Pasiones Prohibidas

Vi como una bailarina subía a la tarima del club era la misma mujer, su antifaz era el mismo, solo cambió su vestuario —Aparte del baile en la tarima, ¿qué más ofrecen en el lugar? —pregunte para indagar más de la vida de los trabajadores, cosa que nunca me había interesado en la vida.

—Las bailarinas ofrecen bailes en un cubículo privado, solo bailan al cliente, no se les permite tocarlas, si no es su consentimiento, ellas deciden hasta donde llevar el acto —respondió, ocasionando que una sonrisa de medio lado saliera de mis labios.

—¿Quiénes bailan? —pregunte mientras miraba atreves del vidrio que la chica que me había puesto mi cordura de cabeza esta noche, iba tomando lugar en la tarima.

—¿Ella es una de las bailarinas?, pregunte mientras miles de escenarios en cómo la pondría pasaban por mi cabeza.

—¡No! Ella no ofrece servicios, solo es mesera, y da el baile que va a realizar en estos momentos, respondió él hombre dañando todos mis planes.

Me pare y empecé a ver atravez del cristal dándole la espalda mientras el seguia hablando —son quince en total usted puede elegir segun su preferencia, la que quiera le alistare en este momento, con exclusividad —decía mientras yo no podía quitar mi vista de la mujer que bailaba en la tarima.

—Quiero a la chica que esta bailando en la tarima, dije sin moverme del sitio en el que me encontraba, ya que estaba teniendo un problema entre mi entrepierna, cada movimiento de esa chica, me estaba matando, nada se me ha negado en la vida y ella no será la excepción.

—Ella no puede, respondió nervioso.

Respire profundamente, di una vuelta y me dirigí hacia él, lo sostuve del cuello y con la tranquilidad que más pude tener pregunte — ¿Puedo saber por qué?

—Ella es alguien especial, solo trabaja aquí para ayudarse —dijo con voz temblorosa.

—¿No te dijeron, que no acepto un no por respuesta?

—No la puedo obligar, ¡Puedo preguntar!, ¿por qué tanto interés, señor Damian? —me interrogó esta vez él, en un hilo de voz.

—No es de tu interés, solo puedes saber que, ¡Estoy pensando en comprar este lugar y tengo que conocer lo que quiero obtener! Dije lo solté y me dirigí a la salida.

—¡Si le apetece, experimenté uno de los bailes privados!!, le pasaré el orden de las chicas que lo realizan y su costo para ver si se anima —dijo intentando convencerme a tomar otra chica.

—¡No es necesario!!, la bailarina que se está presentando, está bien, que lo haga ella, su precio no me importa —le conté dejándolo completamente mudo en el instante.

—¡No puedo!, dijo bajando la mirada, y mi sangre empezó a hervir debido a su negativa.

Tocaron la puerta, abrí, ya que estaba a punto de cometer una tragedia, al estar al lado de puerta, una chica joven entró, pasando a mi lado, no pude ver su rostro por que usaba antifaz al igual que todas, camino a donde Marlon y él en voz baja dijo mi petición y la cantidad que no importaba, la chica se sorprendió, pero se negó al instante.

hablaron otro momento y la chica salió nerviosa y palida, me observo y palidecio más, debido a que mi rostro en ese instante no mostraba ningún sentimiento agradable.

Salí atrás de ella y vi desde allí la continuidad del baile, aquella intocable mujer según marlon, estaba en esa tarima empoderada del lugar, la manera tan sensual que se movía, la manera que su apetecible cuerpo se tiró al suelo y acariciaba cada parte de él. Ocasionando en mí una reacción inesperada, ya que con solo ver tal espectáculo mi miembro reclamaba salir de su lugar, para poder poseer lo que mis neuronas le mostraban a través de mis ojos.

Al momento que el líquido viscoso empezó a caer por su cuerpo, tuve que ponerme firme, sacudir mis pensamientos, por el simple hecho que la he declarado que va a ser mía, este mal momento que he pasado por su actuar lo pagará, tiene que ser mía.

Muchos no aprueban mi vivir y proceder, pero, ¡ese soy yo!, cada una es de mi propiedad, cuando estoy rodeado de ellas, al estar pensando a quién elegir o quién se ha portado inapropiadamente y amerite un castigo o un premio, me hace sentir como un dios en medio de sus súbditos. Pero el día de hoy una insignificante mujer ha golpeado en el centro de mi ego y para terminar de completar mi inconformismo, solo con verla, logra ocasionar un placentero sentir de poseerla. "Soy un puto amo y ella será mi sumisa".

—Señor Damian, ¿disfruto del show?, pregunta Marlon saliendo de su oficina.

—¡Es algo novedoso!! ¡Felicidades!! Tienen una singular forma de llegar al cliente —dije cololocandome en marcha sin decir mas.

Llegué a la mesa me despedí de Andrés y mis primas y salí del lugar, subí a a mi auto y llamé a mi detective citandolo en el lugar.

Llame a mi socio Lució y le pedí que me diera la información de cada uno de los trabajadores de su club y también le ordene que mañana lo quería a mi nombre.

Minutos después la instalación llegó a mi correo sacando una sonrisa de mi rostro, no me equivoque es hermosa tiene un rostro angelical el cual yo estoy dispuesto a corromper.

Zaidymar Ortiz:

Edad 20 años.

De una viña a las afuera de la ciudad.

Universitaria: estudia psicología y administración de empresa.

Novios: Niega haber tenido uno, Virgen.

Esa última información sacó una sonrisa de mi rostro.

El investigador llegó y le di toda la información que Lució me envió y ordené que investigara hasta cuantas veces respura en el día, lo quiero saber todo de ella si va ser mía debo saber como lo va ser.

Un tiempo después la veo salir por la puerta trasera como me imaginé, con una chica que por su apariencia física es la que entró a la oficina de Marlon.

Le ordené al investigador que se fuera, y las observe cuidadosamente.

Mis guarda espaldas estaban a una distancia prudente, llamé y di la orden que necesitaba para tenerla a mi alcance.