La Villana Quiere Vivir

Blanco, todo está en blanco. No puedo sentir mis manos, mi brazo derecho se siente entumido, mi cuerpo... es como si estuviera adormecido. No puedo mover ningún solo músculo, quiero abrir mis ojos, pero pesan, pesan tanto como placas de metal.

Puedo sentir el viento acariciando mi cuerpo con su suave brisa. El traqueteo de las cortinas en la ventana, significa que el aire frívolo de la noche es quién provoca está sensación. ¿Qué sucede?, algo me impide despertar, ya he sentido esto antes. Puedo escuchar todo a mi alrededor, pero no puedo abrir mis ojos, no puedo reaccionar a un impulsó, tener una pizca de movilidad no estaría mal, hay momentos como este en los que deseo moverme, ¡El frío me está matando!.

Al parecer no hay nadie en la habitación, hasta hace un rato escuchaba mucho traqueteo, tal vez todos se fueron a dormir, pero yo no puedo dormir, no me siento cansada. Mi cabeza pesa, y me es difícil mover mi lengua. Siento los labios resecos, y algo malo le ocurre a mi cuerpo, emite mucho... mucho calor.

"Rosalie"

«Ese es, esa soy yo, yo soy Rosalie, ¿Quién me llama?. ¿De quién es esta voz?.» (habla en sus pensamientos)

"Rosalie"

«Estoy aquí, ¿Quién eres?. ¿Donde estás?. No puedo verte»

"Por aquí"

Volví la cabeza a un lado, sentí que mi cuerpo recuperaba la movilidad, pero cuando eso pasó, todo el escenario ante mí se volvió diferente.

"Rosalie"

«Ya voy, espérame, espera»

Me encontraba dentro de una cueva, las paredes eran rodeadas de cristales de color negro y perlados. Había un césped suave, unas flores pequeñas que olían a incienso, un arroyo que besaba las pequeñas piedras que subían en una pequeña colina, y una brisa suave que se encargaba de remover mi vestido y mi cabello.

"Rosalie"

Otra vez esa voz, se hace cada vez más clara, es suave y un poco ahogada, me llama con un tono dulce, aunque pareciera que estuviera ahogada en lágrimas. Proviene de sobre la pequeña montaña empinada, una luz se alza sobre la montaña y me permite ver la silueta encapuchada de una persona que avanza mientras se tambalea en cada paso.

"Rosalie, ayúdame"

—¡Espera!, ¡No te vayas!

Soy capaz de hablar, y puedo sentir cómo recupero la movilidad de mi cuerpo. Sin darme cuenta de que estaba plantada en el centro de un lugar desconocido, con el cabello despeinado y tan solo un camisón por vestido, comienzo a correr tras la figura que se desplazaba tras la montaña. Me agarraba del pasto, de las rocas, de cualquier cosa que me ayudara a subir la empinada montaña y seguir a aquella figura.

—Espera.... Espérame...

Al subir la empinada montaña mis ojos son cegados por una luz intensa, la silueta encapuchada que antes se tambaleaba mientras subía la montaña empinada está parada en el aire, levitando. El viento mueve la capa y su capucha se levanta un poco, dejando ver un rostro pálido, unos mechones de cabello rojizos, y una pequeña sonrisa. Mi respiración es entrecortada, no puedo mantener un ritmo estable de ella, y por lo tanto me es difícil pronunciar una palabra, pero aún así hago el esfuerzo.

—¿¡Q....quién eres!?

"Yo soy tu"

—¿Qué?

"Soy tu, y tú eres yo"

—No estés diciendo tonterías, ¿Quién demonios eres?. ¿Por qué me llamás?

"¡No soy un demonio!"

La silueta comienza a llorar, las lágrimas de color rojo salen de sus ojos y al desprenderse de su barbilla se convierten en pequeños cristales. Caen junto a sus pies, como si fueran interceptados por un suelo de vidrio donde se amontonan hasta volverse una gema de color rojo intenso.

"El me engañó, me quito todo"

Levanté la cabeza hacia la persona, y trague en seco, sentí que en ese momento no debía haberla seguido

—¿Quién?. ¿Quién te quito todo?

"¡Él!, El me engañó, me mintió, se marchó y luego... se robó mis lágrimas"

«¿Se robó sus lágrimas?»

Mirando los cristales como joyas preciosas que había bajo sus pies, entonces supe a que se refería. Sus lágrimas de sangre, se transformaban en pequeños cristales que al juntarse formaron gemas de sangre. Pero esto es completamente extraño, esto es un sueño, obviamente debe ser un sueño, no hay nadie que pueda llorar lágrimas de sangre.

—¿Que quieres de mí?

En un rápido movimiento mi cuerpo estaba levitando en frente del suyo, y sus lágrimas seguían corriendo por sus pálidas mejillas, cuando levantó su mirada y el viento movió su capucha, pude ver de qué se trataba. Una hermosa mujer, con la piel tan blanca como la nieve, el cabello tan rojo como el fuego, con sus ojos grandes de color dorado intenso que parecían querer derretirte, sus labios rosados y finos, y una luz que salía levemente de su silueta.

"Tienes que ayudarme, para eso has tomado este cuerpo"

—¿Este cuerpo?. «¿Habla del cuerpo de Cristal?. ¿Entonces... es por esa la razón por la que sobreviví?» Pero ¿como?. ¿Por qué yo?. ¿Por qué ahora?

"Porque... recibiste el enlace"

—¿Enlace?. ¿Cual enlace?. No, estás en un error, Por favor busca a alguien más, busca a otra persona

Su rostro confuso se tornó en silencio durante un par de minutos, hasta que me tomo las manos y comencé a sentir frío.

"Tú eres una extensión de mi"

Le mire a los ojos, mi visión se tornaba borrosa y amarillenta

"Tú tienes mi cristal, mi cristal de alma está en ti"

No entendía lo que decía, solo sabía que quería salir de aquí.

"Tienes que recuperar mis lágrimas, y las suyas, tienes que recuperar las lágrimas"

—No puedo, no puedo

"Esta es la misión que te doy, Rosalie, Cristal, debes recuperar las lágrimas"

—¡No puedo!. Estoy sola, no puedo hacerlo.

"Recuperarlas Rosalie... Recuperalas y vive"

—¡Aeremisa! —Su imagen se alejaba elevándose en el aire mientras me dejaba atrás— ¡Espera!, Yo no puedo, ¡Aeremisa!

Y justo cuando desapareció entre la luz de sobre la cueva, una luz tenue se levantó a mis espaldas, y al volver mi mirada pude sentir su latido. Un latido débil, que me llamaba con desesperación. Un latido que se conectaba tanto al mío, que parecía producto de un solo corazón. Mis pies me llevaron en recorrido hacia este latido, para terminar en una especie de nido gigante, de dónde el latido se hacía más intenso.

Subí por las piedras de grandes escalones que había a su lado, y al llegar pude verlos. Había un huevo de color negro gigante, media más que mi tamaño normal, algo así como 2 metros, pero al acercarme y colocar mi mano sobr este se sentía frío y carente de vida. En el suelo bajo sus pies habían varias ranuras, algunas tenían las formas que vi en las lágrimas de Aeremisa.

—¿Necesita... sus lágrimas?

Un fuerte dolor en el pecho me atrapó de golpe, y un latido desesperado comenzó a bombear en mi, la sensación de que me estuvieran quemando, jalandome hacia atrás, y cuando me di cuenta lo vi, un huevo de color pálido, más pequeño y menos brillante, de donde su interior se marcaba una luz con una silueta pequeña de la cual no sabía diferenciar la forma.

Me acerqué a él, era el mismo huevo que vi aquel día en la plaza en el festival de Polaris, el huevo que intente proteger, ¿Que está haciendo aquí?.

-Cris.....

Mi cabeza comenzó a pesar a la par que una voz conocida hacia acto de presencia.

-Cristal...

Otra vez la voz, ahora un poco más fuerte.

-Mi Cristal

—¿Maikel?

Es la voz de Maikel, puedo jurarlo, pero se siente diferente, más gruesa y firme

-mi frágil y hermosa Cristal —sus palabras se sentían entrecortadas, y no se podía distinguir bien que decía— no puedo (...) vivir sin ti

—¿Maikel?, ¿Qué estás diciendo?. ¿Donde estas?

-Te espere tanto tiempo, te espere (...)

—Agh —Agarre mi pecho, una pequeña luz comenzaba a formarse en este— Maikel, ¡Maikel! —Comence a correr mientras perseguía la voz de Maikel—

-No me dejes

—¡¡Maikel!!. ¡No voy a dejarte!, Maikel

La voz de Maikel estaba frente a mi, una sombra comenzaba a dibujarse, la figura de aquel pequeño niño de cabellos color fresa comenzaba a alejarse mientras lloraba, y yo solo corría con mas fuerza mientras extendía mi mano intentando alcanzarle

-Cristal

—¡Estoy aquí, Maikel, no te vayas, no te vayas de mi lado!

sentí como alguien sujetaba mi mano, la figura del pequeño Maikel desapareció frente a mi, y al mirar quién agarraba mi mano vi un joven alto, con buen cuerpo y músculos, un rostro fino que parecía tallado por los ángeles, con un cabello color fresa intenso, y al ver esos ojos de color ámbar intenso llorando, mientras me miraba suplicante sentí mi corazón oprimirse

-¡Cristal, no me dejes!

Su voz familiar y su cálido agarre mi hizo reaccionar, y una luz cegó mis ojos. Para cuando abrí nuevamente los ojos, estaba la luz del día con un gran resplandor que se colaba desde la ventana, aún no podía mover mi cuerpo con facilidad, algunos músculos estaban entumecidos, pero podía girar mi cuello y mover mi boca imitando algunos sonidos.

Giré mi cabeza para observar donde estaba, y pude notar que estaba en la habitación de la dueña original de este cuerpo, y la imagen que vi a mi lado me causo un fuerte impacto.

—Ahhhhhhh!!!

La imagen de aquel apuesto y sexy joven durmiendo junto a mi, con su rostro a escasos centímetros del mío, me llevo a despertarle de un grito