En un mundo donde el dolor y la traición se entrelazan, Gabriel ha vivido toda su vida con un solo propósito: vengar la muerte de sus padres, asesinados por una poderosa familia que se mueve en las sombras. Con un corazón marcado por la pérdida, Gabriel traza un plan meticuloso para infiltrarse en su enemigo. Pero lo que no anticipa es la conexión inesperada que formará con Valeria, una joven valiente y llena de vida, que se convierte en su cómplice involuntaria. Mientras Gabriel utiliza a Valeria como un peón en su juego de venganza, ambos se ven atrapados en una red de secretos y mentiras. La línea entre el amor y el odio se difumina, y Gabriel debe enfrentarse a la pregunta más difícil de todas: ¿puede el amor nacer del deseo de venganza? En un desenlace lleno de giros inesperados, “La mentira” te llevará a través de un viaje emocional donde la redención podría ser la única salida.
NovelToon tiene autorización de Crisbella para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capítulo XXII La noche más oscura
Los meses seguían pasando y Valeria se estaba recuperando favorablemente. Ya le habían dado de alta junto a su bebé, Jess. Su hija era un regalo del cielo, una luz en medio de la noche más oscura que jamás había vivido: la noche en que el amor de su vida le pidió el divorcio y su cuerpo no resistió más el dolor que había sufrido toda su vida.
Pov
“Quiero el divorcio”, dijo Gabriel furioso.
“Está bien, no tendrás problemas conmigo, te daré el divorcio sin objetar”, respondió Valeria con el corazón destrozado.
Después de la discusión y tras la marcha de Gabriel, Valeria se sintió mal. Quería contarle sobre su hija y la enfermedad que la agobiaba, pero él prefirió irse con su ex. Fue entonces cuando comprendió que Gabriel nunca la amaría. Decidida a marcharse, le dejó una carta de despedida que escribió con el corazón hecho pedazos. Al salir de la habitación, se encontró con Irene, pero su cuerpo no pudo aguantar más y los signos de una enfermedad letal comenzaron a hacerse visibles.
Llena de miedo, Irene llevó a Valeria a la clínica de Salvador, sin saber que esa sería la última vez que la vería. Después de estabilizar los signos vitales de Valeria y simular una supuesta operación, ella recobró el conocimiento. Fue entonces cuando su hermano aprovechó para contarle toda la verdad sobre su origen. La impresión fue muy fuerte para Valeria; se enteraba de que realmente nunca había sido una Arismendi, sino una Linares. Era confuso para ella entenderlo en ese momento; lo único que sabía era que si no fingía su muerte, los Arismendi irían por ella y acabarían con su vida. Llena de miedo por la vida de su bebé, decidió aceptar su muerte y dejó que Salvador se hiciera cargo de todo.
Después de que todos creyeron que estaba muerta, la sacaron del país y en el extranjero comenzó un tratamiento para mantenerse estable hasta el nacimiento de su hija. Una vez nació Jess, fue intervenida quirúrgicamente y su tumor fue removido en su totalidad.
**Fin del recuerdo.**
Era hora de regresar; su abuela así lo había pedido y aunque Salvador insistió en que no volviera a ese horrible mundo, ella había tomado una decisión: recuperar lo que esa familia le había quitado. También sabía que tendría que enfrentarse a Gabriel, ya que él había creído que estaba muerta. Sin embargo, entre ellos no había ni habría nada, pues Gabriel ahora estaba casado con Aurora, su verdadero amor; por lo tanto, no había posibilidad de que hubiera algo entre ellos.
Valeria miraba por la ventana del auto, sintiendo cómo la adrenalina corría por sus venas. La ciudad había cambiado desde su partida, pero el aire seguía impregnado de recuerdos. Al llegar al evento de beneficencia organizado por los Arismendi, su corazón latía con fuerza. Sabía que Gabriel estaría allí, y esa idea le provocaba una mezcla de emoción y nerviosismo.
La gran mansión, decorada con luces brillantes y flores elegantes, estaba llena de gente adinerada que reía y conversaba animadamente. Valeria respiró hondo y se ajustó el vestido negro que había elegido para la ocasión, un diseño clásico que resaltaba su figura con elegancia. Sabía que su entrada tenía que ser memorable.
Mientras se acercaba a la entrada principal, la música suave llenaba el aire, y los murmullos se apagaron momentáneamente cuando ella comenzó a cruzar el umbral. Con cada paso, sentía todas las miradas dirigidas hacia ella. La transformación era palpable: había pasado de ser una mujer rota a una guerrera decidida a reclamar su lugar en ese mundo.
Al llegar al centro del salón, Valeria levantó la cabeza con seguridad y sonrió. Los murmullos comenzaron a crecer entre los asistentes. Ella podía ver a Gabriel al otro lado de la sala, su rostro se tornó pálido al reconocerla. La incredulidad en sus ojos era evidente; no podía creer que Valeria estuviera allí.
“¡Valeria!” exclamó Aurora, quien estaba a su lado. La sorpresa en su voz resonó en el ambiente como un eco. Valeria sonrió amablemente, aunque en su interior sabía que Aurora no era su enemiga; era simplemente otra víctima de las circunstancias.
“Hola, Aurora”, dijo Valeria con un tono firme pero cordial. Su mirada se desvió hacia Gabriel, quien aún parecía estar asimilando lo que estaba sucediendo. “He vuelto”.
La tensión en el ambiente era palpable. Todos los presentes estaban expectantes ante el desenlace de esta escena inesperada. Valeria sabía que debía mantener la compostura; no podía darles el placer de ver cómo sus emociones la dominaban.
Gabriel finalmente se acercó, sus pasos vacilantes contrastaban con la determinación de Valeria. “No puedo creerlo... Pensé que estabas muerta”, murmuró él, incapaz de ocultar su asombro.
“Y tú pensaste que podrías seguir adelante sin mí”, respondió Valeria con una voz clara y decidida. “Pero aquí estoy para demostrarte que he sobrevivido y he aprendido a vivir sin ti”.
Las palabras resonaron como un trueno en el salón lleno de gente. Había llegado el momento de enfrentar no solo a Gabriel, sino también a los fantasmas del pasado que había dejado atrás.
La noche continuó con risas y bailes, pero para Valeria todo se reducía a este momento: recuperar su voz y reclamar su historia. La vida le había dado otra oportunidad y no iba a desperdiciarla. Jess era su luz y ella sería el faro que la guiaría hacia un nuevo futuro.
Y así comenzó una nueva etapa: una lucha por lo que le pertenecía y un viaje hacia la libertad emocional que siempre había anhelado.
Ismael se acercó a ella atribulado por la sorpresa de volver a verla, no podía creer que la muchacha hubiera sobrevivido, él mismo vio el cuerpo de su hija siendo incinerado, no entendía que estaba pasando.
“¿Como es que estás aquí?”, pregunto Ismael con sorpresa.
“He venido a recuperar lo que ustedes me quitaron, fueron unos canallas al separarme de mi verdadera familia y solo para hacerme pagar por algo que yo nunca entendí”, las palabras de Valeria resonaron en el aire, dejando a los presentes en estado de shock. Diego quien se mantuvo en la distancia se puso más serio de lo que estaba, Valeria había regresado y con la verdad de su origen al descubierto.