Carolina se ha enamorado de la persona que no debía, pero lucha cada día para que ese hombre la mire como su pareja y no como lo que realmente es, parte de su familia
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Capítulo 22 – La Boda Parte III
Estaba a punto de contestarle cuando mi padre se acercó con cara de pocos amigos, parecía un toro después de enseñarle el color rojo.
-¿Qué haces aquí con este tipo? – me dijo, casi que me gritó el muy abusador
-Estoy hablando con este amable señor, hasta donde yo sé puedo hablar con quien yo quiera y era amigo de mi madre ¿Cuál es el problema? – le dije bastante molesta
-El no era ningún amigo de tu madre, él ni siquiera debería nombrar a tu madre, no sabes el daño que le hizo – me contestó
-Lo supiera si me lo cuentas pero como no me tratas sino para hacerme entender que te molesta mi presencia – le dije en el mismo tono
-Yo creo que mejor me voy no quiero generar más molestias – dijo Alfredo retirándose
-No te vuelvas a acercar a mi hija mas nunca en tu vida – le dijo agarrándolo por un brazo
Vi que este se soltó de su agarre y solo siguió su camino.
-Ahora si soy tu hija, porque cuando me echaste de tu casa ese rango me quedaba muy alto – le dije con toda la rabia que tenía retenida
-Vamos a hacer una cosa, te voy a ofrecer un trato, veo que estas muy feliz con el supuesto novio que trajiste, cásate con él o con quien sea, cásate y yo mismo te llevaré al altar, mi regalo de bodas serán las respuestas a todas las preguntas que tienes y además, tengo un almacén donde guardé todas las cosas que te dejó tu madre, sólo casete y al día siguiente todo será tuyo – me dijo con malicia.
El sabía que yo tenía muchísimas preguntas y que iba a hacer lo posible para saber las respuestas.
-No está en mis planes casarme y a todas estas ¿Qué ganas tu si yo me caso? No me gustan la medias verdades y siento que aquí hay unas cuantas – le dije
-Sólo es una proposición, yo no gano ni pierdo, solo cumpliría un sueño de tu madre, tu sabes que ella siempre quiso verte casada y con una hermosa boda como esta, la estarías haciendo feliz en el más allá y yo dejaría de pagar el almacén donde están esas cosas – me dijo con una sonrisa que sólo denotaba maldad
-No me voy a casar porque a ti te dé la gana, sabes que no me gustan tus manipulaciones y no creo en tu palabra – le dije
-Tranquila que ya te haré llegar algo que te muestre que digo la verdad, como para que me tengas confianza – respondió
De pronto llegó mi rubio y creo que sintió que el ambiente estaba tenso, por lo que dijo uno de esos comentarios que solo él sabe hacer.
-Suegro no me diga que se portó mal mi hermosa novia y me la esta regañando – dijo mirándolo mientras me abrazaba y ponía un beso en mi cabeza
-No, solo le estaba dando mi bendición para una posible boda entre ustedes, es que este tipo de eventos me pone melancólico – dijo con una expresión maliciosa
-Nosotros no creemos en el matrimonio, hay personas que viven amándose muchos años sin casarse y otras que se casan y parece más bien que se odiaran, las cosas no hay que presionarlas – dijo
-Me haría muy feliz ver a mi hija casada con un buen muchacho como tu – respondió
-Si no le ha hecho feliz los logros que ha tenido su hija en toda su vida no creo que un matrimonio con un hombre millonario lo logre, pero de todos modos nos vamos a divertir un rato – dijo mientras me halaba a la pista de baile
En todo lo que quedó de fiesta mi padre no se me acercó, creo que nadie se me acercaba, solo tenía a Peter para disfrutar el momento.
Vimos a los novios irse a su luna de miel, luego de un rato todos comenzaron a irse y entre ellos nosotros dos.
Al llegar nos fuimos a descansar y no vi a mi padre las pocas horas que estuve en esa casa después de la fiesta, al día siguiente salía mi vuelo y trate de pasar unas cuantas horas con mi abuela.
Al irnos nos abrazamos y quedamos con la promesa de volvernos a ver nuevamente cuando regresara a visitar a Sebastián, es difícil que eso suceda pero no puedo decir otra cosa.
Cuando estábamos en el aeropuerto noté a Peter un poco raro, no sé si aun tenia resaca o algo le sucedía, pero mientras esperábamos el vuelo me dijo esas palabras que no quería escuchar pero que sabía que en algún momento iban a llegar.
-Quiero que al regresar hablemos de nosotros, no tiene que ser al descender el avión pero me gustaría saber si estamos en el mismo camino – me dijo sin siquiera mirarme
Yo sólo asentí y el mismo comenzó a hablar de otra cosa.
El vuelo fue largo y aburrido, por lo que o aproveché para dormir, al día siguiente debía comenzar de nuevo con la búsqueda de empleo y debía pensar acerca de las palabras de Peter, debía decidir si darle una oportunidad o seguir esperando por un amor que no iba a llegar a ningún lado.
También debía tomar en cuenta que supuestamente estaba de novio conmigo y se acostó con otra, no sé qué hacer porque no puedo reprocharle nada porque en realidad el y yo no tenemos nada.
Yo me siento muy bien con él, me agrada como me trata, cuando hemos estado a solas compartimos excelentemente y sus besos me encantan, me hacen sentir en un lugar seguro, me siento especial cuando estoy con él, pero Sebastián me vuelve loca es esa locura que te envuelve y te trastorna al nivel que siempre quieres más.
Debo escoger entre el hombre que me da seguridad y le aporta equilibrio a mi vida o seguir esperando por un amor imposible que cada vez está más lejos de mi.