Hannah sólo fue una apuesta para él y eso arruinó su vida
Él necesita trabajo y ella será su jefa
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Capítulo 22 cicatriz
David
Hannah me ofreció veinte mil dólares, eso fue lo que apostamos por su virginidad. Lo hice por demostrar que podía enamorar a quien quisiera, no por el dinero porque tenía demasiado pero no había nada interesante que apostar.
Ahora veo ese dinero y representa muchas cosas que no tengo. Recuerdo cuando vendí todo lo que tenía para poder pagarme mis estudios o hasta cuando contaba mi poco dinero y lo administraba para poder comer todo el mes. Ahora ese dinero significa tanto pero de nada me sirve para reparar lo que le hice
Lo peor fue cuando la humille en público y le dije que agradeciera que le hice el favor porque nadie más lo haría. Todos estallaron en risas pero al verla a ella me arrepentí, al menos debería haber sido un caballero y no humillarla así delante de todos. Pero me comporte como un pendejo.
Siempre fue hermosa, en aquel momento tenía unos kilos de más y disfrute teniendo sexo, no me contuve porque se sentía rico y quería más. No le di ni un beso, no me quedé un rato con ella, no hice nada de lo que debería haber hecho.
Ahora se ve hermosa y tiene un cuerpo de infarto pero por dentro ya no existe la chica con la que estuve, la que era amor y dulzura, ahora no tiene sentimientos, su mirada es fría y no tierna. Ahora me ve con odio en vez de sonreír como antes. Antes creía en el amor de cuentos y ahora me paga por la lección de que el amor es una mierda
La pregunta que más ronda en mi mente es ¿Dónde estuve cuando más me necesitaba? No entiendo que significa. Dijo reiteradas veces que arruine su vida pero no es cierto. ¿Cómo le arruino la vida a una persona por solo quitarle la virginidad? No es posible
Me acerque a la habitación y la escuché llorar y me sentí como una mierda. Está así por mi culpa y encerrada aquí conmigo.
Preparé una merienda como a ella le gustaba y hacia cada vez que iba a su casa. Un capuchino, tostadas con Nutella y un chocolate pequeño. Puse todo en una bandeja y fui a su habitación
Golpeé la puerta y no obtuve respuesta, así que volví a golpear
-*Largate
-No lo haré, abre la puerta
-No, déjame en paz*
Abrí y la ví acostada boca abajo con la cara enterrada en la almohada. Se había colocado un pequeño pijama que mostraba más de lo que podía resistir. Puse mi mano en su brazo y se alejó de mí rápidamente
-No me toques, lárgate de aquí, no tienes permiso de entrar
-Vine a traerte algo, no me obligues a girarte
-Dejame en paz
-Date la vuelta o lo hago yo
Ella se giró y lo primero que ví fueron sus ojos enrojecidos e hinchados pero algo más llamó mi atención y fue una cicatriz en su abdomen, no era grande pero era extraña. Iba a tocarla, solo fue un impulso y ella se cubrió y alejó de mí
-¿*Que crees que haces?
-¿Que te pasó ahí?
-Deberías saberlo tu mejor que nadie
-¿Yo? ¿Por qué?
-Porque este fue el precio de tu maldita apuesta
-¿Que?
-¿A qué viniste?
-Te traje esto, recuerdo que te gustaba y creí que no habías comido nada*