Tras haber ganado la guerra entre los tres reinos y revivido al loto blanco, Liú Huó, rey del inframundo , se verá envuelto en una nueva travesía lleno de obstáculos en sus camino.
Nuevos enanemigos amenazara la paz de la corona en busca de venganza y poder. Pero esta ves será la prueba del Loto Blanco, quien tendrá que tomar el poder que por sangre siempre le correspondió y, poner fin a las calamidades de atormentan la tranquilidad y el equilibrio entre los imperios.
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Miel antes que Sal.
Los rayos del sol acariciaron suavemente mi rostro y las fuertes trompetas retumbaban a son de mi corazón aproximando la batalla. Unos fuertes brazos me envolvieron y perezosamente elevé la mirada chocando con unos ojos carmesí intensos. Liu Huó acariciaba suavemente mi espalda con la yema de sus dedos y me miraba fijamente sin expresión en su rostro. Pero aquellos ojos, aquellos ojos desbordaban amor, ternura y devoción; no pude evitar sonreír y que mi cuerpo actuara por cuenta propia besando sus finos labios rojizos. Él sonrió levemente levantando las comisuras de sus labios, un pequeño suspiro se escapó de sus labios cuando nuestras bocas se separaron, me sentía feliz, pleno, y a pesar de estar a punto de ir a la batalla, no había miedo ni arrepentimientos, era como una burbuja que me protegía de todo mal, eran sus brazos cálidos rodeándome protectoramente y eso era suficiente para toda mi vida. —Huó-Er tenemos que prepararnos, tenemos que ir con Tae gongzu para ver tu estado y ver si necesitas más de mi energía, Tae gongzu-
Mi boca fue sellada por la suya mientras trataba de ordenar cada cosa por hacer antes de partir, mil vueltas daban mi mente llena de deberes diarios, pero cada uno de mis pensamientos se fue disipando mientras me concentraba en como su lengua viajaba en mi boca de aquella manera tan territorial e imponente. Para cuando soltó mis labios, no pude evitar exhalar fuertemente intentando recuperar el aire que había robado de mis pulmones. Le miré curiosamente ante tal demandante acto y vi como una sonrisa altiva y llena de satisfacción se formaba en su cara, pero antes de siquiera preguntar qué había pasado, todas mis dudas fueron aclaradas con un constante picoteo en mis labios y palabras cortadas. —No «beso», hables «beso», de «beso», otros «beso», hombres «beso», en «beso», la «beso», cama "beso» ...
Lo miré sorprendido aceptando cada una de sus caricias y caprichos, no pude evitar reír ante tal acto infantil, simplemente no podía entender como el temible rey Huó, estaba tomando vinagre de su pobre médico quien estaba felizmente casado y tenía incluso una hija. Un calor abrazador envolvió mi corazón, no pude evitar sonreír y simplemente abrí a mis brazos y envolví su cabeza en un abrazo territorial. Este hombre es mío, el temible rey del inframundo, el guarda real que jamás se dignaba a aparecer frente a mí, el demonio que fue a luchar con los dioses del cielo, aquel que gano en la guerra con el imponente emperador jade, él, es completamente mío y está aquí, acostado justo a mi lado, afianzando fuertemente su agarre en mi cintura mientras refunfuña protestando como un pequeño niño mimado, este hombre es mío, y me ama con todo su ser. No pude evitar dejar salir las lágrimas, ni siquiera me di cuenta cuando empezaron a caer, simplemente salían sin control, lo miré y rápidamente se separó de mí con preocupación. —¿Te lastimé? ¿Te abrasé muy fuerte? ¿Dije algo mal? ¿Alteza?
Reí llevando mis manos a sus mejillas y dejé un beso suavemente mientras le miraba fijamente a los ojos. —Nada está mal, es solo que soy demasiado feliz en este momento, me di cuenta de que tengo al mejor hombre a mi lado y las lágrimas simplemente empiezan a salir sin control. Soy muy feliz Huó-Er, muy feliz.
Él sonrió cálidamente, picoteo mis labios nuevamente y jalo de mi brazo haciendo que me sentara sobre sus piernas, beso mis hombros y poso su cabeza unos segundos en un cálido abraso. —Yo también lo soy, completamente feliz, el solo hecho de que estés respirando es suficiente para toda mi eternidad.
Acaricie su largo cabello negro que caía como cascada, y mire fijamente las facciones de su cara grabando lentamente cada una de ellas. A pesar de que se notaba cierta madurez en su rostro, aún podía decir que era igual al Liu Xin que fue mi guardia, el único cambio evidente eran aquellos ojos carmesí que brillaban como rubíes bajo la luz, totalmente hipnotizantes, totalmente perfectos. Negué esfumando mis pensamientos y levanté su rostro sosteniéndole con ambas manos mientras dejaba un beso en su nariz. —Debemos ir, no estaré tranquilo si no sé qué estás totalmente bien antes de partir.
—Mn, está bien, vamos.
Huó-Er se levantó lentamente sosteniéndome entre sus brazos, beso mi cuello reiteradamente mientras deslizaba la fina túnica que ni siquiera sabía que tenía, me dejo lentamente parado en el suelo frente al espejo y se paró justo atrás de mí mirando fijamente nuestros reflejos. Mis ojos se abrieron con sorpresa, no pude evitar que el calor cubriera mis mejillas, pero aun así no pude retirar mis ojos de aquella vista. Liu Huó sonreía satisfactoriamente, deslizaba lentamente la yema de sus dedos por mi piel recorriendo cada una de las marcas que el mismo había formado en el transcurso de la noche. —Cada una de estas, son la prueba absoluta de que su Alteza es completamente mío...
Asentí lentamente y recorrí con mis dedos las marcas que iban desde mi pecho hasta mi estómago. Sentí un fuerte calor dentro y luego como si un balde de agua helada cayera sobre mí, volteé rápidamente a ver a Liu Huó. —Huó-Er, nosotros, yo...
Liu Huó me miro confundido y no pude evitar que los nervios me invadieran por unos segundos. Negué lentamente intentando ordenar mis pensamientos, respire profundamente y le mire con calma. —Huó... ¿Huó-Er, sabe que soy un Ger...?
Sentía mis ojos temblar, si bien no era un secreto de que era un Ger, jamás se había establecido como una noticia para el imperio WūYā y en aquel tiempo, a Huó-Er le importaba muy poco saber de mi persona, realmente no sabía si era un hecho evidente para él y si sería una dificultad ahora, siendo un Ger con un núcleo desde nacimiento, lo más probable es que pueda quedar en cinta desde la primera vez y jamás había tomado ni un solo médicamente previniendo lo contrario, ¿Qué pensara Huó-Er?
Baje la mirada instintivamente ante la preocupación y los pensamientos contrariados, intente respirar con calma esperando su respuesta, pero al no escucharla, simplemente lo mire y sonreí moviendo las manos en negación y caminando a buscar nuestra ropa. —No, no tienes que pensar en eso, seguro no pasara nada, lo siento, no debí mencionarlo ahora, tienes que concentrarte en la guerra y yo también, vamos a vestirnos, tenemos que-
Sentí unos fuertes brazos envolverme y un suave beso en el hombro. —Lo sabía, pero luego de tantos años no lo tome en cuenta en la noche... Si su Alteza realmente porta a mi hijo en unos días, juro que seré el padre más feliz de la existencia.
Volvió a besar mi hombro y mi cuello, froto su mejilla con la mía y me abrazo fuertemente deslizando sus manos a mi vientre mientras acariciaba con ternura. —Ganaré esta guerra y llevaré a su Alteza al trono más alto, de esa forma nada ni nadie se atreverá jamás a ir contra usted, de esa forma la vida de nuestro Xiao Bai será segura y feliz...
—¿Xiao Bai? ¿Cómo es que ya tiene un apodo cuando ni siquiera estamos seguros de que existe?
La suave risa de Liu Huó endulzó mis oídos mientras se separaba lentamente de mí y se disponía a vestir, me miro socarronamente y sonrió con altivez. —¿Su Alteza duda de las capacidades de su hombre? Teniendo en cuenta de que su Alteza es un Ger y un ser celestial, no tengo duda de que muy pronto tendremos en nuestros brazos un pequeño Xiao Bai.
No pude evitar sonreír y acariciar mi estómago, todo el miedo y las ideas erróneas se esfumaron sin dejar rastro, negué lentamente dedicando a vestirme y bufé por lo bajo. —Xiao Bai... me gusta.
Liu Huó camino lentamente hacia mí, arreglo mis túnicas colocando lentamente la armadura especial, cepillo mi cabello colocando una vistosa horquilla de oro y jade, beso mi mejilla y tendió su mano mirándome con una cálida sonrisa. —Es hora Alteza, debemos ir.
Tome su mano sonriendo, me eleve quedando en puntas y bese sus labios antes de jalarlo hacia la puerta y colocar el pétalo de jade para llegar rápidamente hacia Tae gongzu. Era hora de luchar y estaba listo para lo que sea que viniese en el futuro. —Vamos...
Al llegar al salón de juntas, todos estaban reunidos esperando pacientemente a Liu Huó, nos miraron con seriedad y se inclinaron respetuosamente ante nuestra presencia. Huó los miro y jalo mi brazo afianzando su agarre sobre mí, camino lentamente frente a todos los expectantes mientras le abrían paso; se paró delante de Tae gongzu y lo miro seriamente con el ceño fruncido, no pude evitar dejar escapar una pequeña risa traviesa, no podía entender como un ser tan imponente, podía tener un lado tan infantil en un momento tan serio e importante como este. —Su Alteza quiere que revises mi estado antes de salir, vamos al centro de atención, también quiero hacerte unas preguntas en privado.
El pobre Tae Gongzu me miro con aflicción y luego asintió lentamente mirando hacia Liu Huó, suspiré negando y sonreí mientras apreté levemente el agarre de su mano. —Solo quiero asegurarme de que este completamente bien antes de partir, es necesario después de todo ¿no?
Nos dirigimos rápidamente hacia el centro de atención en el palacio, nadie en el salón dijo nada, ni hubo un solo signo de protesta, todos estaban de acuerdo y asintieron en que lo más importante era que su rey estuviese cien por ciento en forma para la batalla y si hacía falta algo, nadie dudaba de que Tae Gongzu sería capaz de arreglarlo, no era secreto para nadie que aquel hombre que fue nombrado rey del sur de Heiyu, solo fue por reconocimiento a sus altos conocimientos médicos y curativos, después de todo, Tae Gongzu no era un guerrero en lo absoluto, totalmente contrario a su esposa a la cual la mayoría de los demonios en Heiyu temían y respetaban.
Tae Gongzu revisó minuciosamente el estado de Huó-Er y solo basto su mirada seria para saber que no estaba bien, si bien sabía que su estado decaía cada día, tenía la mínima esperanza de que fuese mejorando como la última vez. —¿No ha funcionado?
Tae Gongzu miro a Liu Huó y él asintió en derrota, sabía que no podía ocultarme algo así, no en este momento. —Alteza, rey Liu, no puedo mentirles, no ha habido ninguna mejora desde la última vez... Pero no todo está mal, de cierta forma no hay mejora, pero tampoco hay un avance de energía, es como si estuviese estancada, retenida por otra energía que no logre identificar...
Liu Huó lo miro seriamente y mordió su mano hasta que la sangre brotó ligeramente. Tanto Tae gongzu como yo lo miramos consternados, pero lo qué pasó luego fue mucho más inesperado. —Huó... Huó-Er, tu mano...
—¿Cómo es posible? No hay una mejora en tus meridianos, ni señales de un nuevo núcleo, pero...
La mano de Huó-Er se había curado a los segundos de que sus dientes se separaran de su piel, su herida se había cerrado completamente delante de nuestros ojos y él simplemente sonrió. —Lo noté por la madrugada, sentí una energía crecer en mi interior y todo el cansancio que provocaba el sobre exceso de energía negativa, fue mermando lentamente, incluso siento como lentamente todo vuelve a su lugar...
Tae Gongzu tomo la mano de Huó-Er, hizo un pequeño corte sacando una muestra de su sangre y miro fijamente como la herida se cerraba en cosa de segundos. —Tengo que saber que está pasando. Tal vez si logro descubrir cuál es la fuente de esa energía, podre encontrar una cura.
Tae Gongzu se dio media vuelta agarro sus materiales y estaba a punto de salir cuando un grito de Huó lo hizo saltar. —¡Tae Min! ¿Dónde crees que vas? ¿No dije que tenía que hablar contigo?
—¿H-he? ¿Yo? Lo siento, es solo que aún estoy en Shock con lo que acaba de pasar y me emocione al saber que podríamos encontrar una cura...
Huó-Er bufo negando, camino parándose frente a él y luego apunto a mi dirección aun sin mirarme. —Necesito que le hagas un chequeo completo y muy detallado a su Alteza.
—¿Ahora? ¿No es más importante la cura? Puedo hacerlo luego-
—¡Ahora!
—Huó-Er deja de gritar...
Huó-Er y camino a mí girándome con ojos de arrepentimiento, sonreí negando y dejé un pequeño beso en su mejilla. —Tae Gongzu está preocupado por ti ¿Cómo puedes gritarle así? Si le explicas bien las cosas, estoy seguro de que entenderá sin necesidad de que te alteres, después de todo, estamos a punto de ir a la guerra...
—Lo sé, pero es por esa razón que necesito saber, no puedo dejarte bajo ningún motivo, pero necesito saber para prepararme y doblar tu protección.
Huó-Er se volteó, respiro lentamente y miro a Tae gongzu que nos miraba confusamente. —Tae min, necesito que me digas en qué estado esta su Alteza, es muy probable que en unas semanas de indicios de que está en cinta y necesito saber que tan bien está en este momento para saber qué medidas tomar más adelante.
Tae gongzu nos miró perplejo y abrió la boca sin decir palabra alguna, dejo rápidamente la muestra en la mesada y camino hacia mí revisándome cuidadosamente durante casi media hora. —Bien, ya está.
Huó-Er y yo nos miramos confusos, Tae Gongzu había estado revisándome minuciosamente y luego sin previo aviso se volteó revisando entre sus cosas, saco un pequeño frasco de cristal y me lo entrego. —¿Tae gongzu...?
—Son suplementos y vitaminas, su Alteza tiene una salud realmente perfecta. Su núcleo es totalmente capaz de llevar un embarazo estable y sin ninguna complicación y al parecer, esos mil años que su Ateza estuvo en sueño, ayudaron a que su cuerpo madurara correctamente, como si todo fuese preparado para que su Alteza pueda concebir en este momento. Si su Alteza y su majestad no han tomado precauciones, es muy probable que su Alteza quede en cinta, por lo que este servidor le da sus felicitaciones de antemano...
Liu Huó tomo las pastillas de mi mano, yo solo pude mirarle fijamente y ver como una sonrisa crecía en su rostro mientras me envolvía entre sus brazos. —Está bien, puedes irte ahora... Tae Min, nada de esto puede saberse, a nadie, ni siquiera a tu esposa...
Mire a Huó-Er, su rostro estaba serio, entendía completamente su preocupación, así que simplemente me quede en silencio. Tae gongzu lo miro y asintió obedientemente antes de salir en silencio por la puerta. Huó-Er dejo un pequeño beso en mi frente y otro en mis labios y acaricio suavemente mi vientre. —Por el momento no diremos nada, solo cuando sea notorio lo dejaremos saber, no podemos arriesgarnos a que tomen ventaja de nuestro Xiao Bai.
Asentí rápidamente y pose mi mano sobre la suya, estaba a punto de responderle cuando un suave golpeteo acallo mis palabras. Liu Huó miro seriamente hacia la puerta. —Adelante.
—Rey Liu...
—Lu Xiao ¿Pasó algo?
Lu gongzu nos miró con de una forma complicada, dio un paso adelante inclinándose y dejo ver a una persona tras él, no sabía quién era, pero ante la expresión de Huó-Er, sentí un escalofrío aterrador ante el ambiente que se había tornado de un segundo a otro. —Espero que tengas una buena explicación para traer tan casualmente a esta escoria frente a mí...
Lu gongzu camino dos pasos más hacia delante e hizo una señal al hombre tras el para que entrara, cerró la puerta y luego hablo calmadamente. —Rey Liu, por favor, pido su confianza para que lo escuche solo un minuto.
—Bien, veamos que tienes para decir, tienes un minuto para darme una razón de no matarte aquí mismo Fu Ming.
Jamás lo había visto, pero al escuchar su nombre tenía totalmente claro quién era y todo lo que había hecho, y aunque una parte de mí tenía un resentimiento grabado en mi corazón, otra pequeña parte sentía lástima y tristeza por la persona parada frente a mí.
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Xiao Bai: Pequeño blanco (En china es común apodar a los bebes, ya que hasta que nacen no son sombrados, es muy común que luego del primer mes reciban recién su nombre, por lo cual la mayoría tenía un apodo que los vinculará con el bebé. En este caso lo elegí tomando en cuenta nuestro Loto Blanco.)
Ger: prácticamente hombre capaz de concebir, sería lo más parecido a un doncel. Son hombres que nacen con la capacidad de engendrar vida de igual forma que una mujer, suelen ser de contextura más fina que los hombres comunes y suelen ser menos fuertes, la mayoría de los Ger son criados de la misma forma que las mujeres ya que se supone deben tomar el lugar de la "esposa" al casarse.