algo soportable la verdad es que me gusta mas el frio que el calor y lo e estado descubriendo aqui pues donde antes vivia era un lugar mas tropical allá nunca vi la nieve.
Miro su cara tan cerca y no puedo evitar verlo embobada.
El pone algo frente a mis ojos una caja de terciopelo rojo la miro con atención
Me decepciono un poco ver que no es una de un anillo de matrimonio ya que esta es mas grande y plana.
- ¿es para mi?
-Feliz navidad princesa- me dice con voz dulce.
Abro la caja.
En su interior descansaba una delicada pulsera de oro blanco, finamente trabajada, con pequeños diamantes rosados incrustados a lo largo. En la parte interna, grabado con una caligrafía elegante, estaba mi nombre. Emma.
-Esta preciosa- susurre mirándola encantada-Muchas gracias Alex- lo abracé.
Acerqué mi cabeza a su ropa y lo olí, cerré mis ojos por unos segundos sintiendo un nudo en mi garganta.
-Dejame ponerla- me separe de el y me la puso en la muñeca.
Se veía hermosa es el regalo mas lindo que me han dado hoy.
-Gracias de nuevo ,yo...tengo que darme un baño nos vemos en la cena- digo para alejarme de el.
Voy a mi habitación y me siento en la cama mirando la pulsera.
No lo puedo evitar lagrimas comienzan a salir de mis ojos.
¿Que puedo hacer para que el se enamore de mi?
Porque el no me quiere.
No entiendo pero me duele mi corazón siento este nudo en mi garganta y estas ganas de llorar tan fuertes que no puedo evitar, e intentando todo todas las cosas que me han dicho mis primas y el internet.
Pero nada a cambiado.
Ya no se que hacer.
Quisiera una señal.
