El amor no siempre es un cuento de adas.
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Te deseo.
Gracias, por todo.
El sonrió.
Pero puedo mandarte mi número de cuenta, dijo arrancando el auto.
Mándamelo, dije sería
El se carcajeaba.
Yo lo golpeaba con cariño.
Cuando llegamos a mi casa, mis padres le daban las gracias, yo me moría de hambre entre a la cocina mientras el platicaba con mis padres salí con un plato con pizza.
Todos me miraban asombrados, al verme salir con el plato lleno de varias rebanadas.
Tengo hambre, dije sería.
Mi mamá sonrió.
¿quieres que te caliente un poco de sopa?
No mamá, alguien tiene que comerse la pizza, usted no comen, dije sonriendo
Ok, nosotros ya cenamos cariño, además nos sentimos cansados, no les molesta que los dejemos solos.
No, dije sonriendo.
Nicolás se despedía de mis padres.
Vamos a mi habitación, le entregué un bote de jugo de manzana a Nicolás, tomé su mano y subimos a mi cuarto con el plato lleno de pizza.
El sonreía.
Me senté en la alfombra y el a mi lado.
Le di un pedazo de pizza.
Ayudame, se que tienes hambre, dije sonriendo.
El comió la pizza.
¿cómo te fue en la escuela?, ya no me contaste.
La directora me dio una lista de los temas que necesito estudiar, la fecha de los exámenes, también tengo que entregar una parte de mi tesis.
Eso es mucho, no quiero que te enfermes por estudiar tanto.
Voy a estar bien, además eso me ayuda, odio no poder dormir.
¿no puedes dormir?, por qué no me lo habías dicho.
Por qué casi no hemos tenido tiempo para hablar, dije comiendo.
Tienes razón, desde que salimos no pasamos tiempo juntos. ¿puedo decirle a gala que te saque una cita con su psicólogo?.
No quiero que me pagues ahora un psicólogo, ya te debo mucho dinero.
No te estoy cobrando, por qué te afecta tanto que yo pagué.
Por qué no quiero que pienses que soy una abusiva
yo jamás voy a pensar eso de ti.
Ya se, pero no quiero que tu familia piense que gastas en mi, no quiero que piensen que soy una caza fortunas.
Nicolás se carcajeo.
No se por qué te ríes, no es gracioso, dije molesta.
Nicolás, se acercó a mi rostro.
Me voy a cobrar todo lo que he gastado, cuando sea mi esposa, señorita.
¿Tu esposa?, no digas locuras Nicolás.
¿por qué es una locura?, no te gustaría casarte conmigo.
Por el momento no quiero casarme, además puede que te aburras de mi, no tengo nada de interesante como las mujeres que te rodean.
El me miro enojado.
Yo creo, que yo te aburro, no soy tan interesante como los chicos de tu edad. Debe ser aburrido tener un novio mayor, que no hace otra cosa que trabajar, tal vez te gustaría salir con el chico del café o alguno de tus amigos de la universidad, por qué en esas fotos te ves muy feliz con tus amigos en la feria, decía enojado.
¿estás celoso del chico de la cafetería?
Te mirabas muy cómoda coqueteando con el.
No tenía idea que el sintiera interés en mi desde ese día, sonreí.
Vez te ríes por qué si le coqueteabas.
Me arroje encima de el.
El me miro serio.
Bese su cuello y su mejilla.
Estoy enojado contigo Tamara, dijo serio.
¿muy enojado?, dije mientras le daba besos suaves en su labio.
Si, me miraba molesto.
Te vez tan sexi, enojado, dije metiendo mis manos bajo su camisa.
El me cargo y me coloco bajo su cuerpo.
Me miro enojado, yo coloque mis brazos en su cuello.
Te deseo, deseo que me toques, que me hagas tuya, mordia mis labios y lo miraba con deseo.
El me beso con deseo, mis manos buscaban quitarle la camisa.
El metió su mano libre bajo mi blusa y tocaba mis pechos.
Yo cerré los ojos y abrí la boca sin emitir un sonido al sentir su mano.
El besaba mi cuello con locura.
Mis manos buscaban quitarle el cinturón, lo logré, el se detuvo.
Tamara tus papás están en la otra habitación, se levantó y se acomodaba la ropa.
Yo estaba tirada en la alfombra sonriendo.
No es divertido, decía el serio.
Me río por qué debe ser difícil para ti, no poder acostarte con tu novia.
Si es difícil, decía enojado.
No soy atractiva para ti, dije acercándome a el.
Quiero respetar la casa de tus padres, por qué si Lina estuviera viva, me mataria si sabe que tuve sexo con su hermanita en su habitación.
No soy atractiva, dije levantando el plato y el termo con jugo.
Iba a salir de la habitación y el me abrazo por detrás.
Sientes como me pones, sentía su miembro en mi trasero. Estoy como un animal sediento, jamás me había sentido así en mi vida, tengo sueños donde te hago el amor, tu aroma me enloquece, eres tan sexi con cualquier ropa que uses.
Si tú quieres y yo quiero, por qué no lo intentamos, dije excitada.
Quiero que sea especial, decía el mordiendo mi hombro.
¿Especial?, Nicolás cada momento a tu lado para mí ya es especial, decía agitada, el besaba mi cuello.
Escuchamos que la puerta de la habitación de mis padres se abrió, el se alejo de mi y se sentó en la cama, trataba de respirar profundo, yo me estaba riendo por qué había soltado el termo y el plato del susto, había manchado la puerta de mi cuarto.
Será mejor que me vaya.
Yo limpiaba con un trapo las pocas gotas que cayeron en mi puerta.
Si, es lo mejor dije sonriendo.
El me beso con deseo.
Descansa, me dijo sonriendo.
te acompaño, dije sonriendo.
Bajamos las escaleras, deje los trastes en la cocina.
Oye bonita, a gala le ayudo mucho ir a terapia, me gustaría que fueras, debes dormir, quiero que sueñes conmigo, si no duermes jamás estaré en tus sueños.
¿Que inteligente eres?
Te saco una cita.
No, ya tengo un psicólogo, hoy tenía cita a las seis pero ya no pude asistir.
¿Segura?
Si amor, el me abrazo.
Oye no quieres ir conmigo a la oficina, ahí puedes hacer tu tarea, mientras yo trabajo.
Si yo estoy en tu oficina no me voy a concentrar, voy a querer provocarte.
El se reía.
Nos despedimos con un beso, subí feliz las escaleras, pensaba en todo lo que me dijo y suspiraba.