¿Que pasa cuándo el destino junta a dos personas que apenas logran llevarse bien? Embarcate junto a Agnes y Mateo en este viaje a descubrirse.
NovelToon tiene autorización de Adriana Martínez (V) para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capítulo V E I N T I T R É S: "Justo Así"
— Señora de Amato, ¿Acaso necesita ayuda también para vestirse? — Mateo hizo un sonido desaprobatorio con su boca, mientras caminaba con esa seguridad y ese maldito porte que siempre llevaba consigo.
— No es que necesite ayuda...— Iba a proseguir hablando y él me interrumpió.
— Ahhh, bueno, si no me necesitas entonces me iré abajo.— Se desvió con camino hacia la puerta de la habitación, él en verdad iba a irse.
— ¡No! Emm no te vayas, en verdad sí… bueno sí te necesito. — Su sonrisa ahora era de oreja a oreja. Yo sentía que me iba a congelar, el agua ya se había secado de mi cuerpo y mi cabello en mi espalda desprendía gotas que me recorrían las nalgas.
>> La cosa es que no traje ropa y me refiero a la íntima y a la casual. No tengo nada que colocarme y tampoco hay toallas acá.
— Ya, espera un momento.— Él se fue hacía una de las puertas que habían en la habitación y se tardó un momento.
>> Encontré una toalla, unos boxers nuevos y sólo está camisa. — Me extendió aquella camisa de botones y mangas largas, era de él. Suspiré.
— Esto es mejor que nada.
— No tendría ningún problema en que duermas sin nada.
— Ya quisieras.
— Eres mi esposa, eso no tendría nada de malo.
— No tiene nada de malo que tú recuerdes que esto es un contrato.
— Sí, sí, ya vístete necesito bañarme también.
Entre de nuevo al baño y me seque y prosegui a colocarme aquel bóxer, al menos estaba nuevo. La cosa es que se me resbala. No me queda maldita sea.
Mi ropa interior, aquella de encaje estaba arruinada no podía ponérmela y el brasier iba adjunto a la tanga y a al liguero, si llegase a ponérmela simplemente quizás se vería.
Le hice un pequeño nudo al bóxer y jajajaja me quedo relativamente bien, ajustadito. El problema era en mi cintura ya que es muy definida y pequeña, mis nalgas y caderas estaban bien. Me coloque la camisa y vaya sorpresa, es casi que transparente y mis pechos se ven aparte que no llevo brasier.
¿¡Dios mío, porqué?!
Enrolle la toalla en mi cabello y espere a que estuviese seco. La florecita que aguante.
Abrí la puerta del baño con sumo cuidado , ya mi cabello estaba húmedo y desenredado . No parecía una muñeca jajajaja. Cruce mis brazos sobre mis pechos de manera que no se viera nada.
— Ya puedes entrar a bañarte.
Me senté en la pequeña mini sala que se encontraba cerca al balcón y tomé una de las revistas, no sin antes colocar un cojín encima de mis pechos y acurrucar mis piernas para que no se me viera nadita.
— Allá, en aquel mueble hay una pequeña nevera ejecutiva, allí hay bebidas y algunas frutas cosechadas aquí en la hacienda, si gustas comer algo de ahí. En un rato llega nuestra cena.
Sólo asentí, no quería hacer muchos movimientos que delataran lo incómoda que me siento así con poca ropa frente a mi jefe.
Mateo entró a bañarse y yo pues me quedé aquí sentada y simplemente no supe en qué momento dejé de leer la revista y me recosté a pensar.
¿Qué será lo que habrá pasado entre Mateo y Marilyn? No entiendo, tantas cosas van a hacer que me duela la cabeza, también está su padre, ¿Porque tanta rivalidad entre ellos? Tampoco entiendo. Lo que si entiendo es que no sería bueno que me inmiscuya pero viviré con ellos por cinco largos años que es lo que dura mi contrato con Mateo y la verdad quisiera saber en qué me meto.
A veces quisiera saber más de la florecita, ayudarlo en buenos términos , pero luego recuerdo que él no me ayudó a mí en buenos términos. Además mi cuñado fue quién recuperó mis documentos y me devolvió mi identidad, claro, pero Mateo no me metió presa pudiendo hacerlo.
¡Dios padre santo de la creación! Quisiera reprocharte que desde que pusiste a Mateo en mi vida está se puso de cabezas, pero, la verdad es que tú y yo sabemos que no es así.
Antes con su llegada es que todo a tomado algún tipo de orden, volví a ser Agnes, conserve mi trabajo y no fui presa por suplantación de identidad.
Relativamente, todo está en orden.
Pero… aún hay algo, hay algo. ¿Qué será eso que me esconden mi hermana y mi cuñado? ¿Qué será lo que sucede?
¿Quién sería aquel hombre misterioso que me enviaba flores?
Muchas cosas están inconclusas aún.
Mañana buscaré la manera de ponerme en contacto con Theo, primero debo configurar mi teléfono para este país.
>> Te veo muy pensativa, ¿Estás bien?
— ¿Acaso pensar es un sinónimo de estar mal?
— Es de mala educación contestar una pregunta con otra, te mereces un castigo.
— Se me olvida que eres una florecita.
— ¿Nunca te han castigado no es así?
Se acercó a mí hasta quedar de frente, la toalla alrededor de su cintura y las gotitas de agua cayendo por su abdomen, que ahora que veo bien y de cerca ¡Dios mío! Debería ser un pecado estar tan bueno.
Lo sé, está mal que ande tirando babas por La Florecita pero, ¡Dios! ¿Quién en mi posición no babearía por semejante hombre? Aunque sea un capullo, el tipo tiene lo suyo.
— Supongo que no, nunca me han castigado.
No sé de dónde saqué la valentía para verlo directamente a los ojos.
Sentía corrientes eléctricas de solo mirarlo y tenerlo tan cerca.
El roce de la tela de la camisa en mis pezones, hacía estragos en mí y me estaba costando trabajo concentrarme.
— Ahora comprendo el porqué de tú inagotable insolencia.
— ¡No me digas! Casi no me doy cuenta. ¿Eres tan lento para todo Mateo?
— ¿Porque no lo averiguas Agnes? Ah, lo siento, es que se me olvida que eres una pequeña pulga cobarde.
Ya sentía obstinación en cada poro, ¿Se podía ser tan exasperante? No entiendo porque me llama pulga, sí, ya sé que él es más alto que yo y es que mide como un metro ochenta y cinco, en realidad es muy grande pero yo no soy tan pequeña tampoco.
Me levanté de un tirón del mueble y él hizo lo mismo.
— Cobarde no soy, una pulga tampoco.
Al ponerme de pie pude ver mi reflejo en el enorme ventanal del balcón y maldije por lo bajo, mis toronjitas se veían completas, los pezones estaban erectos y Mateo tenía su mirada justo ahí, fija ahí.
>> Eres un pervertido.
— ¿Me llamas pervertido a mi cuándo la que dejó ese liguero en el baño junto con una tanga y un brasier fuiste tú? Aparte de cobarde eres toda una pequeña…
Se acercó a mí, justo a mi oído.
>> Pervertida, esa es la palabra correcta Agnes. No creas, no me olvido de lo inmensamente rico y satisfactorio que fue hacerte gemir solo con un par de toques en mi auto. Moriría mil y un veces más por escucharlo de nuevo.
Mi cuerpo se encontraba temblando y se me era incapaz de separarlo de mí. Su mano subió delicadamente por mi pierna, alzando un poco la camisa, no sé porque yo deseaba su toque, yo deseaba sentir su piel contra la mía pero el muy desgraciado siguió subiendo y sólo llegó a mi seno derecho, por encima de la camisa tocó mi pezón y mordí mi labio para reprimir cualquier sonido.
>> Toque justo aquí, justo así.
Lo apretó, volvió a apretarlo fuerte y quería gritar, se sentía tan rico, juro que no quiero que pare. Comenzó a trazar ligeros círculos en el pezón.
>> Imagina cómo se sentiría mi piel con tú piel Agnes, qué sentirías si mi boca se pegará aquí.
Mis piernas temblaban.
No sé qué me pasa, pero soy incapaz de articular palabra alguna o detenerlo.
El gemido que estaba conteniendo salió de mis labios cuándo un pellizco fuerte en mi pezón me hizo sentir una descarga eléctrica por todo el cuerpo. La piel la tenía erizada y sentía que no podía estar más de pie.
Él se percató de aquello y colocó una de sus manos en mi cintura, mientras con cuidado me recostó en el sofá.
Sentía mi cuerpo arder en llamas cuándo fue dejando suaves besos en mi cuello, mientras que con sus manos iba desabrochando los botones de la camisa que llevaba puesta.
Gemí de nuevo cuando su mano tomó uno de mis pechos y bajó para tomarlo con su boca.
— ¡Mateo! Por favor…— Supliqué, mientras que mis manos se aferraban a sus cabellos haciendo presión para que su boca hiciera más ahí en mi pecho.
Me sentía morir, quería más, mucho más. Él se separó de mí y yo quería morir, con una voz seductora entonces me preguntó:
—¿Qué sucede Agnes?
Y…
Entonces…
Desperté.
...*************...
La crueldad, la deshonra a la vaca jajajaja ¿Que tal? Agnes tuvo un sueño húmedo.
Lo mejor de todo que con la florecita.
Disfruten florecitas Obsesiv@s❤️😘😘
Adry❤️🔥
si la empiezan ,por aquí no la terminan❓