Endeudada y sin dinero, engañada y traicionada, manipulada y desechada...yo solo quería que todo acabara, y si de verdad existía un infierno, pedirle a Dios el poder ver de nuevo, al único hombre que he amado realmente. Sin embargo, jamás pensé que mi alma sería arrebatada por una maquiavélica IA, quien con ayuda de un sistema, me obligará a entrar a la historia de terror, que yo misma escribí, con un único objetivo: convertirme en la esposa principal del villano y ayudarlo a traer el fin del mundo. ¿Será posible sobrevivir a mi propia creación?
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CAPÍTULO 21
Se suponía que la situación sería más simple de lo esperado, Solomon tendría un nuevo sujeto de pruebas, un poseedor de la sangre de los Valentine, y ella se liberaría de aquel cerdo con quién la obligaron a casarse. No obstante, la impulsividad y maldita obsesión de su hermano por Serah, le traía más carga que alivio.
Un nuevo mensaje, esta vez a su línea privada, hizo que palideciera. Eran fotos de Serah, malherida y peor de lo que había estado en la clínica, junto con la orden de su hermano, la cual era clara: para ya, era tarde su presencia.
Carraspeando un poco, intentando calmar la creciente frustración que sentía al ver todo su esfuerzo con Serah, tirado a la basura, respiró profundo antes de retirarse de aquel maldito lugar.
—¡Cállate!—exigió con los ojos cerrados.
—Por favor, Clarity—sollozó—¡Soy el padre del bebé qué esperas! ¡No me envíes a la muerte!
Clarity sintió aumentar su dolor de cabeza, ya no quería seguir escuchando más a aquella basura, por lo que se levantó para irse. Si ese hombre no fuera el monstruo que ella sabía que era, la situación sería distinta.
—¡Lo haces porque me odias!—exclamó—Cómo te privé de la oportunidad de estar con quién querías...
—¿De verdad solo piensas en tí?—preguntó deteniéndose—¿No has pensado qué estás aquí por lo que hiciste en el orfanato?
—¿Es por esto qué me has traicionado?—preguntó sorprendido—¿Por eso me haz lanzado cómo conejillo de pruebas de Solomon? ¡El abuelo se enojará contigo!
—Si de verdad le importaras al patriarca—respondió con frialdad—¿Por qué el no te ha salvado aun después de enterarse de esto?
Su ahora ex esposo iba a refutarle, pálido al darse cuenta de lo que ella hizo; sin embargo, viendo cómo ella salía del infierno mientras él caía a aquella piscina con agua oscura, ya no pudo defenderse más.
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CUATRO HORAS DESPUÉS...
Clarity se encontraba revisando el estado de Serah, la pobre chica seguía respirando, por más herida que estaba. Sin poder hacer más nada por ella, en especial porque Solomon había prohibido sacarla de su habitación, lo único que podía hacer era brindarle primeros auxilios.
—¿Qué es esto?—preguntó Clarity en un susurro.
Serah tenía una cortada cerca de su talón de Aquiles, vendado posiblemente por Solomon. Sin embargo, tenía un nivel de precisión tal que, si bien no le impediría por completo el caminar, si haría más complicada su recuperación.
"Esto la hará más dependiente al bastón", pensó mientras curaba la lesión "¿será que Solomon...?"
No le sorprendería aquello, el nivel de obsesión de su hermano era tal que, con tal de que Serah estuviera siempre bajo su dominio, haría lo que sea. Aun si tuviera el mismo que dejarla inválida.
—¿Clarity?—la voz de Serah la sacó de sus pensamientos.
Serah tenía un dolor de cabeza tan grande, que le costaba mantener los ojos abiertos. Pero en medio de su visión borrosa, creía ver a Clarity atendiendola.
—No te muevas tanto, o abrirás más tus heridas—dijo con un rastro de lástima—lo único que puedes hacer es aguantar, luchar es en vano.
Sabía que se metería en problemas por eso, pero si algo se defendería con que era un delirio de Serah. No podía evitar sentir un poco de lástima, pero si vida también estaba en juego y contra de su hermano, ella no defendería a nadie, ni siquiera a Serah.
Sin entender muy bien lo que le dijo, Serah escuchó cómo Clarity tomaba su maletín y caminaba, para luego escuchar una puerta cerrada. Sin ver nada más allá, jamás pensaría que su futuro esposo se encontraba en el pasillo, esperando a su propia hermana, con unos ojos tan oscuros como una noche sin estrellas.
—¿Solomon?—cuestionó Clarity.
Temblando de miedo, suspiró un poco al ver cómo su hermano cambiaba a una mirada un poco más normal y una sonrisa algo sombría. Lo que no la dejó del todo tranquila.
—¿Cómo se encuentra mi prometida, Clarity?—cuestionó Solomon—¿viste las heridas cerc del talón de aquiles? Espero que no le hayas tratado del todo, me costó un poco ser preciso.
—Así que sí fuiste tú —dijo un poco sorprendida—Solomon...ella será tú esposa, sé un poco más gentil.
—¿Qué? ¿Gentil?—cuestionó ahora divertido—¿Tú? ¿Ahora te importa Serah?
Clarity no dijo nada, ya que era cierto que desde el principio jamás le importó, más allá de ser un trabajo. Pero cómo doctora, teniendo una vida en su vientre, no podía evitar pensar que tal vez ese también fuera el futuro de su hijo. Anhelaba de todo corazón que no naciera niña.
—Vale, vale...—respondió Solomon con una sonrisa más grande—¡Haz hecho un gran trabajo! Gracias a que sacrificaste tú misma a tu esposo y a tus avances, cumpliré cualquier deseo que me pidas.
—Quiero casarme con el señor Richard—dijo de inmediato.
—¿Con... tú suegro?—preguntó al borde la risa—¡Dios mío! Y después me juzgas a mí, cuándo tú también eres una joyita. Mira qué querer casarte con el padre del hombre que tú misma mataste.
—¿Lo harás?—cuestionó ahora ella.
Toda su vida había estado enamorada del señor Richard, anhelando que el momento en que estuviera embarazada fuera de este. Sin embargo, debido a que este ya tenía esposas y su fallecido padre fue el que concretó su matrimonio con el hijo mayor de este, no pudo cumplir su anhelo.
Pero sabía que, por tradición, si un miembro del clan fallecía, un familiar cercano a este podía desposarse con su pareja para protegerla y más aún estando en embarazo. Aunque tuviera que ser una de las tantas esposas de otro hombre, al menos sería feliz al lado de la persona que amaba, en medio del infierno que se avecinaba.
—Está bien—dijo serio—mañana te daré mi respuesta.
Solomon pasó de largo, entrando de inmediato a su habitación. Aquello era algo muy sencillo para él y debido a que su hermana era una pieza importante para él, cumpliría su capricho.
Desde qué había tomado el control del clan, a expensas del patriarca, podía hacer y deshacerse a su antojo. Pero en ese momento, le importaba más ver a Serah.
Justo, cuando entró sonrió de manera genuina, mientras sus fosas nasales eran bombardeadas por un fuerte olor a rosas. Cómo hijos del demonio, conocidos como Shadowborn, olían a muerte. Pero Serah, Serah era alguien especial: su alma desprendía una fragancia a rosas que le suavizaba su oscura existencia.
Que todo ese dolor, traumas, sufrimiento, arrepentimiento y remordimiento que tiene lo vuelva en coraje, valentía y poder de hacer lo que tenga que hacer para estar bien