Sinopsis de Cruel Verdad Mathew Wells llevaba una vida tranquila y reservada hasta que un mensaje inesperado de Alec Moon, su antiguo compañero de secundaria y ahora famoso cantante, desata un peligroso juego de emociones. Lo que comienza como un romance lleno de ilusión rápidamente se convierte en una red de mentiras, manipulación y venganza. A medida que ambos caen en el oscuro abismo de sus propios secretos, el amor y el odio se entrelazan en una lucha donde nadie es quien parece. En el mundo de Cruel Verdad, la mayor traición puede venir del corazón… ¿hasta dónde llegarías para conocer la verdad
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Capítulo 21: Frutos del Esfuerzo
Con el paso del tiempo, Raíces Profundas no solo se convirtió en un negocio exitoso, sino también en un punto de encuentro para la comunidad. El pequeño invernadero y el espacio exterior se llenaban cada día de personas que no solo venían a comprar plantas, sino que también encontraban un rincón donde relajarse, conversar y conectar. Alec y Mathew organizaban talleres de jardinería, eventos comunitarios, e incluso tardes de café y charlas al aire libre, creando un ambiente cálido y acogedor.
La vida en la Toscana continuó brindándoles momentos de paz y satisfacción. Alec y Mathew habían encontrado un equilibrio entre el trabajo y la vida personal, disfrutando cada día de lo que habían construido juntos. Las colinas verdes, los atardeceres dorados y el aire fresco de la campiña les recordaban constantemente que el esfuerzo, la paciencia y el amor podían crear algo tan hermoso y duradero como lo que habían logrado.
Sin embargo, el tiempo también les traía retos y decisiones importantes. Un día, Mathew recibió una llamada inesperada desde su país de origen. Su hermana, a quien no había visto en años, le informó que estaba esperando su primer hijo. La noticia lo llenó de emoción y nostalgia, recordándole sus raíces y la familia que había dejado atrás cuando decidió embarcarse en esta aventura con Alec.
Aquella noche, mientras estaban sentados en el jardín de invierno, Mathew compartió la noticia con Alec. Su rostro reflejaba una mezcla de felicidad y melancolía.
“Mi hermana está esperando un bebé,” dijo Mathew, su voz suave pero llena de emoción. “Me encantaría estar allí para conocerlo, para ser parte de su vida de alguna manera.”
Alec lo miró, entendiendo de inmediato la importancia de esas palabras. Sabía cuánto significaba la familia para Mathew y cómo el tiempo y la distancia habían marcado su relación con ella. Con una sonrisa de apoyo, tomó su mano.
“¿Te gustaría ir a visitarla?” preguntó Alec, sus ojos llenos de comprensión.
Mathew asintió, sintiendo un nudo en la garganta. “Sí, me encantaría. Pero no quiero dejar todo lo que tenemos aquí. Raíces Profundas, nuestro hogar… no quiero que esto se interrumpa.”
Alec le sonrió con ternura. “Mathew, este es tu hogar y siempre lo será, pero eso no significa que no puedas visitar a tu familia. Estoy seguro de que podemos organizar las cosas aquí para que puedas ir sin preocupaciones. Y cuando estés listo para regresar, aquí estaré, esperando.”
Mathew sintió una profunda gratitud hacia Alec, quien comprendía sus deseos sin que tuviera que explicar nada. Sabía que irse por un tiempo no significaba abandonar lo que habían construido, sino que le permitiría reconectar con una parte de sí mismo que había dejado atrás.
Con el apoyo de Alec y los amigos que habían hecho en el pueblo, Mathew comenzó a organizar su viaje. Durante las siguientes semanas, trabajaron juntos para asegurarse de que Raíces Profundas pudiera funcionar sin problemas en su ausencia. Alec se encargaría de las operaciones diarias, con la ayuda de algunos vecinos y amigos que se ofrecieron para colaborar.
El día de la partida llegó más rápido de lo que Mathew hubiera deseado. Mientras hacía su maleta, Alec lo observaba en silencio, con una mezcla de orgullo y tristeza. Era la primera vez que se separarían desde que comenzaron su vida juntos, y aunque confiaba en la solidez de su relación, sentía un vacío en el pecho.
Antes de salir hacia el aeropuerto, Alec tomó a Mathew en sus brazos, sosteniéndolo con fuerza. “Te voy a extrañar cada día, pero quiero que aproveches esta oportunidad. Reconecta con tu familia, abraza a tu hermana y disfruta de cada momento. Aquí siempre tendrás un hogar al que regresar.”
Mathew sonrió, visiblemente emocionado. “Gracias, Alec. No sé qué haría sin ti. Prometo volver pronto.”
Con un último abrazo, Mathew se despidió, dejándolo a Alec con una sensación agridulce. Verlo partir era difícil, pero también sabía que este viaje era necesario para él.
Durante los días que siguieron, Alec se volcó completamente en Raíces Profundas. Con el apoyo de sus amigos y la comunidad, mantuvo el negocio funcionando y encontró en el trabajo una forma de mitigar la ausencia de Mathew. Aun así, las noches eran solitarias y cada rincón de la casa le recordaba a su compañero. Sin embargo, el amor que sentía lo sostenía, y confiaba en que este tiempo los fortalecería aún más.
Por su parte, Mathew aprovechó cada momento en su país de origen. Reconectó con su hermana y su familia, compartiendo historias y momentos que le recordaban sus raíces y lo llenaban de una nueva energía. En su ausencia, comprendió cuán profundo era su amor por Alec y lo mucho que deseaba regresar para compartir su vida juntos en ese rincón de la Toscana que habían convertido en su hogar.
Las semanas pasaron, y finalmente, llegó el día del regreso. Mathew, con el corazón lleno de recuerdos y nuevas experiencias, tomó el vuelo de vuelta con la certeza de que el hogar que había encontrado junto a Alec era donde realmente pertenecía.
Alec, quien había estado contando los días, esperó en el aeropuerto con una mezcla de nerviosismo y emoción. Cuando vio a Mathew aparecer entre la multitud, su corazón se llenó de alegría. Corrió hacia él, y ambos se abrazaron, sintiendo cómo la ausencia había fortalecido su vínculo.
“Bienvenido a casa, Mathew,” susurró Alec, sin soltarlo.
“Estoy en casa, Alec,” respondió Mathew, sus ojos llenos de amor. “Gracias por esperarme. No hay lugar en el mundo donde prefiera estar que aquí, contigo.”
Esa noche, celebraron el regreso de Mathew con una cena especial en el jardín de invierno, rodeados de sus plantas y flores, en un ambiente cálido que simbolizaba el hogar que habían construido. La distancia, en lugar de debilitarlos, les había recordado la profundidad de su amor y la importancia de tener un lugar donde siempre pudieran regresar.
Mientras la noche avanzaba y las estrellas brillaban sobre ellos, Alec y Mathew comprendieron que su relación era como aquellas plantas que habían cultivado en Raíces Profundas: resistentes, llenas de vida, y capaces de florecer incluso después de un tiempo de separación. Y así, bajo el cielo estrellado de la Toscana, reafirmaron su promesa de estar juntos, sabiendo que, sin importar las circunstancias, siempre encontrarían el camino de regreso a casa, uno al lado del otro.
La dirección que le diste a la historia me gustó, les diste la oportunidad de acercarce y enamorse, aprender lo que era el verdadero Amor y la confianza de tener a la persona especial, que comprende y ayuda a mejorar la forma de ser!!
Autor@ te felicito, es un gran trabajo. El Amor es un sentimiento, que muy pocos logramos encontrar y entenderlo y valorarlo, cuesta mucho trabajo y alegría y unas veces mucho dolor!!!
Espero encontrar más trabajos tuyos, tienes mucho talento e inspiración, pero sobre todo, Amor por tu trabajo!!!