La Niñera

Pero que te está pasando, estás loco o que.

Si tenía razón Caleb y Javier, esos dos hombres montaron todo este show para ver la reacción de Rodrigo, pero nunca me imaginé que sería así.

- ¿Estás contenta?. - ya no tengo rabia sino unas ganas de reírme, pero si lo hago este hombre se irritaría más.

- Pues sí, estaba bailando de lo más rico, hasta que tú llegaste. - su agarre es aún más fuerte. - Si ya sabes la respuesta a tu pregunta me puedes soltar.

- Vámonos. - comienza a arrastrarme hacia la salida, por más que luche no logro soltarme.

- Me estás lastimando.

- Y tú qué crees que hiciste conmigo. - sus palabras me confunden un poco, no sé si es por la emoción del momento o porque de verdad lo siente. Yo creo que es la primera opción.

- Súbete. - me suelta apenas llegamos al auto. - Que te subas no voy a repetirlo.

- Y si no quiero. - le digo de manera cortante aunque en mi interior estoy que me subo.

- Por favor súbete. - pongo los ojos en blanco, por su cambio de humor tan repentino, en serio este hombre debería de ir a un psicólogo o mejor aún a un psiquiatra. - Tengo que esperar mucho tiempo.

Miro el club y luego el auto de Rodrigo, no sé si sea lo correcto Pero tomo la decisión de subirme. Espero no arrepentirme.

Apenas me subo el arranca el auto, no se a dónde me lleva, y tampoco es que importe mucho, cierro mis ojos y el movimiento del mismo me comienza a adormecer.

- Y casi vamos llegando.

El sonido de su voz me saca de mi sueño, lo volteo a mirar y está tan concentrado en el camino.

- Me veo bien. - pegó un brinco al escucharlo, no pensé que estuviera pendiente de mi. Con mucha vergüenza vuelvo a mirar por la ventana del auto. Vuelvo a asustarme, cuando el coloca su mano en mi muslo, su dedo gordo empieza a hacer círculos en mi piel desnuda, lo cual me produce escalofríos.

- No te asustes, no te voy a hacer nada de lo que tú no quieras.

Lo dice con tanta naturalidad, ¿por qué me tuve que subir al maldito auto?, a ya sé el motivo quería ver hasta donde llegaría el hombre que años atrás me había rechazado pero que ahora me seguía a todo lado.

- Hemos llegado. - al fijarme bien en el lugar me asombra ver qué no es un lugar conocido, no es ninguna de las propiedades que yo le conocía.

- Pides prestado un lugar para traer a tus amantes. - su mano se aprieta en mi muslo y pego un salto.

- No digas esas cosas por favor, está propiedad es nueva y no nadie tiene conocimiento de ella. Si me haces el favor de bajar.

Quita su mano y yo ya extraño la sensación de su tacto, ¿por qué acepte está locura de Javier y Caleb?, cuando los vea los mataré.

Respiro profundamente antes de bajarme, al cerrar la puerta, me quedo tan embobada viendo aquella casa que no me doy cuenta de que Ricardo ya está a mi lado y me toma por la cintura.

- Tienes buen gusto. - por reflejo me tapó la boca. Es la primera vez que le tuteo a este hombre.

- No más que tú - se acerca a mi cuello y me planta un beso que me deja un hormigueo casi excitante.

Al ver qué no me muevo me empuja hacia el coche, su cuerpo cubre completamente el mío, me siento como una presa ante su cazador. Lentamente, se comienza a acercarse y se apodera de mis labios. Al principio no respondo Pero conforme pasan los segundos voy cediendo no sé si es por el alcohol que he tomado o porque de mi reacción.

No estoy borracha eso sí es seguro y se que va a pasar muchas cosas, puede que me arrepienta a la mañana siguiente o continúe con el.

Siento que el poco a poco se va separando al ver qué no le respondo a los besos, levanto mis brazos y los coloco alrededor de su cuello y lo atraigo nuevamente hacia mi. Puede que lo que pase está noche lo pueda utilizar a mi favor por un tiempo.

Sus manos aprietan mis caderas, el beso parece durar una eternidad no separamos solo para respirar un poco, pero de nuevo volvemos a unirnos. Mi corazón late como un loco.

- No puedo aguantar más. - puedo sentir el bulto de su entrepierna. - Clara por favor.

Asiento y el lo toma con mucha calma esperando por un segundo, porque al otro pone sus manos en mis nalgas y me levanta como si yo no pensara nada, mis piernas por instinto las enroscó al rededor de su cintura, al ser tan corto mi vestido las nalgas quedan expuestas a el.

Nuestros labios vuelven a fundirse, mientras llegamos. A lo que espero sea una habitación. Ahora en lo único que es que el me tome por completo, sentir sus labios en todo mi cuerpo y que también recorra mi cuerpo.

Con mucho cuidado me deja sobre la cama y se separa de mí, sus ojos se oscurecen.

- Dios mío, eres realmente hermosa. Y está noche vas a ser toda mía, nadie podrá ponerte un dedo encima y si lo llegarán a hacer - mientras habla se va quitando la ropa. - lo podría aniquilar. - abro los ojos como platos al escuchar su última afirmación. Lo dice tan serio que puede que esté hablando muy en serio.

- Deja de decir bobadas, sabemos que para ti solo es una aventura de una noche.

Lo hubiera insultado el no se habría puesto así, termino de quitarse la ropa y la mía corrió la misma suerte,, pero no como quería. Ahora solo había enojo en el.

- Porque tenías que decir eso. - se detiene y pone su cabeza adentro mi pecho, se detuvo antes de que cometiera una locura. - No va a ser una aventura. Por favor Clara quiero estar contigo el resto de mi vida.

Sus palabras me conmueven y se escuchan bastante sinceras, por hoy le daré el beneficio de la duda.

Cojo su rostro en mis manos y lo levanto, cierro mis ojos y lo beso con mucha pasión, y eso da comienzo a un frenesí de besos y de caricias, que me hacen gritar locamente por el, quisiera no hacerlo pero es casi imposible.

Mientras seguimos besándonos una de sus manos llega a mi entrepierna y solo un toque me vuelve loca, no sabía que yo podría gritar de esa manera.

- Ya estás empapada acá abajo, tanto te gusta lo que te hago mi amor, espera a sentir más cosas.

Un dedo comienza a acariciar mi sexo y eso produce que vuelva a gritar, mi cuerpo tiembla de placer.

con mucha delicadeza se pone en la mitad, puedo sentir el palpitar de de su miembro. Cierro los ojos mientras el comienza a entrar, mientras lo hace un dolor me invade, siento cuando una lágrima caer por mi rostro.