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Eres Mi Compañera De Clase, No Mi Madre. Pero Por Favor No Te Apartes De Mi Lado

Eres Mi Compañera De Clase, No Mi Madre. Pero Por Favor No Te Apartes De Mi Lado

Status: En proceso
Genre:Escuela / Romance / Amor a primera vista / Apoyo mutuo / Colegial dulce amor
Popularitas:6.3k
Nilai: 5
nombre de autor: dAmh

Trata sobre la historia de Ryuu Itsuki un chico de 15 años que este nació con un problema de incontinencia, lo que lo ha obligado a usar pañales desde que tiene memoria. Tras la muerte de sus padres cuando tenía 10 este fue acogido por la mejor amiga de su padre y ahora profesora Ryuu Hina y su hija y ahora hermanastra Ryuu Yume. Pero por demasiado trabajo Hina no puede estar al pendiente de Itsuki y Yume tampoco por su equipo de atletismo, así que Hina decide contratarle una niñera, quien pase tiempo con el mientras ellas regresan, esta chica es una hermosa chica de cabello blanco llamada Sarahina Yuki. Este queda enamorado de ella, pero sigue cerrado a que no quiere una niñera, dejando en claro que e su compañera de clase, no su madre para que lo este tratando como a un niño pequeño. ¿Qué le espera a Itsuki, ante este giro brusco en su vida?

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volumen 3 capítulo 6: la venganza de Yuki san.

Yuki se preparaba para ir a visitar a Itsuki-kun, sintiendo un nudo en el estómago por la tensión que aún persistía entre ellos. Desde que comenzaron las vacaciones, había sido su rutina encontrar a Itsuki dormido en su habitación, solo con su camiseta y su pañal mojado debido a su enuresis nocturna. Esta vez no sería diferente, pero Yuki estaba decidida a enfrentar la situación de manera diferente.

De repente, escuchó un golpeteo en la puerta de su habitación. Era Mio, su hermana, quien parecía curiosa por sus planes. "Hola, Yuki-san. ¿Vas a visitar a Itsuki-kun?" preguntó Mio con una sonrisa en su rostro.

La pregunta de Mio hizo que Yuki se sintiera molesta. Recordar el incidente del día en que se enfermó solo aumentó su irritación.

"No es de tu incumbencia", respondió Yuki, con un tono desafiante. Estaba decidida a mantener su distancia de Mio, quien había intervenido en su relación con Itsuki-kun de una manera que Yuki aún no podía perdonar.

Decidida a dejar atrás esa conversación incómoda, Yuki se dirigió hacia la puerta. Antes de salir, Mio la detuvo con una advertencia.

 "Oye, no te olvides de algo. Tenemos visita, así que no llegues tarde si no quieres que se moleste", dijo Mio con seriedad.

Las palabras de Mio resonaron en la mente de Yuki mientras caminaba hacia el apartamento de Itsuki-kun. ¿Quién podría ser la visita y por qué era tan importante? Se preguntaba Yuki mientras se preparaba para enfrentar la incómoda situación que la esperaba al llegar.

Yuki-san se adentró en el apartamento de Itsuki-kun con cautela, consciente de que cada paso podía ser un potencial despertar para el joven que dormía en la habitación. El silencio envolvía el lugar, solo interrumpido por el suave roce de sus zapatillas contra el suelo.

Al llegar a la habitación de Itsuki-kun, Yuki-san se detuvo un momento para observar la escena ante ella. El joven dormía plácidamente, ajeno al mundo exterior, con su camiseta de siempre y su pañal húmedo, una imagen que Yuki-san había visto innumerables veces pero que aún así le llenaba el corazón de ternura.

"Siempre es lo mismo", susurró Yuki-san para sí misma, dejando escapar una pequeña sonrisa melancólica. Aunque la rutina podía resultar monótona a veces, también era reconfortante en su familiaridad.

El sonido del plástico del pañal al moverse resonaba en la habitación, recordándole a Yuki-san la condición de Itsuki-kun y su papel como cuidadora. A pesar de todo, ella estaba dispuesta a hacer lo que fuera necesario para ayudarlo y velar por su bienestar.

Sin embargo, un pensamiento fugaz cruzó su mente, recordándole el gesto cariñoso de Itsuki-kun la última vez que lo cuidó. Un beso en la frente que la había tomado por sorpresa y había dejado una huella en su corazón.

"No, no pienses en eso", se reprendió a sí misma, apartando esos pensamientos de su mente con determinación. Itsuki-kun era su protegido, su bebé, y nada más. No podía permitirse involucrarse emocionalmente más allá de su papel como cuidadora.

Con esa resolución en mente, Yuki-san continuó con su tarea, recogiendo los suministros necesarios para cambiar el pañal de Itsuki-kun. Aunque su corazón latía con emociones contradictorias, sabía que debía mantenerse firme en su propósito y cumplir con su deber como cuidadora.

Yuki-san observaba a Itsuki-kun con preocupación mientras se despertaba, notando su estado somnoliento y pegajoso por el sudor. Sin embargo, estaba decidida a hacer que el día fuera lo mejor posible para él.

"Buenos días, Yuki-san", murmuró Itsuki-kun con voz adormilada, mientras se acomodaba para ver a la chica parada a su lado. Su presencia siempre le traía una sensación de seguridad y comodidad que le reconfortaba.

"Buenos días, cariño. Es hora de un baño", respondió Yuki-san con una sonrisa tranquilizadora, tomando suavemente el brazo de Itsuki-kun para llevarlo al baño. La calidez de su tacto y la familiaridad de su voz lo llenaban de confianza y tranquilidad, a pesar de la somnolencia que aún lo envolvía.

Después de un baño refrescante, Itsuki-kun se sentía más despierto pero aún un poco cansado. Bostezaba de vez en cuando, dejando en evidencia su estado de sueño. Yuki-san, sin embargo, no se dejaba desanimar y lo alentaba con palabras de ánimo y afecto.

"Vamos, Itsuki-kun, hoy es un día maravilloso", dijo Yuki-san mientras aplicaba delicadamente talco para bebé en la piel de Itsuki-kun antes de cerrar su pañal. Su voz era suave pero llena de energía positiva, contagiando a Itsuki-kun con su entusiasmo.

Itsuki-kun respondió con una sonrisa, su rostro iluminándose ante la idea de salir un rato. La idea de pasar tiempo junto a Yuki-san era suficiente para levantar su ánimo, y el sonido reconfortante de su pañal al moverse reflejaba su alegría interna.

Yuki-san no pudo evitar soltar una risa ante la reacción de Itsuki-kun, encontrando adorable su entusiasmo y la manera en que su pañal crujía con cada movimiento. Para ella, esos pequeños momentos juntos eran preciosos y valían más que cualquier cosa en el mundo.

Yuki-san se sumergió en el guardarropa de Itsuki-kun en busca de algo que pudiera ponerse para salir. Sin embargo, la escasez de opciones adecuadas para cubrir su pañal lo dejó un poco desanimado. "Itsuki-kun, ¿tienes algún pantalón limpio?" preguntó con una pizca de preocupación en su voz mientras observaba el guardarropa desordenado.

Itsuki-kun, tratando de ocultar su pañal, respondió con cierta resignación. "Creo que no, pero Hina San siempre guarda ropa extra por ahí", dijo con esperanza en la voz. Sin embargo, la búsqueda resultó infructuosa, y Yuki-san solo encontró un overol de fontanero del tamaño de Itsuki-kun.

Al ver la prenda, Yuki-san no pudo evitar sonreír, aunque se sintió un poco culpable por la situación de Itsuki-kun. "Parece que Hina San sí le gusta vestirte como a un bebé", pensó con cierta complicidad, aunque sabía que Itsuki-kun podría sentirse incómodo con la idea.

Sin embargo, su reflexión se vio interrumpida por la reacción de Itsuki-kun. "Voy a tener que utilizar eso", dijo con resignación, mirando el overol con desgano. Yuki-san sabía que no podía dejarlo atrás si querían salir juntos, así que desafió a Itsuki-kun a aceptar la situación. "Bueno, si quieres salir conmigo, no tienes otra opción", dijo con una sonrisa traviesa, consciente de que Itsuki-kun no podía resistirse a la idea de pasar tiempo juntos.

Itsuki-kun, aunque molesto, cedió finalmente ante la insistencia de Yuki-san. "Está bien", murmuró, resignado, mientras se dejaba poner el overol. Yuki-san no pudo evitar encontrarlo adorable con la nueva vestimenta, y esa mirada de ternura hizo que Itsuki-kun se sintiera un poco juzgado e incómodo.

"Podemos irnos", dijo Itsuki-kun, visiblemente nervioso por la mirada de Yuki-san. Yuki-san asintió, tomando la pañalera que Hina San le prestó y reuniendo los suministros necesarios para cuidar de Itsuki-kun durante su salida. "Hoy voy a cuidar de ti como a un bebé", pensó con una sonrisa, mientras se dirigían hacia la puerta del apartamento de Itsuki-kun.

Caminar por las calles de la ciudad bajo el sofocante calor del verano era una experiencia agobiante, pero algo en la actitud de Itsuki-kun llamó la atención de Yuki-san. Parecía inquieto, incómodo, como si algo lo perturbara más allá del calor sofocante. "¿Sucede algo, Itsuki-kun?" preguntó Yuki-san con preocupación evidente en su voz. Le preocupaba la incomodidad de Itsuki-kun y quería asegurarse de que se sintiera bien.

Itsuki-kun, visiblemente incómodo, trató de explicar su situación. "Es solo que este overol es bastante incómodo, y lo limitado que es hace que no solo pueda escuchar mi pañal, sino que también logro sentirlo", dijo, tratando de justificar su malestar ante la vestimenta que Yuki-san había elegido para él.

Yuki-san no pudo evitar sonreír ante la escena. "Tranquilo, ya casi llegamos", aseguró, mientras intentaba reconfortar a Itsuki-kun. Sin embargo, al palpar el overol de Itsuki-kun, accidentalmente dejó salir un sonido del plástico del pañal, lo que solo hizo que la incomodidad de Itsuki-kun aumentara, notando cómo su rostro se tornaba aún más rojo por la vergüenza.

Después de caminar durante media hora, Yuki-san e Itsuki-kun finalmente llegaron a un restaurante, un lugar acogedor y familiar que parecía ofrecer un respiro bienvenido del calor abrasador. Al entrar, buscaron una mesa y se sentaron, pero Yuki-san no pudo evitar notar la expresión avergonzada en el rostro de Itsuki-kun mientras el plástico del pañal hizo un ligero crujido al sentarse, un sonido que ambos pudieron percibir claramente en medio del ambiente tranquilo del restaurante.

Yuki-san observaba con satisfacción cómo su plan se desarrollaba según lo planeado. Había decidido enseñarle una lección a Itsuki-kun por permitir que Mio le cambiara el pañal, y aunque podía parecer un poco cruel, estaba convencida de que sería una experiencia instructiva para él. "Todo va según lo planeado", pensó Yuki-san para sí misma, con una sonrisa traviesa mientras observaba la incomodidad evidente en el rostro de Itsuki-kun, quien parecía estar al borde de la vergüenza por los sonidos del plástico de su pañal que resonaban en todo el restaurante.

La mesera se acercó para tomar la orden, y Yuki-san no perdió la oportunidad de llevar a cabo su plan. "Queremos dos hamburguesas con queso, por favor", dijo con seguridad, tomando la iniciativa en la orden para ambos. Itsuki-kun simplemente asintió en silencio, sin atreverse a decir una palabra, mientras la mesera lo miraba con ternura, ajena a la situación incómoda que se estaba desarrollando.

Una vez que la mesera se retiró, Yuki-san aprovechó el momento para sacar algo de la pañalera que había traído consigo para Itsuki-kun. Era un babero. Itsuki-kun observó con horror el objeto que Yuki-san sostenía en sus manos. Sabía exactamente qué significaba ese babero, y recordaba haberlo usado en cada comida con Hina-san, lo cual le resultaba profundamente embarazoso.

Sin embargo, Yuki-san no perdió el tiempo y se sentó junto a Itsuki-kun, decidida a llevar a cabo su plan. Aunque Itsuki-kun se mostraba claramente incómodo, Yuki-san no dudó en colocarle el babero antes de realizar una rápida revisión rutinaria del pañal de Itsuki-kun, asegurándose de mantenerlo en su lugar. La situación podría ser incómoda, pero Yuki-san estaba decidida a que Itsuki-kun aprendiera la lección que había planeado enseñarle.

Con una mezcla de triunfo y satisfacción palpable, Yuki-san observaba a Itsuki-kun en su estado de sumisión, resultado de la peculiar lección que le había impartido. Había decidido castigarlo de una manera singular por lo que consideraba un acto de deslealtad, y ahora veía los resultados ante sus ojos con una mezcla de deleite y determinación. "Esto te queda como una pequeña lección por ser un 'bebito infiel'", murmuró para sí misma con una sonrisa interna, sintiendo cómo su dominio sobre él se fortalecía con cada instante.

Cuando la mesera regresó con los refrescos, no pudo evitar fijarse en la nueva adición al atuendo de Itsuki-kun. "¡Qué tierno!", exclamó la mesera con una expresión de dulzura, añadiendo una capa extra de incomodidad a la ya embarazosa situación en la que se encontraba el joven de 15 años.

Después de deleitarse con las hamburguesas, pagaron la cuenta y abandonaron el restaurante, encaminándose hacia un destino desconocido para Itsuki-kun. "¿Ahora a dónde vamos?", preguntó Itsuki-kun, su tono revelando una mezcla de ansiedad y resignación ante el trato inusual que estaba recibiendo por parte de Yuki-san, quien parecía decidida a mantenerlo en un estado de constante incomodidad.

Pero Yuki-san tenía otro plan en mente. Sabía que su diversión al ver a Itsuki en situaciones incómodas aún no había terminado. Después de caminar un rato, llegaron a una tienda de ropa. "Bueno, me dijiste que te incomodaba el overol, así que te dejaré que compres un pantalón nuevo", anunció Yuki-san con una sonrisa traviesa, consciente del efecto que sus palabras tendrían en Itsuki-kun. Sabía que él claramente necesitaba un cambio de pañal, y estaba decidida a aprovechar esta oportunidad para poner a prueba su paciencia y dignidad una vez más.

Itsuki-kun, quien ya no podía soportar su incomodidad, cedió a la solicitud de Yuki-san y se dispuso a probarse ropa nueva. Sin embargo, en medio de la excitación por elegir un nuevo atuendo, se le olvidó un detalle crucial. "Yuki-san, ¿me puedes cambiar el pañal?", susurró Itsuki-kun al oído, transmitiendo las palabras que Yuki-san tanto ansiaba escuchar, un mensaje de sumisión absoluta que alimentaba su sentido de dominio sobre él. Pero Yuki-san quería más que eso, quería sentirse completamente satisfecha.

"No, no hasta que te pruebes algún pantalón de mi gusto", respondió Yuki-san con voz firme, aferrándose a su papel de niñera dominante. Mientras Itsuki-kun buscaba un pantalón que le agradara, Yuki-san aprovechaba cada oportunidad para inspeccionar el pañal húmedo de Itsuki-kun, que se había vuelto notable bajo el ajustado overol.

Llegado el momento, Itsuki-kun seleccionó un pantalón negro y se adentró en el probador, sin darse cuenta de que había tomado una talla incorrecta. "Oh, Yuki-san, me equivoqué de talla, ¿me puedes pasar otro?", pidió Itsuki-kun con inocencia, sin percatarse de que Yuki-san conocía su talla real pero pretendía mantener el pañal fuera de la vista de los demás mientras estaban en la tienda.

"No, Itsuki-kun, pruébatelo a ver si te queda", respondió Yuki-san, descubriendo el intento de engaño de Itsuki-kun. Tras un breve momento de espera, Itsuki-kun salió del vestidor, aparentemente satisfecho con el ajuste del pantalón, pero con el problema evidente de un pañal abultado que se hacía visible en su trasero.

"Perfecto", declaró Yuki-san con satisfacción, llevando a Itsuki-kun a pagar mientras él luchaba por contener su vergüenza. Una vez fuera de la tienda, Yuki-san lo condujo a un baño para cambiarle el pañal, mientras Itsuki-kun se sentía avergonzado por todo lo que había experimentado a manos de Yuki-san durante el día. "Solo espero que nadie de nuestra clase nos vea así", pensó Itsuki-kun mientras Yuki-san lo acomodaba con un pañal limpio de manera confortable.

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Areli Gutierrez
👌👌
Daniela Eirin
me encanta tu libro
•ʟɪᴢᴢ
No sé cómo voy a esperar hasta que actualices la siguiente parte. ¡Actualiza pronto! 😩
david andres: Muchas gracias por el apoyo, si tiene curiosidades, preguntas o sugerencias para la obra estoy abierto de leer cada unos de sus comentarios
total 1 replies
lyPoppy
Me siento completamente enganchada a tu historia, ¡por favor no me hagas esperar mucho más! 🙏🏻
david andres: muchas gracias por su apoyo, no olvides seguirme para estar más al tanto de la novela.
total 1 replies
run away.┲﹊
No puedo esperar para ver qué más tienes guardado para tus lectores 🌟😍
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