Amor Sobre Ruedas

No tenían mucho tiempo de descanso, la carrera en Miami estaba a la vuelta de la esquina, iban a correr en el circuito Jeddah International Street Circuit, un circuito con una longitud de 5154 metro, contaba también con 27 curvas, 16 a la izquierda y 11 a la derecha.

Valeria ya había estudiado esta pista, bueno había estado estudiando todas las pistas en las que iban a participar los hermanos Rowan y su hermano Alan.

Aunque las cosas no hubieran terminado tan bien como ella quería, el día anterior. Después de despertar la los hechos del día anterior llegaron a su mente, había matado a alguien, sus manos estaban llenas de sangre y todo por salvar a su hermano.

De eso ella era capaz con tal de salvarle el culo, aún sabiendo que la ignoraría por días. No sabía que era lo que más le dolía, si el hecho de que no le hablara o que no valorará el esfuerzo que ella hacía.

El viaje duraba casi 20 horas, en las cuales Alan no se atrevió a mirarla a los ojos, ni siquiera a dirigirle la palabra no para un saludo.

- Si sigues arrugando la frente te vas a volver vieja. - Lorenzo se acercó.

- No siempre lo hago.

- Lo haces cuando estás concentrada en algo, o sea casi siempre. - ella lo miro incrédula de lo que él decía, la había observaba do muy bien. - No es acoso, me fascina verte trabajando.

- Eso suena a acoso.

- ¿Qué miras?.

- Sí, cambia de tema. Y en cuanto a tu pregunta, observo el circuito, el clima y quienes han tenido el récord. Cosas simples.

- ¡Si claro!.

- No hay mucho tiempo, así que tengo que estar preparada. Sé que Sam y algunos otros del equipo están con el monoplaza. Por eso ayudo con lo demás.

Mientras ellos conversaban Maik la miraba desde lejos, después de Gabriela nunca pensó en encontrar a alguien más y menos que ese alguien fuera tan diferente a sus gustos.

Ella era lo opuesto a todas, mientras que las otras vestían trajes elegantes, utilizaban maquillaje, llevaban bolsos caros, Valeria siempre utilizaba overoles ya fueran largos o cortos, camisetas de tirantes, sudaderas en algunos casos, nunca llevaba un bolso, si no una maleta en la cual se encontraban distinto tipo de herramientas.

- Me vas a gastar si me sigues mirando así.

- Eres hermosa.

- ¡Si como no!. - ella hablaba sin apartar la mirada de la computadora.

- Lo eres, no solo físicamente, también de una manera intelectual, puedes volver loco a cualquier hombre.

- Y al único que tengo cerca es a ti.

Maik se acercó a ella y le dio un beso apasionado, un beso que los dejo sin aliento a ambos, en aquel jet podían amarse, porque al salir, las cosas entre ellos no sería así.

La prensa estaba al pendiente de la familia Rowan si descubrieran su relación con Valeria, la acabarían con sus comentarios y no solo eso, los padres de Maik nunca la aceptarían. Eso lo supo la noche que fue a la fiesta.

- Vamos. - Maik tomo de la mano a Valeria llevándola al baño, en dónde se entregaron a la pasión y el deseo, nuevamente.

Después de un largo viaje, los dos amantes se separaron en la entrada del hotel, los padres de Maik lo estaban esperando.

Valeria sabía que eres seria la última vez que lo iba a ver, era un sentimiento muy fuerte. Aunque cuando él la vio antes de separarse, había ilusión, amor, deseo. Con solo una mirada él le prometía que la buscaría cuando terminara con ellos.

Las horas pasaron y luego dos días, y ella no supo de él, hasta que tuvieron la práctica el primer día antes de la competencia. Maik nunca le hablo, no la busco.

Llegó al circuito se metió en el auto y nada más, el reconocimiento era importante, ella podía escuchar lo que él le decía a Sam.

Morir de amor no lo iba a hacer, ella era fuerte algún día él le diría lo que pasaba o a lo mejor era como dijo Lorenzo todo era una farsa y ella se convirtió en una más.

Mientras la práctica terminaba, la incertidumbre se apoderaba de ella, respiro varias veces y calmó la tormenta de pensamientos que tenía.

Lorenzo fue el primero en salir, luego Alan y por último Maik. Y como había pasado los dos últimos días y en la mañana en la ignoro.

- Como estuvo hoy.

- Estás mejorando Lorenzo. - Lorenzo pudo ver qué el brillo de hace unos días había desaparecido.

- Valeria ¿te encuentras bien?.

- Si, solo que llevo días sin dormir no es nada, mañana ya estaré mejor. - ni ella misma podría creerse esas palabras.

La noche había caído en Miami y ella como siempre no podía dormir, así que decidió salir a caminar, al pasar por el restaurante del hotel, lo vio él estaba con Lorenzo, sus padres y había otra mujer.

Le parecía haberla visto en algún lado, pero no se acordaba en dónde, todos se veían alegres, y aquella mujer tenía una de sus manos en la pierna de Maik.

Al parecer al Maik no le molestaba aquella situación.

- Vas a entrar a cenar o te quedarás ahí parada. - Valeria salto al escuchar esa voz.

- Sale de su cueva, ¿qué lo trae por acá?, está lejos de casa.

- Me gusta viajar y divertirme.

- No puedo creer que a un hombre como usted le guste la diversión.

- Me encanta.

Hubiera preferido invocar a satanás y no que aquel hombre pareciera así de la nada.

- James, cuál es el motivo por el que estás acá, no creo que sea diversión ni casualidad.

- Cuanta razón tienes, los negocios van primero.

- Si ya acabaste de hablar, te puedes alejar de mí, necesito mi espacio personal.

Poco a poco James se fue alejando de ella. Valeria no se sentía tranquila aun cuando la última vez la tratara muy educadamente.

Para ella esto debería de ser una maldita pesadilla, por un lado, una mujer coqueteaba con Maik, y ahora James estaba en Miami, las razones ella no las entendía. Él decía que eran negocios, pero había algo más.

Esta situación, no era para nada sencilla y las cosas se iban a poner un poco más complicadas aunque ella no lo sabía todavía.