Esclavo De Tus Curvas

[CHRISTIAN]

Se encontraba en su trabajo cuando tuvo una visita inesperada para él. De mala gana dejó de escribirle a su sirena.

Christian- ¿A que debo tu visita madre?

Lisandra- Vine a hablar contigo, supongo que te debo una disculpa. - suspiró- Tu padre habló conmigo.

Christian- Entiendo madre gracias. - dijo con indiferencia.

Lisandra- Hijo para ti es fácil juzgarme por que no tienes hijos. Me preocupo por ti, tal vez no de la manera mas apropiada para tus ojos. Pero es lo que hago, trato de cuidarte. Quiero que tengas una buena vida, un buen trabajo y una mujer que se la indicada para ti. Esa chica...

Christian- Es la mujer que amo madre.- interrumpió- No la conoces y tampoco lo has querido hacer. Juzgas sólo por que está casada... pero no sabes una mierda de su vida. Del infierno que vive con ese imbécil. Yo quiero hacerla felíz, quiero ser el hombre que ella necesita a su lado.

Lisandra- Bueno me parece bien... entonces ¿qué consideras tu que significa ser el hombre indicado para ella? Esa chica está acostumbrada a vivir una vida de lujos. ¿Que puedes ofrecerle ahora? ¿Qué te hace pensar que un día ella no se cansará de esa aventura?

Christian- Ella me ama por quien soy, no es una mujer frívola como tu.

Lisandra- ¿Estás seguro? En unos meses crees conocerla muy bien, pero no lo haces. Lo peor es que me ofendes por una aparecida. Yo fuí quien te crió Christian. Juré protegerte cuando estabas en mi vientre. Así que no te atrevas a decirme frívola sólo por que pienso en mi hijo.

Christian- Tu hijo está bien y hace lo que mas le llena. Está con una mujer que ama y tu en vez de apoyarme... sólo me críticas. Por una vez en tu vida confía en mi. Por favor madre...

Ella se le quedó mirando y luego asintió.

Lisandra- Esta bien... está vez confiaré en ti. Pero si todo sale mal al final... vuelve a la empresa.

Christian- De acuerdo madre... aunque tengo fe de que todo saldrá bien.

Lisandra- Eso espero hijo... por que sería muy triste verte con el corazón roto. En fin ya me voy, ven pronto a visitarnos.

Ella le dió un beso en la mejilla y se fué. Su madre era frustrante y odiaba cuando decía cosas que lo dejaban pensativo. No quería perder a su sirena, se sentía muy felíz teniéndola con él viviendo. Todo parecía perfecto entre ellos... ¿Pero y si realmente necesitaba esos lujos? ¿Realmente lo dejaría sólo por eso? Su madre si que supo joder su tarde. Se sentó molesto en su escritorio. No quería pensar mas en eso. Entonces decidió sumergirse en el trabajo.

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Su sirena andaba en la cama mientras él salía de bañarse. Mierda ella era muy sensual. Su sonrisa lo mataba, se alegraba tenerla con él después de ese maldito día.

Se tiró en la cama con ella y la abrazó. Ella lo besó en los labios sonriendo.

Priscila- ¿Que te tiene tan serio?

Christian- Es sólo cansancio sirena...

Priscila- Te conozco Christian, se que algo te pasa. ¿Que está mal? - preguntó preocupada

Christian- Estoy bien mi amor, mi madre sólo vino a joderme el día. Fué a verme y tuvimos una plática bastante difícil.

Priscila- Lamento crearte problemas... todo esto es mi culpa.

Christian- No es culpa de nadie sirena, nosotros nos amamos y la gente debe aceptarlo. Al final del día es un tema que a ella ni a nadie le concierne.

Priscila- No quiero que te pelees con tu madre por mi culpa.

Christian- No peleo con ella por tu culpa, mas bien por la culpa de ella. Juega con mi cabeza para que yo haga lo que ella desea.

Priscila- ¿Que quiere que hagas?

Christian- Quiere que trabaje en la empresa...

Priscila- Se que no quieres eso, yo se que tendrás mucho éxito en todo lo que te propongas. Realmente deseo estar a tu lado apoyándote en tu camino a cumplirlos.

Christian- Eres maravillosa sirena... te juro que tu eres lo único que necesito en esta vida. Te amo demasiado.

Él la besó y se sintió mas tranquilo. Su madre sólo exageraba, su sirena no era ese tipo de persona. La verdad en esos días que llevaban viviendo juntos, ella no se había quejado ni una sola vez. No tenían una sirvienta y ella felizmente lo ayudaba a limpiar la casa. De hecho era muy mandona al momento de ordenar. Siempre cocinaba, descubrió que le encantaba hacerlo y eso le pareció interesante. Sabía que ella sería una excelente esposa y madre. Cada día conocía cosas de ella que le encantaba. Ella era la mujer que él siempre había necesitado. Era su ángel, su salvación.

Ella se levantó de la cama y la vió moverse al balcón. Mierda no podía dejar de ver el movimiento de su precioso culo. Con sólo verla le causaba una erección. Y era un problema por que la veía todo el tiempo, lo que evitaba que parara. Fué con ella y la abrazó por la espalda. Ella comenzó a reír y este besó su cuello. Su preciosa piel era tan suave y delicada.

Priscila- Creo que ese amigo necesita atención.

Christian- ¿Qué haré contigo sirena? Me vuelves loco... no puedo apartar mis manos de tu precioso cuerpo.

Ella soltó un gemido por sus palabras y luego metió su mano dentro de su ropa interior. Mientras besaba su cuello... ella era tan deliciosa. Su olor a caramelo lo enloquecía, lo tenía impregnado en él. Se introdujo dentro de ella y esta se agarró de la barandilla del balcón. Sus movimientos eran lentos, le encantaba disfrutarla y sentir todo su ser.

Priscila- Christian... te amo.

Christian- Yo también te amo Priscila.

Comenzó a moverse de manera salvaje, esa mujer lo tenía mal muy mal. Quería estar muy dentro de ella. Luego de varias embestidas y una sección de gemidos intensos... explotaron. Al terminar la volteó y la besó.

Christian- Eres tan preciosa... no puedo tener las manos lejos de ti.

Priscila- Me parece perfecto... - dijo sonriendo

Christian- Te has convertido en una traviesa...

Priscila- Tengo al mejor maestro.

Christian- Este maestro no a acabado contigo.

Luego la levantó en brazos haciéndola reír y metiéndola con él en la bañera, donde hubo otra sección de amor.

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UNOS DÍAS DESPUÉS

Hacía unas horas desde la última vez que se comunicó con su sirena. Se le hacía muy extraño siempre se mantenía escribiéndole. Cuando llegó al apartamento todo estaba apagado. No había rastro de ella. Quizás estuviera con su hermana. Decidió llamar a Mike.

Mike- Dime hermano.

Christian- Oye... ¿estás con Alana?

Mike- Si,¿por que?

Christian- ¿Podrías pasarmela un momento?

Mike- Okay.

Alana- ¿Hola?

Christian- Alana, ¿estuviste con mi sirena hoy?

Alana- Si, en la tarde a eso de las 5 estuvimos juntas. Luego la dejé frente al apartamento.

Christian- Ella no está aquí...

Alana- Eso es imposible... vamos para allá.

Cuando llegaron él estaba preocupado. No entendía por que Priscila no respondía.

Alana- Su teléfono sale como apagado y eso no tiene sentido. Tampoco a ido a casa de nuestros padres.

Christian- La única persona de la que sospecho es del imbécil.

Alana- No quiero ni pensar en eso... él podría lastimarla. Y la maldita policía no la buscará hasta que pasen 24 horas. ¿Qué vamos a hacer?

Mierda... como ese hijo de puta le hiciera daño a su mujer lo mataría. Pero no quería imaginar que le haría.

Christian- Vamos a la casa de ese hijo de puta. No me importa quien se interponga.

Él salió del apartamento furioso, recuperaría a su sirena aunque le costara la vida en eso. Sólo le pedía a Dios que ella estuviera bien.